Autor: Frank Lambarri
Abtao, Chile y Perú
El 7 de febrero de 1866, la costa de Calbuco fue testigo de una batalla histórica que selló la hermandad de la Armada Chilena y la Marina de Guerra del Perú.
La conmemoración ha quedado de manifiesto en cuanto a la importancia que tuvo este episodio en la vida de ambas naciones y su destino de libertad que marcaba un episodio de gallardía, en que lucharon juntos contra un enemigo que buscaba sometera dos jóvenes países que se habían independizado del yugo español. Los buques aliados Covadonga, Unión, Apurímac, América y Lautaro hicieron huir a la flota española.
Dice la historia que pobladores de la zona vigilaban apostados en los acantilados divisaron a los buques Villa Madrid y la Blanca, que para la época eran de un poder de fuego superior, ingresando al canal de Chayahué.
Los buques aliados enfrentaron con fuego de sus cañones con coraje y patriotismo, haciendo huir a los ibéricos con destino a laisla grande de Chiloé luego de casi tres horas de intercambio de disparos de cañones de ambos bandos. Esteepisodio en la historia de ambas instituciones selló una hermandad y luego, por un destino amargo, setuvieron que enfrentar enla Guerra del Pacífico. Hay que destacar que los marinos de ambas naciones manejan códigos y un respeto muy grande por ser instituciones fundamentales con un sentido de caballerosidad heredada de grandes hombres como Miguel Grau y Arturo Prat.
En razón a un episodio histórico que enaltece a dos pueblos hermanos se ha establecido celebrar el Día de la Amistad entre ambas naciones que abriga a dos pueblos amigos que los conecta en muchos aspectos. La vida multicultural es emocionante desde un buen cebiche, una deliciosa manzana chilena y el controversial pisco, elixir de los dioses, Viva Chile, Arriba Perú, históricamente unidos.