Autor: María Teresa Rodríguez Tastets Urbanista y académica de Ciudad y Territorio Universidad San Sebastián
Lluvia en la ciudad, un valor de paisaje y de sustentabilidad urbana
El agua y el cambio climático están estrechamenterelacionados. El cambio climático afecta al agua presente en el planeta de formas complejas.
Desde patrones de precipitación impredecibles, hasta la reducción de las capas de hielo, pasando por el aumento del nivel del mar, inundaciones y sequías: la mayor parte de losimpactos del cambio climático se reducen al agua. Según Naciones Unidas, sólo el 0,5 por ciento del agua presente en la tierra es dulce, utilizable y disponible, y el cambio climático está afectando ese suministro.
En los últimos veinte años, el almacenamiento de agua terrestre, incluyendo la humedad del suelo, la nieve y el hielo, ha disminuido a un ritmo de 1 centímetro poraño, con consecuenciasimportantes para la seguridad del agua. El agua pluvial o lluvia es una de las fuentes naturales más valiosas que influye directamente en la calidad de vida de los habitantes y en la salud de los ecosistemas urbanos. La gestión adecuada de estas aguas es uno de los desafíos para la sustentabilidad urbana. No obstante, y por mucho tiempo, el agua en la ciudad vista y tratada como un problema quese debe resolver más que como un valor del paisaje y de la vida urbana que debemosresguardar.
En general, y en particular en Concepción, las aguas pluviales son tratadas con sistemas convencionales de drenaje urbano basados en el uso de infraestructura gris (sumideros, colectores subterráneos, entre otros), cuyo objetivo es evacuarlas aguas lluvia de la manera másrápida posible, enrespuesta ala protección de las personas y de la infraestructura. Este modelo genera una alteración del ciclo hidrológico producto de la reducción de la capacidad y evapotranspiración en entornos urbanos. Se traduce en un aumento de las velocidades de escurrimiento, disminuye la capacidad de infiltración de la red y la recarga de acuíferos, aumentando la contaminación de los cuerpos de agua receptores. Aquello contribuye a perpetuar un modelo de desarrollo urbano basado en la impermeabilización del suelo y la pérdida de valiosos espacios de naturaleza, junto con acrecentar el riesgo de inundación, erosión y contaminación.
Cosa que ocurrió durante junio recién pasado, cuando la ciudad de absorber los nuevos volúmenes de precipitaciones que están ocurriendo con el cambio climático. ¿Es posible pensar en otra forma o sistema de drenarnuestras aguas pluviales? Hoy, para muchas ciudades, este desafío ya es una realidad que exige medidas urgentes. Un cambio de paradigma, verlas aguas pluviales como una oportunidad de paisaje y de sostenibilidad urbana.
Debemos pensar en un sistema de drenaje basado en “elementos de infraestructura verde”, en el reconocimiento de componentes del paisaje urbano, humedales, quebradas, ríos, esteros, plazas de barrio, parques urbanos, líneas de ferrocarriles, calles urbanas, rotondas y jardines, entre otros, capaces de cumplir funciones hidrológicas y prestar servicios ecosistémicos relevantes en la red de drenaje.
Una forma sustentable para la gestión de las aguas lluvias y que contribuye, simultáneamente, al cuidado y recuperación de espacios de naturaleza urbana, tanto para el disfrute de las personas como para la conservación de la biodiversidad. Se trata de una mirada que trasciende disciplinas y reconoce el potencial de los espacios de valor natural existentes en el territorio desde sus características multifuncionales. mIRADA urbana