Todo Chile EN EL BOLSILLO
Todo Chile EN EL BOLSILLO Si los protagonistas de esta historia fueran los Beatles, podría decirse que Rodrigo Verdugo es Ringo Starr.
No porque este ilustrador de naturaleza sea un beatlemaníaco, sino porque su reciente trabajo, la flamante guía de bolsillo bilingüe Chile:Funga / Flora / Fauna, que acaba de pu-blicar hace unas semanas, la hizo “con una pequeña ayuda de sus amigos”, tal como canta el baterista en uno de los temas del disco Sgt. Peppers.
Sus amigos, en este caso, fueron algunos de los científicos y especialistas más destacados de Chile, como la botánica María Teresa Eyzaguirre, el entomólogo Jaime Pizarro-Araya o los biólogos marinos Marcelo Flores y Carlos Olavarría, entre otros.
Ellos lo ayudaron con la información científica, la revisión de textos y otros detalles técnicos de un libro que, por más simple que fuera, no podía tener “yayitas”. Ahora, si dijimos que en esta historia Rodrigo Verdugo es Ringo Starr, también podría ser Paul McCartney: no solo por lo trabajólico (Verdugo estuvo dos años y medio dibujando día y noche, en cada rato libre, 1.100 ilustraciones de más de 800 especies, haciendo y rehaciendo partes y detalles hasta el hartazgo: su señora es paciente testigo), sino porque además, en definitiva, quiso hacerlas y decidirlas todas, tal como el bajista en los Beatles. En su caso, desde el diseño y la diagramación de su libro hasta qué especies incluir y cuáles dejar fuera. “Yo traté de poner lo que creo que la gente va a ver cuando sale a terreno.
Es decir, lo mismo que he estado viendo desde los dos o tres años de edad, cuando salía con mis papás de vacaciones”, dice Verdugo en su departamento una calurosa tarde de diciembre, mientras de fondo se escuchan unas cotorras argentinas, las mismas que una vecina de su edificio describió como “molestosos loros choroy”. “Este libro quizás podría ser para ella”, comenta Verdugo, y luego de decir eso nos vamos a la página 103 de su guía: allí, en una sección sobre loros, están dibujados el choroy y la cotorra argentina, pero esta última lleva además un ícono un ojo rojo y un texto cortito que la identifica como especie exótica invasora y, además, plaga en la zona central. (No se parecen casi en nada, señora. ) Para el autor, la selección de especies era tan indispensable como el tamaño de esta guía y la información que contendría. “Lo que suele ocurrir con estos libros es que son demasiado grandes, caros y difíciles de llevar a terreno. Al final no los compra nadie o se quedan solo entre científicos”, dice Verdugo. “Yo quería hacer algo distinto: una guía que fuese una herramienta para llevar en el bolsillo sin preocuparse demasiado si se rompe o se moja, porque no cuesta tanto. Además, de repente lo único que uno quiere saber de una especie es el nombre y un par de datos más, o si lo que viste es eso o no.
Yo no quiero menospre-POR Sebastián Montalva Wainer. ciar el trabajo científico, porque a mí me han ayudado y ordenaron este libro, pero creo que a veces se piensa todo de una manera súper científica y al final nadie aterriza nada”. Rodrigo Verdugo comenzó a dibujar animales de niño, influido por su papá y su abuelo, y luego por próceres de la ilustración nacional como Andrés Jullian, y desde entonces no ha parado.
Publicista de profesión, fotógrafo y apasionado naturalista, su mirada siempre ha estado definida por esta formación: para Verdugo, las ilustraciones de naturaleza y la divulgación científica en general tienen que hacer todo lo posible por impactar y llamar la atención rápidamente, sobre todo en el mundo actual, donde las redes sociales disparan millones de estímulos audiovisuales cada segundo, y no precisamente relacionados con pajaritos o ranitas en peligro. De lo contrario, plantea, el objetivo de conservación se pierde. “Honestamente, yo siento que vamos directo al precipicio”, sostiene Verdugo, refiriéndose al tema de fondo que lo motivó a hacer este libro: la desaparición de especies. “Estamos más preocupados de colonizar Marte que de mejorar lo que tenemos aquí, siendo que es mucho más barato.
Hay mucha ignorancia al respecto, y lo que yo trato es llegar a la gente común, porque los científicos son los únicos que leen estos documentos de 300 páginas”. Esta motivación se puede apreciar en su prolífico trabajo como ilustrador y creador de contenidos científicos: Verdugo conocido entre sus amigos y en redes como @rodrigowsky, por una derivación de su segundo apellido, Tartakowsky ha ilustrado y diseñado libros como Mamíferos de Chile (de Agustín Iriarte), el reciente Mamíferos marinos de Chile (que hizo con científicos como Carlos Olavarría y el propio Iriarte) o De chincol a jote (sobre aves, junto a Joel Cabezas); además de todo tipo de folletosde Conaf, el Ministerio del Medio Ambiente, el SAG, la WCS, incluso videos animados sobre distintos temas de conservación.
Su nuevo libro es un proyecto que comenzó a soñar hace años, cuando una vez, durante un viaje por España, vio una pequeña guía de campo sobre los Apeninos que se podía llevar en el bolsillo.
Tenía lo esencial para un visitante que quería observar la naturaleza que había allí, y se trataba de un librito, no un mapa desplegable en ocho partes ni trípticos sobre temas individuales que obligarían a llevar varios en un mismo viaje. “Mi gran deseo es que esté siempre a mano o en la mochila, un poco de conocimiento que nos permitirá recuperar y conservar nuestro patrimonio natural”, escribe Verdugo en el pequeño prólogo de su libro. Y en vivo profundiza un poco más.
“ L o ú n i c o parecido que había es la guíaFlora y fauna de Chile, de laestadounidens e S h a r o n Chester (Editorial Lynx), pero es un libro de 2010, tiene 400 páginas y mucho texto. Yo quería simpleza y hacer algo más pequeño y ordenado”, explica. Entonces a Verdugo le salió el Paul McCartney que lleva adentro y se propuso hacerlo todo él mismo, de forma autofinanciada y recurriendo a ahorros familiares, a través de su propia editorial: Fagus del Sur. Primero que todo, decidió que sería una guía sobre Chile completo, desde el norte hasta la Antártica, ZEPÓLOSNOFLAOIGRESy que estaría ordenada por temáticas y por especies: hongos, flora y fauna de cada zona. En algunas partes hay especies relacionadas con su observación a l en terreno: por ejemplo, junto chagual está dibujado un picaflor gigante, pues es común verlos asociados. En otras, junto a un árbol como el boldo aparece la silueta de una persona, para hacerse la idea de su tamaño.
También, lo apuntábamos, están incluidas especies exóticas invasoras, pero que se observan muy a menudo, como el abejorro europeo (que tienen rayas amarillas y negras; el abejorro chileno, que es naranjo, ya casi no se ve porque está en peligro de extinción) o el dedal de oro, una flor amarilla que abunda a orillas de caminos y cerros desde Coquimbo a La Araucanía. Y hay mamíferos terrestres y marinos, aves urbanas, rapaces, las principales lagartijas y anfibios, hasta arañas, polillas, tábanos y escorpiones.
Para eso, Verdugo no solo utilizó su conocimiento de años en terreno, sino también información de libros y papers, habló con sus amigos científicos, escribió los textos, los tradujo al inglés, diseñó las páginas, las mandó a imprimir y, por cierto, hizo a mano (en digital, a partir de fotografías) cada una de las de 1.100 ilustraciones que incluye su guía. “Ahora están sacando muchos folletos hechos con inteligencia artificial y se está cayendo en cosas pencas: a veces la inteligencia no entiende la instrucción y sale una paloma con pechugas”, lamenta Verdugo.
“Al final, así tú no logras reconocer a ningún bicho, vienen mal los dibujos y la información es deficiente”. Menos es másEn la portada de Chile: Funga / Flora /Fauna aparecen un puma, un chagual, un chucao y, arriba, una vaquita del desierto, un coleóptero endémico de las terrazas costeras de Caldera, Región de Atacama. La decisión pasó, nuevamente, por su mirada: “Son animales que venden”, dice Verdugo con sinceridad.
“A los gringos les gustan los pumas, y el chucao es casi como Fiu (la mascota basada en el pájaro sietecolores de los recientes Juegos Panamericanos). Los puse por poner algo común y fácil de identificar”. Decidir qué especies incluir y cuáles sacar en secciones como invertebrados, escorpiones, mamíferos marinos o patos, significó un tira y afloja entre Verdugo y sus amigos científicos, en el que prevaleció la mirada del autor.
“No podía poner todos los tipos de escorpiones o caracoles que hay, tampoco hacer la diferencia entre un ave rapaz adulta y juvenil, o incluir mamíferos marinos como los zífios, que prácticamente nunca llegas a verlos”, explica Verdugo y vuelve a insistir en el punto que ha motivado su trabajo todos estos años. “No te cuento el enredo de nombres que yo mismo tengo en la cabeza: por eso no me interesa el tema de los nombres científicos, porque no tiene sentido aprendérselos”, afirma. “En este libro hay como 830 especies y en un momento me aburrí y decidí no incluir más. Lo que yo trato es que haya una conexión y que las personas sepan que hay especies que pueden ser dañinas para el ecosistema y otras que no lo son y que hay que cuidarlas.
Si con este libro se aprenden diez cosas nuevas, excelente”. DA MANOLa guía rápida Chile: Funga/ Flora / Fauna tiene 148páginas, es bilingüe y se puede conseguir en librerías como Taller Sietecolores, Libro Verde, Bros y Bosque Chileno, y también escribiendo al correo: contacto@fagusdelsur.cl Pasión naturalista.
Tras dos años y medio de trabajo, el ilustrador de naturaleza Rodrigo Verdugo logró su proyecto soñado: completar su propia guía de campo sobre flora, fauna y funga de Chile. ¿El objetivo? Ayudar a reconocer las principales especies que se ven en terreno y llevar toda la información básica necesaria en el bolsillo. AUTOR. Rodrigo Verdugo hizo 1.100 ilustraciones de más de 800 e