Listas de espera: un desafío urgente
Listas de espera: un desafío urgente 1 Invertir en el sistema público: más quirófanos, más camas, más médicos y especialistas son esenciales. 2.
Fortalecer la atención primaria: si los problemas se re'suelven a tiempo en los Centros de Salud Familiar (CESFAM) o Centros Comunitarios de Salud: Familiar (CESCOF), se logra descongestionar el nivel secundario de atención en salud. 3, Colaboración público-privada: las clínicas privadas tienen capacidad ociosa que podríautilizarse para reducir las listas de espera.
Es posible diseñar acuerdos transparentes yéticos para que nadie se quede sin atención. la tecnología: 4, Aprovechar puede acercar latelemedicina especialistas a comunidades y descongestionar rurales hospitales. 5, Prevenir en lugar decurar: fomentar estilos de vida saltrdables (promoción delasalud) yla detección temprana deenfermedades (prevención de la enfermedad) puede reducir la presión quela demanda ejerce sobre el sistema, En el corazón de este problemaestán las personas. Son ellas quienes necesitan una mejor salud, prevenir la enfer= medad, un diagnóstico precoz y tratamiento oportuno, rehabilitación o cuidados paliativos. Resolver las listas de espera no es solo un desafío técnico, es una deuda moral con quienes confían en que el sistema de salud no los abandonará. Chile tiene la capacidad y el talento para construir un sistema de salud más justo, pero necesitamos actuar con urgencia, empatía y visión de futuro. Kistian Bulving DiEn Chile, miles de personas enfrentan una dolorosa realidad: esperar meses, incluso años, para una consulta médicaespecializada o una cirugía. Detrás de cada número hay historias de sufrimiento, angustia y vidas en pausa de pery familias.
Esta situación sonas nosolo refleja las limitaciones del sistema de salud público, sino que también arrastra en eltiempo la desigualdad en un país donde la atención en salud debería ser un derecho garantizado, no un privilegio, Si lo vemos desde los determinantes sociales de la salud, laslistas de espera nosoloafectan la salud física de las personas, sino también su salud mental y calidad de vida. Es dificil imaginar elimpacto de vivircon dolor crónico o la incertidumque nollebredeun diagnóstico ga, mientras se intenta continuar con la vida. Incluso lo teríible que puede ser recibir esa hora tan esperada cuando la persona ya ha fallecido.
La raíz del problemaes compleja:elsistema público no tiene la capacidad para cubrir la creciente demanda, hay una distribución desigual de recursos médicos y tecnológicos, y el acceso a la atención muchas veces depende del lugar donde uno vive o de lo que puede pagar. Otros países han pasado por desafíos similares y han encontrado soluciones que pueden inspirarnos. El Reino Unido, por ejemplo, estableció tiempos máximos de espera garantizados por ley. Si un usuario no es atendido dentro del plazo, podía ser derivado a otro hospital de laredasistencial Esto, acompafado de inversiones en infraestructura y personal, logró resultados significativos. En Nueva Zelanda, se diseñaron sistemas. que priorizan a los usuarios según la gravedad de su caso y la posibilidad de mejorar con tratamiento, haciéndolo de manera dara y transparente.
Chilerecoge elementos de estas yotras muchas estrategias, pero no siempre la implementación de un modelo asegura su optimo. funcionamiento. ¿Qué puede hacer Chile? Las soluciones están a nuestro alcance, pero requieren compromiso y acción:Director de nto Ñ a USS Sede.