Sordera colectiva
Señor Director: En políticas de infancia y salud mental los diferentes gobiernos llevan años padeciendo de una sordera colectiva.
Se ha dicho hasta el cansancio que los niños, niñas y adolescentes que hoy se encuentran bajo el cuidado del Estado por graves vulneraciones a sus derechos no están recibiendo la mínima respuesta que requieren en el ámbito de su salud mental.
El último estudio de opinión de niños, niñas y adolescentes bajo el cuidado del Estado de la Defensoría de la Niñez remarca que ellos y ellas reconocen el acceso y atención en salud mental :omo un derecho, una urgencia Les inquieta el consuno de drogas y la necesidad de con centros especializados rehabilitación. Además, el 43' dice no poder acceder a un psi: quiatra y, un 38%, a un psicólogo. Niños, niñas y adolescentes del sistema de protección espe: ializado, con mayor via en mujeres, registran un mi yor número de factores negati: /0s asociados a su trayectoria de ida.
Estos, sin duda, inciden ex su salud mental, traduciéndose en mayores niveles de violencia sexual, abuso y explotación sexual; más experiencias traumá mayores trastornos de sa lud mental como depresión, es rés postraumático, autoagresiones, conductas de riesgo, problemático de alco drogas, entre otros. Hoy un niño o niña en residencia no cuenta con acceso a evaluación y tratamiento especializado en salud mental.
Inclus: en varias regiones no existen ni los profesionales ni los centros especializados para abordar las más básicas en est alusiones al dolor que nos provoca la realidad de niñas, niños adolescentes, conmemoramos de salud mental, esperamos ¡. enos sordera y más voluntad olítica. Más acciones y una actuación coordinada de los organismos del Estado responsables dela provisión de prestaciones ervicios. La prioridad se conreta cuando destinamos las aciones y los recursos ahí donde hemos puesto nuestras pala-