Autor: Kati Riveros, Universidad Católica del Norte
COLUMNAS DE OPINIÓN: violencias post pandemia y el giro afectivo
COLUMNAS DE OPINIÓN: violencias post pandemia y el giro afectivo No hay día en que no se escuche, se lea o se viva algún episodio de violencia. En las escuelas, en los hogares, en los barrios, en las cates. La pandemia nos dejó maros profundas: aislamientos prolongados, duelos no elaboiados, vínculos fracturados, fracturados, incertIdumbre sostenida. Pero quizás una de las secuelas más greses y menos atendidas ha sido el aumento de las violencias cotidianas. No solo hablamos hablamos de agresiones «sitas o serbales, sino también de la violencia estrsctural que se enpresa en la indñerencia, en la faha de escucha, en la negación de la emoción como conocimiento. Como educadora, me pmocnpa profundamente que nuestras comunidades educativas educativas se enfrenten a este escenario sin herramientas para abordado desde su raíz.
La escuela tan golpeada, tan sobre eidgída necesita, hoy más que nunca, dar un giro: uno que nos saque del reduccionismo del carriculum téosico y nos permita abrirnos a una pedagogía del cuidado, de los afectos, de la vida sentida. No se trata de sumar una asignatura más, sino de cambiar la turnia en que habitamos el aula. El llamado “gro afectivo», que emerge desde las ciencias sociales y humanidades criticas, nos invita a reconocer el papel constitutivo de los afectos en lo subjetividad, en el conocimiento y en la acción. Los afectos no son “eutra” ni “accesonos” al aprendizaje: sen su condición misma, sin embargo, seguimos educando como si lo emocional fuera un obstáculo en vez de un puente.
El Dc Raúl Anzaldóa, investigador de la UNAM señala con lucidez: “Educar es siempre un acto de intervención en el deseo del otro; por eso, la doca del cuidado y la alteridad no son opcionales, son el corazón mismo de osajauler pedagogía ernancipadoru”. Si no atendemos esa dimensión afectiva, el riesgo es seguir reproduciendo prácticas educativas deshumanizantes que, lejos de mitigar la violencia, la profundizan. Lo afectivo no es lo “blando lo “menos cientílicoÇ corno algunos aán creen. Es lo nsencial. Es lo que nos pnrmite tejer comunidad, restituir la confianza, recunfigurar los vínculos. Hoy frente al aumento de las violencias, urge re-educamos en la sensibilidad, en el encuentro, en el reconocimiento mutao.
Necesitamos formar a docentes que comprendan la afectruidad no como un aneas, sino como usa epistemología: una manera de conocer, de enseñar, de uisic Las violencias post pandemia no se combaten solo con castigos ni protocolos, protocolos, reglamentos, normativas, más protocolos, actualización de protocolos transmitidos y enviados, publicados, archivados. Se transforman cuando habilitamos espacios seguros, simbólicamente fértiles, donde las emociones puedan ser nombradas, comprendidas, narradas, Y eso es, también, una responsabéidad responsabéidad política. Una pedagogía de la terosra, corrro diría Frelm, es una pedagugla profundarnenne transformadora. El giro afectivo no es una moda. Es una necesidad. Es la posibilidad de reencantar la educación para que vuelva a ser lugar de vida, no de reproducción reproducción de la herida. Columnista Espacio de Opinión;0] La urgencia de educar en lo sensible: violencias post pandemia y el giro afectivo 4) Kotis RiverosZvpeda Académico Universidad Cutniico del Norte;1].