Autor: MARGHERITA CORDANO
Inseguridad y falta de docentes son parte de los desafíos en los colegios pospandemia
Inseguridad y falta de docentes son parte de los desafíos en los colegios pospandemia Como parte de las actividades ción de el summit de educaenmarcadas en la octava edi ción superior Protagonistas 2030, que se llevó a cabo hace unos días, “El Mercurio” invitó a más de una decena de directores escolares, de establecimientos públicos y privados, de Santiago y otras regiones, a conversar sobre los grandes cambios que han visto en sus instituciones en los últimos cinco años. Con ellos también estuvieron Cristián Edwards, vicepresidente ejecutivo de El Mercurio, y Marlén Eguiguren, directora de Emol.
Estos fueron los puntos más nombrados: 1 Salud mental de la comunidad La pandemia de covid-19 dejó una secuela grande “específicamente en la autoestima y desarrollo de habilidades sociales de los niños”, comentó María Jesús Morgado, directora del Colegio San José de Lampa, parte de Fundación Astoreca. Para los adolescentes, fue especialmente complicado volver a clases “y mostrarse cómo son.
Venían de dos años sin hacerlo y se preguntaban ¿ cómo me van a encontrar los otros, qué van a pensar de mí?. Muchos no querían sacarse la mascarilla”. “La contención emocional fue lo más importante. Uno veía niños que andaban en los patios como zombis, se cruzaban y no se hablaban”, lamentó Marcela Carrillo, directora del Liceo Amanda Labarca. “Nosotros trabajamos en sectores muy vulnerables (... ) y nuestros niños estuvieron expuestos a muchas situaciones muy complejas.
De hecho, nuestros proyectos lo que pretenden es sacar al niño de la casa o barrio y tenerlos al menos ocho horas fuera de una exposición compleja, en términos de relaciones familiares y situaciones a su alrededor”, explicó Ximena Torres, directora de los colegios de Fundación Astoreca. Estando en cuarentena, eso fue prácticamente imposible. Los directores concordaron en que, actualmente, el trabajo psicosocial es parte fundamental de la labor que cumplen las escuelas. “Costó que los niños entendieran y retomaran hábitos como estar sentados, concentrados, escribiendo a mano. En la casa se paraban en cualquier minuto, iban al baño o comían. Hubo que reordenar hábitos y desarrollar habilidades sin tanta pantalla”, planteó Paula Callejón, vicerrectora del Colegio Marista de Santiago.
Asimismo, “hemos percibido que hay una necesidad de mayor espiritualidad (... ). Independientemente de la religión que uno profese, vemos mayor necesidad de conectarse con uno mismo”, señaló Fernando Maffioletti, rector del Colegio Sagrados Corazones de Manquehue. 2 Pantallas con límites La pandemia aceleró una transformación digital significativa, dijeron los directores presentes. “Tuvimos que romper paradigmas; cambiar a la sala de clases virtual, preparar profesores y avanzar en la tecnología”, comentó Andrea Correa, rectora del colegio Pumahue de Chicureo, de la red Cognita. “Para nosotros fue un desafío gigante, porque no todas las casas contaban con internet. Desde la fundación, se hizo un esfuerzo importante y se les entregó banda ancha móvil a los niños para que se pudieran conectar”, indicó Ximena Carrasco, directora del Colegio San Joaquín, de la Fundación Astoreca. El desafío actual es lograr que las pantallas no absorban del todo a los estudiantes. Para lograrlo y de paso mejorar la convivencia escolar, según plantearon, varios establecimientos han optado por la política de cero celulares en el aula. “Nada hasta 4 medio”, indicó María Isabel Jeannot, rectora del Instituto Inglés de Talca.
Desde su prohibición el año pasado, “bajaron significativamente los conflictos”, agregó Correa. 3Fuga de docentes “Los profesores nos abocamos a acortar las brechas de aprendizaje y lo logramos”, dijo Cristian Cintas, director del Liceo María Luisa Bombal. “Pero eso exigió un esfuerzo enorme y como consecuencia, los docentes se replantearon y dijeron es hora de que yo me sienta bien. Y comenzaron a emigrar a otras ciudades”. Así, a muchos los vieron partir al sur del país, por ejemplo. “Hoy nos cuesta conseguir docentes”, asintió Ignacio Tupper, rector del Colegio San Benito. “Casi nadie quiere ser profesor. Hay pocos dispuestos, a menos que tengan una vocación grande y fuerte.
Lo estamos pagando y vamos a pagar por mucho tiempo: hay escasez de profesores con vocación”. Los docentes “más jóvenes, nuevos, ya no vienen y dicen que no necesitan 44 horas (de trabajo a la semana). Piden 20 o 25.
Eso duplica el recurso humano y recurso financiero de un colegio”, advirtió Cristian Cintas. 4 Relación colegio y familia “Creo que la relación con los apoderados se volvió más compleja después de la pandemia, porque los profesores estuvieron muy expuestos en las clases online. Cualquier apoderado podía verlos y determinar, bajo sus propios criterios, quiénes eran los mejores y quiénes no estaban haciendo bien su labor”, expuso Carlos Packer-Comyn, rector de The Mayflower School. De esta forma, los docentes “se sienten vulnerables y expuestos”. “Hay dos elementos que (tras la pandemia) algo persisten. Uno tiene que ver con el desarrollo de la empatía, que se afectó fuertemente; esa autorregulación que se genera en el encuentro con el otro. En la misma línea, pero más colectivo, está la const r u c c i ó n d e c o m u n i d a d. U n a comunidad real versus una virtual; reconocernos. En eso estamos trabajando todavía, el tema de ser comunidad, incluidos los apoderados”, señaló Juan Pablo Contreras, director del Colegio Cumbres. “La participación de los padres es, en mi opinión, clave para el éxito de los alumnos. Sin sus apoderados, nuestros niños tienen menos probabilidades de éxito”, destacó Nicholas Murphy, rector del The Wessex School de Concepción. “Es un reto diario, porque se ve cierta apatía”. 5 Entorno social y seguridad La crisis de seguridad e incluso la narcocultura han tenido un correlato en las comunidades escolares. “El sector donde está nuestro colegio (particular pagado) es uno de Colina donde una de las prioridades más complejas son la seguridad y las drogas. Entonces tenemos políticas que abordan eso; hay un impacto importante que obliga a actuar rápidamente”, indica Correa.
Asimismo continúa se han profundizado protocolos relacionados con “extremismo y radicalización”. Jeannot, quien reconoce que sufrieron el secuestro de un apoderado, expuso que están en una zona donde “cambió el entorno”, y que “hay un montón de platas del colegio que se están yendo a un nuevo programa de seguridad”. Mientras que el Colegio Marista está “haciendo todas las actividades más temprano” para promover la seguridad, en la Fundación Astoreca, que cuenta con colegios en sectores como Lampa y Renca, ha crecido la inseguridad respecto al traslado de la comunidad. “Yo antes jamás pensé en mirar al auto de adelante o de atrás en la autopista; tener que irme con alguien por seguridad.
Eso también nos ha traído mayor dificultad en la contratación de profesores”, concluye Torres.. Han visto disminuir el vínculo con los apoderados y la cantidad de profesores “con vocación”. Pero también decidieron darle al trabajo psicosocial un rol clave y algunos sacaron al celular del aula. Desayuno reunió a 13 representantes de establecimientos públicos y privados: “Los profesores se podrían describir como más preocupados de su bienestar.
Si sienten que algo no es bueno para ellos, se van a otro lugar sin importar el mes”, comentó Ximena Carrasco, directora del Colegio San Joaquín, a propósito de las renuncias durante el año y la dificultad de tener “una planta docente completa en marzo”.