Asp. ¿Lana para abonar la tierra?
En los años 50 en Chile reconocido entonces por su agricultura y ganaderíacomenzaban a llegar telas extranjeras de material sintético que fueron acogidas de buena manera, principalmente por su bajo precio.
Si bien los compradores vieron en los chalecos de poliéster y los abrigos de algodón un gran paso hacia la modernidad, los productores notaron cómo rápidamente bajaron sus ventas Entre ellas, la lana de oveja de raza merino, considerada una de las más finas, comenzó a desaparecer lentamente de algunas zonas del centro sur. Solo un grupo reducido de ganaderos mantuvo laraza en sus sistemas productivos ovinos.
Recordemos que la marca Fiap-Tomé fue famosa y prestigiada alguna vez, pero hoy es apenas un buen recuerdo, Hace ya 10 años que la investigadora y veterinaria, Marcela Gómez, trabaja, junto a varios productores (a través del Centro de Innov: ción y Desarrollo Ovisnova de la Universidad Santo Tomás) desarrollando iniciativas de innovación y modernización de la producción ovina en sectores de secano de las regiones de O'Higgins y del Maule, Hay lugares vulnerables, caracterizados por tierras altamente degradadas a causa de años de tradición agrícola, sobrepastoreo animal y una demografía envejecida, y donde la producción de ovejas es el gran sustento de las familias. Puede parecer curioso, pero una idea para fortalecer esos terrenos, es usar lana de oveja como un positivo fertilizante.
Esa lana tiene propiedades que influyen positivamente en el crecimiento de las plantas y se puede optar por utilizar la lana cruda fresca y sin lavar, directamente de la oveja o bien en forma de gránulos.. Ya es sabido que el ser humano, empujado por ambiciones extremas, ha sido y sigue siendo el culpable de lo que hoy conocemos como “cambio climático”, causando un enorme deterioro en la calidad de vida en todo el mundo.
Por ejemplo: muchas de las antiguas y sanas formas de trabajar la tierra para producir vitales alimentos, se fueron alterando con el argumento de aumentar la producción de vegetales comestibles y frutas, pero ahí comenzó a perderse el valor de lo verdaderamente “natural”.