MIS CUADROS SÓN COVIO LAS TELESERIES, VERDADEROS CULEBRONES"
MIS CUADROS SÓN COVIO LAS TELESERIES, VERDADEROS CULEBRONES" IBLO LINSAMBARTH, PINTOR SON COMO LAS TELESERES, ¡VERDADEROS CULEBRONES! ” SU OBRA, QUE SE INSCRIBE EN EL REPERTORIO DE LA NUEVA FIGURACIÓN LATINOAMERICANA, SE PERCIBE COMO UN BARROQUISMO AL RITMO DEL REGGAETÓN.
PARA ARRIBA, HASTA ABAJO, EL CHILENO QUE RENUEVA LA TRADICIÓN PICTÓRICA SOLAMENTE DICE QUE QUIERE SER AMABLE CON EL ESPECTADOR MEDIANTE ESCENAS DE POOL, ETIQUETAS URBANAS, HIPÓDROMO Y TAMBIÉN TELETRAK. y 5 CUADROS Por Alfredo López J.. MIS CUADROS SÓN COVIO LAS TELESERIES, VERDADEROS CULEBRONES" SU APELLIDO, DICE, NO TIENE PRECEDENTES. “LO MÁS CERCANO ES LISENBERG O LINDSENBERG”, SEGURAMENTE DE INMIGRANTES ALEMANES-JUDÍOS QUE SE ESTABLECIERON EN EL NORTE DE CHILE, específicamente, en los tiempos en que Antofagasta era controlado por intereses ingleses. “Imagino que les dijeron que podían ingresar si la terminación tenía algo de anglosajón”, explica sentado frente a sus cuadros en la Galería Patricia Ready que representa su portafolio en Chile. Está de paso en Santiago. Dejó su casa y taller en Madrid por un par de semanas exclusivamente para inaugurar la muestra “Al calor de la sombra”, actualmente en el Museo de la Memoria.
Los mitos que rodean el linaje de Pablo Linsambarth Cartagena (1989) han moldeado gran parte de su obra, una que se empeña en transmitir emociones a través del color y la textura en beneficio de escenas casi cinematográficas y que desafían la quietud inherente a la pintura. Lo intuitivo y lo pensado se conectan también con su infancia. Su papá ingeniero y su mamá que estudió filosofía siempre tuvieron la preocupación de que visitara galerías y museos, fuera al cine y a conciertos. Rápidamente, se dieron cuenta de que me gustaba dibujar, pintar y me matricularon en el liceo Experimental Artístico, cerca del MAC y el Artequin.
Recuerdo que en la mañana teníamos clases científico-humanistas y luego, después de almuerzo, seguíamos con talleres hasta las siete de la tarde”. En esos mismos años, su padre decidió estudiar cine y, para enfrentar las asignaturas de apreciación, iba con él y su hermano menor a ver películas.
Él escuchaba cómo yo opinaba y que, de alguna manera, ya tenía dominio de muchos temas gracias al colegio”. A los años, ingresó a estudiar Arte en la Universidad de Chile y tuvo como profesores a Gonzalo Díaz, Pablo Ferrer y César Osorio. Su obra está muy conectada con temas que se alejan del arte tradicional, ¿nunca renegó de la academia? Cero. Siempre tuve un vínculo súper grande con los docentes y creo importante pasar por ahí. No tengo el estigma de que la academia “no te deja hacer”. Al revés, creo que me ha ayudado muchísimo. LA HUELLA PERMANENTE DEL DIBUJO A los pocos años de egresado, enfrentó una pasantía en Murcia junto a otros proyectos fuera del país. Regresó para matricularse en el magíster en Arte en la misma Universidad de Chile, junto a otros nombres como Seba Calfuqueo, José Cori y Catalina Zarzar. En ese momento, linsambarth ya estaba adoptando una estrategia narrativa para su obra.
“Fue algo muy temprano, en el sentido de que el dibujo no era una especie de preparación para la gran tela que quería desarrollar después, sino que quedó para siempre”. De ahí que su sello en enormes lienzos al óleo siempre deja en evidencia el trazo original del dibujo.
“Quiero que eso se vea, por lo mismo hago remarques en negro y dejo una huella a través de los contornos”, establece. ,De dónde fue obteniendo referentes? ¿ Del cómic, del cine? Así es, de muchas partes. Cuando era más chico tuve un acercamiento muy grande al mundo de las tocatas, del punk, del hardcore.
Me gustaba también cómo se construían los afíches, encontraba bacán la gráfica de los fanzines y de los posters, la influencia del pop, de las cuestiones, entre comilla, de la baja y alta cultura y, por supuesto, siempre la pintura. Al mismo tiempo, la figuración me atraía mucho. Me acuerdo de que tuve en mis manos un libro de Lucian Freud que me voló la cabeza, al igual que David. MIS CUADROS SÓN COVIO LAS TELESERIES, VERDADEROS CULEBRONES" 4 L “Me interesaba rescatar aspectos que en este continente funcionan de otra manera. Por la precariedad de las cosas, por coexistir en la. periferia del mundo. Creo que la pintura nace como algo territorial”. Hockney. Fue una mezcla de muchas cosas que, con el tiempo, también fui enfrentando con historias mías, familiares. Es ahí donde aparece el tema de su mamá que sufrió persecución política. Claro, ella había pertenecido al MIR y estuvo en la clandestinidad. Pero yo todavía no nacía. Es cuando comienzo a desarrollar un proyecto que se titulaba “Ausencia, dos puntos”, donde intentaba inscribir las escenas en que no estaba mi mamá, meterlas a la fuerza. Me acuerdo de que mi abuelo una vez me mostró una caja de fotos y, en muchas de ellas, no aparecía mi mamá, sobre todo, las que estaban datadas en el año 1986. Quise rellenar esta cosa enigmática, esa labor ausente, de una mamá que no estaba in situ.
En la muestra “A] calor de la sombra”, ahora en el Museo de la Memoria, también está un episodio familiar, a] borde del mito, donde mi abuela habría amaestrado palomas para que fueran las mensajeras y así comunicarse con su hija. Esa poética, esos cruces simbólicos, no tienen que ver con justicia, sino con los contextos que sacan cosas muy especiales de las personas. Inmediatamente, la crftica dictaminó que su obra abrazaba la neofiguración latinoamericana. ¿De acuerdo con eso? -Creo que es importante dar un marco teórico, aunque a veces puedan ser acciones antojadizas o precipitadas. Es algo que en muchos algunos casos tiene que ver con el diálogo con el público, algo que el espectador necesita. Asimismo, pienso que la neofiguración latinoamericana es una renovación del expresionismo alemán con elementos posiblemente más naif de nuestra cultura. A lo mejor, siempre estuvo. Esta tendencia, en lo personal, no la busqué. Fue apareciendo en la medida que tomé mis propios caminos.
“SOY UN OBSERVADOR DE LO SOFISTICADO” Sus escenas parecieran atrapar el color y el ritmo del continente... Quise desarrollar una investigación que reflejara un poco este lado del mundo, en un sentido muy utópico, porque al fina] los lenguajes son internacionales. Me interesaba rescatar aspectos que probablemente acá funcionan de otra manera, tal vez, por la precariedad de las cosas, por coexistir en la periferia del mundo. Creo que la pintura nace como algo territorial. Y es loco porque cuando uno habla, por ejemplo, de la pintura francesa es algo muy excluyente. Uno no habla de la matemática alemana... , porque la matemática es la matemática. Pero, al parecer, la pintura exige contextualización. Y hoy, ¿de qué se alimenta su pintura para esa contextualización? La música es importante, al igual que el archivo político. No puedo decir, evidentemente, que viví los horrores de la dictadura, sino que crecí en medio de una cultura de relatos. También hay otras cosas que me importan: la luz, el paisaje del desierto, también el litoral central. Es algo de lo que no puedo escapar y me gusta estar en ese entramado. Las tradiciones, mitos y leyendas que ocurren en Sudamérica, específicamente, en Chile me llaman mucho la atención. Es algo que no ves en otro lado. En Europa, donde vivo, las sociedades no se mancomunan con los pueblos originarios. Ese arraigo familiar, con el territorio, es algo que recalco siempre.
Eso también lo enf renta a otros fenómenos, como la economía de mercado, el consumo, las grandes marcas, donde vemos zapatillas Nike, ropa Prada y raquetas Wilson... La moda, el tema del gusto y el consumo tienen la particularidad que hacen muy presentes las cosas. Soy un observador permanente de lo sofisticado. La artesanía, al igual que la alta costura, me parecen de una inspiración absoluta y, al mismo tiempo, muy revolucionaria. Soy fan del corte y la confección. Los patrones que se ocupan en la moda los voy poniendo en la obra. Hago collages mentales y luego los traspaso al lienzo a través de momentos que confluyen y que, muchas veces, son opuestos. Se podría decir, entonces, que en su trabajo encontramos contradicciones sociológicas. Claro, son todas partes de nuestro imaginario, con escenas de billar, de pool, de lugares con gran concentración de gente, el Teletrak o el Hipódromo. Sencillamente, escenas que unen e identifican a la gente. Finalmente, ¿cómo le gustaría que esa gente observara su obra? Aunque también me gusta el video, yo soy pintor. Ahí está mi corazón. Hace varios años me propuse ser lo más amable posible con el espectador. Que lo pase bien, que se construyan diálogos. Me agrada la idea de ofrecer escenografías, donde haya varias historias simultáneas... Como las teleseries. Tal cual. Mis cuadros son como las teleseries. iVerdaderos culebrones!..