Autor: EQUIPO SOCIEDAD
Historias alrededor de la Plaza
L retiro de la escultura ecuestre del general Manuel Baquedano desde la plaza que lleva su nombre, para su refacción y el arreglo de su pedestal, ha generado un debate sobre la pertinencia de la decisión y sus consecuencias.
Lo Cierto es que la violencia que ha presenciado la figura de Baquedano montado en su caballo “Diamante” nunca estuvo en los planes o peores pesadillas de quienes proyectaron esta plaza y la adornaron con sus monumentos. Aquí, parte de su historia.
La historia de la plaza Susorígenes se remontan ala construcción en ese lugar de las "Cajitas de agua”, estanques de cal y que servían para decantar el agua que venía desde las vertientes de Tobalaba o de Ramón, explicaba Francisco Vargas, en La Segunda, en 1994. Mediante tubos de greda enterrados, esta agua llegaba a la Plaza de Armas, donde existía una pila de bronce que aún se conserva en el Palacio de La Moneda. Este servicio resultó destruido en 1783, tras un desborde del río Mapocho. La construcción de los Tajamares, iniciada en 1792, permitió dar cierta tranquilidad en el sector, dice Vargas.
En el extremo sur de esta explanada, donde se iniciaba el camino de Las Condes (avenida Providencia), vivía Juan Agustín Alcalde y Bascuñán el último conde de Quinta Alegre, “que recibía con esmero a las visitas que llegaban de Santiago en carruajes y cabalgatas.
Este lugar apartado, con árboles y callejones apacibles, casi idílico, fue en los primeros años de la República un centro activo de la sociedad santiaguina”. En 1872, a su regreso de Europa, asume como intendente Benjamín Vicuña Mackenna, con la idea de modernizar la ciudad y hacer frente urbanísticamente al crecimiento de esta.
Entre sus ideas estaba la de construir nuevas plazas y así, en la entrada de la Avenida de Oriente (hoy Vicuña Macse inició en 1875 la ejecución de la Plaza La Serena, en honor a la ciudad nortina, y primer nombre para este centro neurálgico.
Una actividad bullente comenzó a desarrollarse, cuenta Varas, Las carretas que traían los productos agrícolas de Las Condes se estacionaban en el sector norte y una línea de tranvías tirados por caballos empezó a circular hacia el oriente.
Por las tierras que habían sido del conde de Quinta Alegre y tarde del Seminario y de las religiosas de Buena Enseñanza, se trazó a fines del siglo una línea férrea que tenía por objeto llegar hasta Puente Alto, con un recorrido de 20 kilómetros, La estación se llamó después Providencia. Pronto se inició la venta de sitios a lo largo de su paso, agrega Varas, y uno de sus costados terminó por llamarse Avenida de las Quintas, hoy Parque o Avenida Bustamante. En 1900, el arquitecto Emilio Jecquier construyó una estructura semejante a la Estación Central, la cual fue demolida en 1943 para construir parte del Parque Bustamante.
Virginio Arias Cruz, el escultor Virginio Arias Cruz (1855-1941), en la foto, provenía de una familia modesta de Ránquil, narra en octubre de 2020 un artículo de Elena lrarrázabal en Artes y Letras de "El Mercurio". Ingresó a la Academia de Bellas Artes, donde se destacó como discípulo de Nicanor Plaza, con quien viajó a París. Allí pudo estudiar en la Academia de Bellas Artes de París y luego en la Academia Julien. Su trabajo obtiene destacadas disti ciones en la "Ciudad Luz" por creaciones como "Un héroe del Pacífico” —hoy conocida como "El roto chileno"— y “El obra que se presentó en el salón de París. En 1900, Virginio Arias fue nombrado director de la Escuela de Bellas Artes por el gobierno de Chile, cargo que desempeñó por más de una década. La escultura "fue realizada originalmente en materiales blandos (arcilla), para luego ser escalada a su tamaño definitivo y fundida en bronce. Su fundición, entiendo, se hizo en los talleres de la Escuela de Artes y Oficios", agrega Zamorano. En la foto de Zig Zag 1928, el Prestdente Carlos Ibáñez visitando la Escuela De Artes y retratándose con Arias y su equipo.
Entre los elementos de la estatua ecuestre están el pedestal, diseñado por el arquitecto Gustavo García del Postigo; sus relieves, que representan las batallas de Chorrillos y Miraflores, un centinela, al costado oriente del pedestal (arrancado y dañado en 2019), y una mujer, al costado poniente, que tiende en señal de triunfo una guirnalda de olivo o laurel (o copihues, según otras fuentes). Sobre la gestación y elaboración de la estatua de Baquedano y su caballo, Pedro Zamorano, doctor en Historia del Arte y académico de la U.
De Talca, encontró algunos datos en la tesis de grado para la UC de Roberto Hernández Ponce, "Los monumentos de: Santiago”. Hernández sostiene que en 1922, tras colocarse la primera piedra del monumento a los Héroes de La Concepción, se dijo que la patria adeudaba un homenaje al general Baquedano. "El Presidente Arturo Alessandri se preocupó de que las iniciativas encontraran camino expedito, En 1923, la Cámara de Diputados tomaba conocimiento de un proyecto para homenajear al general Baquedano.. y se encargó la obra a Virginio Arias". El artista "estudió con detención el fsico del personaje que debía llevar al bronce. Escudriñó fotografías y trajes usar dos por Baquedano y también la estampa de Diamante”, su caballo predilecto". En la foto, algunos de los integrantes del equipo de Arias en su taller. El18 de septiembre de 1928 se inauguró la estatua en la Plaza Italia, que comenzó a llamarse Plaza Baquedano. Virginio Arias vivió 14 años más (en la imagen, ya mayor). No fue un tiempo fácil para él concluye el artículo. Vivía solo y con pocos recursos.
Además, lo afectó una progresiva ceguera y terminó esculpiendo ¿ con la sola ayuda del tacto, La tumba del Soldado Desconocido Tras la inauguración del monumento al general Baquedano, en1928, Philips pensó que ese era el lugar adecuado para el soldado: a los pies de Baquedano.
Y en 1931, en el marco también del centenario de Vicuña Mackenna, el entonces vicepresidente, Juan Esteban Montero, presidió la sepultura del anónimo soldado, bajo una austera lápida con un epitafio: “Aquí descansa uno de los soldados con que el general Baquedano forjó los triunfos del heroísmo chileno”. La lápida es creación del escultor Guillermo Córdoba, y las palabras son del capellán Bernardino Abarzúa. En la foto, la prensa da cuenta dela ceremonia. Esta terminó con un desfile que incluyó también a veteranos y una salva de 21 cañonazos. Actualmente son cuatro los sitios donde yacen tumbas “al Soldado Desconocido”: una enel Morro de Arica dos enla cripta de Bernardo O'Higgins, en la Plaza Bulnes, y una en la Plaza Baquedano.
Según narra el general (r) Marcos López, exdirector de la Acadomia de Historia Militar, en 1900, el mayor Enrique Phillips Huneus, que había combatido en la batalla de Tacna en 1880, recorría el desértico lugar donde había peleado (todavía territorio chileno) y encontró el cadáver de un soldado chileno momificado y en buenas condiciones debido ala salinidad del suelo. Philips Huneeus lo trajo a Santiago en un improvisado ataúd de madera.
A la espera de una ceremonia de entierro solemne, el ataúd permaneció años enelsubterráneo de sucasa y hasta solía mostrárselo a sus nietos. | Venira Santiago y sacarse una foto en la plaza era una tradición. Aquí, Vinicio González Torojunto a sus hijos Vinicio y Gustavo | González Malinconi. El B de enero se conmemora el Día del Veterano, instituido en 1926 para recordar alos soldados que combatieron en la Guerra del Pacífico. En la foto, la ceremonia de 1947, Por estos días ha circulado en las redes sociales una película filmada en 1955, en la que se puede ver a algunos veteranos presentes. Día del Veterano. Enla foto, la celebración de 1944, Al cumplirse 400 años del Descubrimiento de América en 1892, se la rebautizó ¡ como Plaza Colón. Luego, en 1910, con motivo de las fiestas del Centenario, la colonia italiana regaló un monumento con una figura alada junto a un león y pasó a denominarse Plaza Italia.
Finalmente, en 1927, se estimó necesario darle un nuevo trazado al sector que permitiera un mejor desplazamiento vehicular, el que fue realizado por los arquitectos Carlos Swinburn y Alberto Véliz, En la foto, el emplazamiento hacia fines de 1928. Todo cambió otra vez y el 18 de septiembre de 1928 se inauguró la plaza que lleva el nombre de General Manuel Baquedano. En la foto, el día de su inauguración, encabezada por el Presidente Carlos Ibáñez del Campo, tras lo cual se llevó a cabo un Te Deum en la Catedral.
La estatua italiana fue trasladada a un prado lateral que rodea el óvalo central y su presen cia explica que se mantengan en el tiempo lo: dos nombres: Plaza Italia y Plaza Baquedano La estatua ecuestre se transformó desde entonces en el centro neurálgico de la ciudad tal como se ve en esta foto de los años 60.