Autor: Por Pablo Retamal N.
"Se exige ahora que todos los escritores sean moralmente irreprochables? Eso deja muchos estantes vacíos"
La notable cuentista estadounidense viene al país y, en la antesala, charla con Culto sobre distintos temas, desde su pulsión por la narrativa breve hasta el bullado caso de Alice Munro. He New York Times la bautizó como *la cronista de la locura estadounidense”. Pero lo cierto es que la carrera literaria de Deborah Eisenberg (78) es algo más compleja. Fundamentalmente cuentista, del seno de una familia judía de Winnetka, Obtuvo el premio PEN/Faulkner y es miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.
Ad portas de una próxima visita a Chile donde participará en el ciclo La Ciudad y las Palabras, de la UC, ¿qué piensa ella de esa etiqueta? “Supongo que esa etiqueta sí tiene sentido; es una forma, aunque parcial, de describirme.
Y es cierto que mi extraño pais, su inquietante historia, su posición desproporcionadamente poderosa enel mundo, sus patologías culturales y sus consecuencias, etc., han llegado a ocupar mucho espacio en mi mente”. Eisenberg es una de las cuentistas más reconocidas de su país. Pero por muchos años permaneció como una desconocida para Hispanoamérica. Fue la editorial argentina Chai la que comenzó a traducirla y a editarla en esta parte del globo.
Primero se conoció el aplaudido volumen Taj Mahal, en 2020; luego Relatos, en 2021, y La venganza de los dinosaurios, en 2023, “Suena idiota decir que la diferencia es la longitud, peroesa es la diferencia: la longitud. Cada escrito necesita una longitud particular.
Puedo volverme extremadamente irritable cuando la gente insinúa (y sucede sorprendentemente a menudo) que la ficción corta es menos seria o menos sustancial que la ficción larga, o que la ficción corta es de alguna manera femenina.
Nocreo que exista un retrato de las capacidades humanas que sea más devastador, trascendente, indeleble o revelador que el cuento de página y media de Isaac Babel titulado (en mi traducción favorita al inglés) Cruzando a Polonia.
Ninguna novela podría loerar lo que esa historia logra en su minuto de duración (y, de hecho, ninguna otra obra de arte, ni ningude historia exhaustiva que yo haya encontrado, tampoco lo logra), aunque, por otro lado, no querrías editar Guerra y paz de Tolstoi en una página y media. ¿Y qué pasa con las historias sutiles, relucientes e increíblemente evanescentes de Katherine Mansfield? Una palabra más y podrían caer al suelo. Las elisiones en la buena ficción corta son embriagadoras: el lector es un participante, más que un consumidor.
Esto no quiere decir que tenga nada en contra de escribir una novela; sí por casualidad escribiera una, estaría encantada y leo tanto ficción larga como corta con el mismo placer”. Usted debutó en el mundo editorial a los 41 años. ¿Por qué cree que le tomó tanto tiempo? No es tanto que publiqué tarde, sino más bien que comencé a escribir tarde. Y no hubo decisiones involucradas, al menos no de mi parte. De hecho, notenía ningún deseo real de publicar y era muy reservada al tratar de expresar cualquier cosa en papel. Pero finalmente, después de mucho tiempo, les mostré una historia a dos amigas mías.
La Amiga A estaba muy decidida a dirigirla como una lectura teatral, y la Amiga B, una escritora de ficción, se lo llevó a su editor, quien me llamó y me preguntó si estaría interesada enun contrato para un libro, lo cual no estaba.
La lectura teatral dirigida por la Amiga A resultó, de manera complicada, en una obra de teatro, y esa experiencia fue tan profundamente placentera que segui escribiendo, aunque lo que escribi fueron historias, no obras de teatro. Personajes. Sobre lo intimo y el mundo interior. ¿Qué le motiva a hacerlo? Esa es la suerte de un escritor de ficción. De eso escribimos: humanos. Nos preocupa qué tipo de criaturas son los hamanos. La ficción está relacionada con la psicología, la antropología, la historia, la biología, la filosofía, la sociología, etc., pero la ficción es un ámbito más amplio, más descuidado y más libre que otras disciplinas. Es un desafío frustrantee irresistible para el escritor de ficción que la “vida real” parezca arbitraria y aleatoria, a menudo poco interesante y rara vez inteligible.
Es bastante fácil atribuir motivaciones alo que sea que esta persona o aquella haya hecho, pero siempre somos, al menos subliminalmente, conscientes de que nuestras explicaciones son inadecuadas y formuladas: que realmente no entendemos a los demás ni a nosotros mismos. El desafío para los escritores de ficción es inventar cosas que sean verdaderas, tan profundamente complejas y misteriosas como algo que la vida real podría idear, pero más ordenadas, más reveladoras y mucho más convincentes. Habrá escuchado la noticia que sacudió al mundo literario.
La hija de Alice Munro reveló su historia de abuso sexual por parte de su padrastro y comentó que su madre permaneció en silencio, ¿qué opina de eso? En realidad, no he leído mucho sobre esto. De hecho, no creo que sea de mi incumbencia. Por loque he leído, está claro que la historia es inmensamente dolorosa, inquietante y desconcertante. Los relatos que he leído son turbios e incompletos, incluso algo contradictorios. El abusador fue Gerald Fremlin, el padrastro de la hija de Munro, Andrea Skinner. Al parecer, Skinner le contó asu madrastra sobre el abuso, y su madrastra le contó a James Munro. También parece que habló de ello con sus hermanos, o medios hermanos o hermanastros — no lo sé - y no sé en qué momento. Pero por alguna razón, aparentemente de acuerdo con los deseos de James Munro, nadiese locontó a Alice Munro hasta muchos años después, y evidentemente cuando ella se enteró, decidió quedarse con Fremlin.
No entiendo por qué algunos de los adultos se comportaron como lo hicieron, y es muy probable que siga estando fuera de mi alcance, y más allá, creo, de casi todos los demás en el mundo, ¿Cree que por ese episodio la obra de Alice Munro debería ser cancelada y no volver a leerse? Me parece muy extraño que muchos lectores parezcan sentirse traicionados por la conducta de Munro. ¿Munro violó la promesa de algún escritor de adherirse a un código moral definitivo? Ahora que está muerta, ¿ serán castigadas sus páginas en su lugar? ¿ Y qué es lo que se castiga especificamente: sus sentimientos, su conducta, sus escritos? El gran poder de su escritura fue -paradójicamente, muchos diríansus descripciones inquebrantablemente precisas de sentimientos ambiguos, confusos einaceptables, generalmente sentimientos románticos osexuales, los conflictos intratables que contorsionan las relaciones íntimas.
Eso es lo que admiraban los lectores: ¡ no una interpretación insulsa de la vida “rural ordinaria?! Entonces, estoy confundida: ¿ la veracidad de sus historias era una buena cualidad cuando se suponía que su vida era intachable y una cualidad odiosa ahora que se considera que tenía defectos? ¿ Serían diferentes las actitudes hacia su escritura si el contenido fuera diferente? ¿ Debería permitirse sólo a los santos escribir sobre humanos imperfectos? ¿ Deberían los humanos imperfectos escribir sólo sobre los santos? ¿ O se exige -ahoraque todos los escritoressean moralmente irreprochables? Vaya, eso deja muchos estantes vacios. La escritura debe ser una zona libre. Ai se requiere que un escritor se ajustea las ortodoxias del momento, sólo el trabajo más delgado y sin brillo verá la luz. Casi todo eso serán mentiras y todo será inútil.
El ciclo también contará con el escritor peruano Fernando Iwasaki, quien realizará un Seminario de Lectura en el Salón Sergio Larraín de la Escuela de Arquitectura de la UC (12 y 13 de agosto, a las 18.00 y 17.30, respectivamente). Todas las actividades son con entrada liberada, previa inscripción en el correo lvi O