"Correa es un gran alimentador del mito sobre sí mismo"
"Correa es un gran alimentador del mito sobre sí mismo" ANDREA INSUNZA Y JAVIER ORTEGA, ESCRITORES DEL LIBRO DE ENRIQUE CORREA S eminarista en momentos que soplaban los vientos de una Iglesia Católica más progresista, DC "rebelde" durante el Gobierno de Eduardo Frei Montalva, promotor del quiebre que dio origen al MAPU --cuando la UP se acercaba a La Moneda-y dirigente clandestino en la dictadura en Moscú, Berlín y Santiago. Impulsor del acercamiento del centro y la izquierda, aspiración que vio hacerse realidad cuando Patricio Aylwin se convirtió en Presidente y él en su flamante vocero de Gobierno. Y, más tarde, pionero en el mundo del lobby y los asuntos públicos. Enrique Correa Ríos es un protagonista de la historia política de los últimos 60 años. Hace ocho años que los periodistas Andrea Insunza (AI) y Javier Ortega (JO), directores de la productora periodística «Un día en la vida», comenzaron a trabajar en lo que ellos califican su investigación más ambiciosa. Correa les parecía un personaje muy atractivo, que "les permitiría contar el cambio de mano del poder". No se equivocaron.
En las más de 500 páginas del libro «Enrique Correa, la biografía del poder» (Periodismo UDP y editorial Catalonia), relata eso y mucho más: es la historia política chilena de las últimas seis décadas. --¿ Qué los sorprendió en la investigación? AI: Pensábamos que Correa nos iba a permitir contar cómo el poder había cambiado de manos desde antes del golpe hasta después de la recuperación democrática y eso se cumple completamente. Muestra cómo el poder antes estaba en el circuito tradicional del Estado, los partidos, en fin, y luego, se traslada al mundo privado, de los empresarios y donde está el dinero. Eso se muestra con el tránsito personal de Correa.
Teníamos menos claro que sería una oportunidad para contar la historia de los amores y desamores entre el centro y la izquierda, algo muy importante para Correa, porque él provoca el quiebre entre esos mundos y es parte importante de los esfuerzos por reunirlos. JO: Es muy simbólico, el quiebre de la DC y la izquierda es una de las explicaciones del golpe. Eso está muy bien contado en la vida de Correa, porque él se pelea con Aylwin. En la infancia, estaba muy influido por el pensamiento católico y la DC. En ese tiempo, Aylwin va a Ovalle, está con él y lo marca. Pero cuando se viene a estudiar a Santiago se convierte en "rebelde", contrario a la línea oficial del partido de Frei Montalva y su gran adversario es Aylwin. Y, en 1987, cuando se encuentran en el Comando de Elecciones Libres, Aylwin le dice: "Yo a usted lo conozco" y agregó "pero si nos habíamos peleado tanto". Es como el reencuentro de dos mundos.
Eso no lo teníamos tan claro. --¿ Y de su personalidad? AI: En la investigación fuimos descubriendo que Correa es un gran alimentador del mito sobre sí mismo, en el sentido de este señor poderoso, contactado con mundos tan diversos y tan opuestos, un gran negociador, etc. Y nos encontramos, por lo menos, con dos cuestiones que nos sorprendieron. Una es distinguir su rol de lobista con el rol de consejero personal de algunos empresarios, que es distinto, consejero muy importante para gente como Luksic padre o su hijo Guillermo Luksic. Por el otro, el mito del gran negociador durante la transición.
Hay un episodio en el "ejercicio de enlace" (1991), en donde Correa comete errores y más bien pisa el palito que Pinochet le pone. "Cuando era ministro lo encontraban artesa" --¿ Cómo construye su influencia? JO: Desde pequeño era muy popular. En Ovalle, a los 10 años todo el mundo lo conocía, era un viejo chico que hablaba mucho, recitaba, pese a que era tartamudo. Los profesores lo conocían porque era aplicado. Pero los cabros desordenados, los que se agarraban a peñascazos, también eran amigos de Correa.
Después cuando descubrió que quería ser político fue profesionalizando esa cualidad, en buena parte gracias a la Juventud de Estudiantes Católicos (JEC). Correa entra ahí y la primera realidad con que te topas son las personas y el trato tú a tú. --El contacto cara a cara es uno de sus puntos fuertes. AI: Muy fuerte, la conversación con los otros, el ponerles atención, el atender qué los motiva, dónde están los puntos de encuentro, es una cualidad de él. Durante toda esta primera etapa, donde él transita en el poder tradicional, el control del aparato partidario se le da muy bien. Le acomoda ser el segundo, el hombre que lleva a cabo los planes que traza el primero. Por eso, los primeros también lo quieren, porque es muy eficiente.
Como ministro Secretario General de Gobierno de Aylwin maneja la gran caja de fondos reservados del Gobierno y ahí entiende que hay otra "Su empresa no es para ganar dinero, es la excusa para hacer lo que siempre ha sido su pasión, que es tener influencia y desplegarla", dicen los periodistas, autores del libro del momento: «Enrique Correa, una biografía del poder». F O T OGR AFIA : CL A UDIO COR TE S V Claudia Valle Andrea Insunza y Javier Ortega: "Correa es un gran alimentador del mito sobre sí mismo". "Correa es un gran alimentador del mito sobre sí mismo" fuente de poder, que el dinero también sirve para generar poder político y eso es lo hace muy talentosamente después cuando ya se privatiza. JO: Algo que desconocía, porque si eres católico de la Doctrina Social de la Iglesia el dinero es algo medio pecaminoso. --Y de origen popular.
AI: Una cuestión que Correa dice en entrevistas es que cuando pasó más hambre, más frío y estaba más solo, pero vivía en la mitad de ese mundo de la iglesia popular, de las poblaciones de la periferia de Santiago, fue la época más feliz de su vida. --En el libro, muchos coinciden que su apariencia desastrada es una característica. AI: La apariencia nunca le ha importado, ni antes ni ahora. Cuando fue ministro le ayudaron a mejorar la facha y eso tuvo efectos, pero los símbolos de estatus, el reloj, el auto, la corbata, no le interesan. JO: Desprecia un poco a los que vienen de abajo y pretenden olvidar su origen con esos juguetes.
AI: Varios entrevistados nos repetían que en Imaginaccion decía: "A nosotros nunca nos van a aceptar las personas para las que trabajamos y nunca hay que olvidarlo". JO: Eso es por la mamá, a quien adoraba. Ella venía muy de abajo, había pasado muchas penurias y él reivindicaba su origen.
AI: Eso también explica porque los Luksic, Saieh, Julio Ponce Lerou, enganchan con él; ellos son de provincia, medio mirado en menos por la aristocracia o la oligarquía santiaguina. --Cuando era ministro era criticado por esto.
JO: Cuando era ministro lo encontraban artesa, comunista, hasta Pinochet decía: "Ese barbón que está ahí es el que arma las contramanifestaciones cuando yo vengo a La Moneda". AI: Había mucho clasismo y prejuicio en la mirada hacia Correa, era lo más izquierdista que los poderes fácticos podían imaginar.
Le decían "el pebre", porque era picante, pero bien preparado. --¿ Eso le molestaba? AI: Intuimos que es una persona consciente de sus fortalezas, de que en el resultado demuestra su valor y eso fue lo que ocurrió. Los militares, los partidos de derecha y los empresarios terminaron valorándolo. Terminó siendo requerido por aquellos que lo miraron en menos. JO: Un año se demoró Correa como ministro de Aylwin en convertirse en el hombre del año, el ministro del año. Eso lo decía «La Segunda» en 1991. --Ese es el momento más importante de su vida política. AI: Claro, cuando fue ministro, y lo conocieron los fácticos. Sale de la trastienda, sale detrás del trono y se convierte en un rostro. Deja de ser el segundo. Esa designación es decisiva en la vida de Correa. JO: Si Aylwin no lo obliga a ser vocero, el Correa que conocemos no existiría. --Él no quería asumir ese cargo. AI: Él no quería porque sabía que sus talentos eran otros. JO: Como vocero tampoco abandona la trastienda, está adelante y atrás. La agenda legislativa de Aylwin la lleva Correa, Cortázar y Foxley. Pero Correa negocia, se va al Congreso y Boeninger le dice: "Si usted tiene una duda, me llama". --Eso es lo que pretendían reeditar con Boeninger si Correa hubiese sido nombrado senador designado en 1998. AI: Claro, cuando Frei tiene que nombrar a los senadores designados, la idea de Boeninger es que los nombre a ambos para replicar la dupla del estratega y el negociador. Pero fracasa a raíz del rumor sobre su vida privada que hace que Frei vete su nombramiento, porque lo discrimina. --Por la amistad con el actor y director de teatro Andrés Pérez. AI: Nos pareció importante dejar establecido que hubo un veto a raíz de un rumor sobre su vida privada, si ese rumor era cierto o no, ya no tenía interés público.
Y más importante todavía, después de eso, dado que se le habían cerrado, además, las puertas en el PS para ser candidato a senador o para tener un cargo partidario, él anuncia su retiro de la vida política.
Era algo que teníamos que abordar, pero dando cuenta que el veto era la historia principal. --¿ Ese es el criterio que definieron para tratar la vida privada? JO: Nosotros abordamos aspectos de la vida privada de Correa solo cuando se cumplían determinados requisitos.
Que los hubiera contado el propio Enrique Correa; que fueran esenciales para entender al personaje público, como su infancia y la relación con sus padres; y que fueran hechos políticos, ya sea que lo hayan comentado compañeros de ruta de Correa o él mismo.
Por ejemplo cuando lo enjuician políticamente por haber tenido dos hijos con diferentes mujeres con un mes de diferencia, lo que se llamó el "juicio de Varsovia". Eso te dice mucho de cómo era la izquierda en ese tiempo. Y de la posición en la que estaba él. "Nada en Correa es al azar" --Muchas fuentes que entrevistaron destacan el talento político y su magnetismo personal. JO: Y un gran talento para desplegar el poder. Nada en Correa es al azar, cómo te recibe en Imaginaccion, cómo te da la mano, todo es un despliegue de poder. Y como ministro lo hacía perfecto. AI: Como ministro era distinto si te hacía pasar a la oficina, si te recibía solo en una sala contigua, si te iba a dejar a la puerta. A veces si quería intimidar a un grupo de personas las podía invitar a almorzar o a comer al ministerio y la mesa estaba de punta en blanco. Él ocupa todos esos símbolos y todas esas maneras para hacer sentir el peso de su autoridad. JO: Y cuando te quería cancelar la entrada en La Moneda, te la cancelaba. AI: Sabe castigar, premia y castiga. JO: Se puede sentir mucho porque hiciste un gesto político que lo hirió.
Si él te hace un favor y no lo llamas por teléfono para agradecerle, él queda dolido mucho tiempo. --¿ Cómo se entienden sus colaboraciones ad honorem y que haya acogido en su empresa a mucha gente en problemas? JO: Porque su empresa no es para ganar dinero, es la excusa para hacer lo que siempre ha sido su pasión: tener influencia y desplegarla. AI: Disfruta estar en el momento o en los circuitos donde se toman las decisiones. Y, en esos casos, suspende todo lo que puede. JO: También tiene esa cuestión medio de cura de recoger al caído. AI: Y él ayuda por afecto y hace apuestas políticas. --Carolina Tohá es una de sus apuestas políticas. AI: Lo fue en el tiempo de «ProyectAmérica», cuando él y otros dirigentes de la Concertación estaban interesados en proyectar una generación de recambio, allí estaban Carolina Tohá y Claudio Orrego. El reporteo más reciente es que la de ellos nunca ha sido una relación tan cercana. Pero él deja que se alimente el mito.
Cuando Tohá llega al Ministerio del Interior se interpretó como que Correa empezaba a tener una mayor llegada a La Moneda y no era así, pero él no corrige eso. --Ustedes plantean que la influencia de Correa ha bajado. ¿A qué lo atribuyen? AI: Esta comparación la hacemos con su momento de mayor apogeo como lobista y consejero empresarial, que coincide con el Gobierno de Lagos pero que se extiende más allá. En esa década no tiene competencia. Alguien nos dice que una empresa que no tuviera a Correa no existía. El símbolo de la época es el MOP Gate. Pero ahora hay varios nudos de poder que pierden peso. Los empresarios con los que él tenía una relación más cercana murieron o han perdido poder. Hay un cambio generacional en el mundo empresarial que lo afecta. También hay un cambio generacional en la política. Las relaciones y la cercanía con el mundo de la exConcertación, incluso con el de la Nueva Mayoría, son muy distintas a las que tiene con el Frente Amplio. JO: Eso también pasa en la derecha, Correa tenía muy buenas relaciones con los coroneles de la UDI (Andrés Chadwick y Pablo Longueira), pero ya no están. Es natural, porque Correa tiene 79 años, y sus redes también van cumpliendo edad. Correa tenía el estigma como lobista de ser el hombre del teléfono y eso ya no es tan fácil, sea cierto o no. AI: Hoy día hay más actores, hay más competencia, y es una industria desafiada por la crítica pública. Imaginaccion ya no es amo y señora como lo fue durante muchos años.
Como ministro de Aylwin maneja la gran caja de fondos reservados del Gobierno y ahí entiende que hay otra fuente de poder, que el dinero también sirve para generar poder político". Había mucho clasismo y prejuicio en la mirada hacia Correa. Le decían «el pebre», porque era picante, pero bien preparado"..