Autor: A Por: Omer Silva Villena , osilvaville2gmail.com
COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿Tenemos un solo cerebro?
COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿ Tenemos un solo cerebro? Por: Omer Silva Villena, osilvaville@gmail.com En la antropología gnóstica somos bípedos por tener dos pies, y, un solo cerebro. El mundo mundo occidental ha estado centrado en la estructura estructura anatómica del cerebro. Lo que así conocemos, conocemos, está centrado más en la “funcionalidad” de esta estructura para explicar el mundo que nos rodea. Se construye desde la misma infancia infancia hasta los años maduros de nuestras cogniciones, cogniciones, llámense experiencias, saberes, conocimiento, conocimiento, prejuicios, temores, venganzas, etc. Si disponemos de un solo cerebro, debe haber una mente que explica las distintas formas de pensar. Gurdjef y Ouspensky dos destacados filósofos rusos, poco conocidos y/o estudiados estudiados dentro de la “antropología gnóstica”, enseñan enseñan que, en realidad, tenemos tres mentes! cerebros. En el mundo académico, metidos en los recovecos de nuestras “erudiciones”, más allá de nuestros confines intelectuales, nos vestimos en una especie de “vanidad cognitiva” cognitiva” creyendo que no hay nada más.
A esto le llamamos “investigación con base en evidencias”, evidencias”, típico en la mente Cartesiana que abunda abunda en la medicina, en el mundo ingenieril y en la educación por no decir humanidades o ciencias ciencias sociales, por ende, ¡hasta en la polftica!. Veamos, la “mente sensual” (cerebro 1), nos recuerda Ouspensky, elabora sus conceptos mediante las percepciones sensoriales externas. externas. Es terriblemente grosera y materialista; no acepta nada que no haya sido demostrado. demostrado. Es la “ciencia oficial”. Nada sabe sobre los misterios de la vida! la muerte, sobre el alma y el espíritu, los “tribunales de la elocuencia” le dictan lo que es la verdad. La “mente intermedia” intermedia” (cerebro 2) es diferente, sostiene. Sin embargo, embargo, tampoco sabe mucho sobre lo “real”; se limita a creer. Se desarrollan aquí las creencias creencias religiosas y también -los dogmas políticos políticos y disciplinares.
En tercer lugar, la “mente interior” (cerebro 3), concluye, es la que está más allá del creer o no creer; es fundamental para la experiencia directa de lo trascendental trascendental o metafísica; funciona con los “intuitos” o “corazonadas”. Le guste o no a la mente sensual, sensual, funciona con los “datos del Ser”, elabora sus conceptos con los datos aportados por la “conciencia superlativa” Se aparta de toda forma forma de “escolasticismo”; funciona aquí la “percepción “percepción instintiva de las verdades cósmicas” que otrora tuviera la humanidad como “saberes ancestrales”. Cuando Jesús advierte a sus discípulos: “cuidaos de la levadura de los saduceos y de la levadura de los fariseos”, se refería al materialismo de los saduceos y los fariseos (mente intermedia). La levadura de los fariseos corresponde a la mente intermedia. Son los que asisten a sus templos, academias, sociedades sociedades científicas, centros, escuelas, sectas y denominaciones políticas. Escucha, afirma Ouspensky sin encarnar las creencias como convicciones sinceras; es como mirarse en el espejo, y olvidarse del mundo en que vivimos.
Ahora bien, las expresiones verbales y no-verbales de estas “tres mentes” son los medios por los cuales podemos evaluar a quiénes nos rodean y quiénes somos”. Son de la mente sensual frases como “vamos con todo, si se puede”, “la casa de todos”, “estado plurinacional”, “ni una más”, “basta de amenazas”, amenazas”, “todo es super”, “power”, “cachai”, groserías, groserías, habla flaiter, propaganda, el así llamado “lenguaje inclusivo” y el “deconstruccionismo neo-marxista”. A la Mente Intermedia la podemos podemos reconocer en la jerga científica, el lenguaje lenguaje judicial whatsaps, marketing, eufemismos, sofismas! argumentaciones, y la pedantería pseudocientífica.
En la Mente Interiorencontramos encontramos la poesía, la prosa, el verso, el lenguaje lenguaje de los santos, las comunicaciones sinceras, canciones de amor, romanticismo, la poesía de Sn Juan de la Cruz, Sta Teresa de Ávila, Eco de Asis, etc. En los tiempos que corren, hace falta que, alguna vez, reconozcamos nuestra “mente interior” para no vivir como un bípedo..