Editorial: Bonos de la minería y efecto Escondida
(E)EditorialSila minería mueve tanto dinero es detoda e justicia quesus trabajadores reciban unaretribución. Perosí ló di á una ss depreciosenquiénesno trabajanenelrubro. El IPC diferenciado fue una idea que no prosperó. 1 llamado “Efecto Escondida” en la minería llegó para quedarse.
Fuentes de la industria mencionaron a medios nacionales que tras el histórico bono de más de 30 millones de pesos dados a los trabajadores de esa empresa, el tema quedó instaTado en la siguiente negociación del rubro como es la del sindicato Lumina de Caserones, que finalmente aceptó el acuerdo y los trabajadores recibieron un bono de 17,5 millones de pesos, más otros beneficios. Más al sur, trascendió que sindicatos de El Teniente de Codelco rechazarán la oferta de $23,5 millones que propuso la Estatal, enel marco de unanegociación anticipada. El piso se movería entre los 28 y 29 millones de peSOS. Esto marcará la tendencia en otras negociaciones de la minería anivel país que noson pocas.
Y es quela minería ha sido una fuente histórica de beneficios y cada negociación es vista para mejorarla vida personal yfamiliar, lo que finalmente se traduce en propuestas que para la gente que no trabaja en la minería pueden ser consideradas como descabellada.
Lo cierto es que si la minería mueve tanto dinero, es justo que los trabajadores de ese rubro reciban los beneficios, pero sí hay algo que termina afectando al entorno como es la distorsión de los precios en regiones mineras como Atacama. Personas que no trabajan en la minería terminan pagando más, lo que nunca pudo ser reglado dado que la economía funciona sola o se regula sola. El IPC diferenciado para Atacama surgió como propuesta alguna vez, como también un sueldo mínimo regional, pero no dieron sentido en la práctica. Por otra parte, ni siquiera el comercio se ve directamente beneficiado por estos bonos. En Copiapó la situación económica es muy mala con cierres de tiendas y emprendimientos que no surgen.. El pago histórico en Antofagasta ha traído el debate sobre las peticiones de sindicatos de otras empresas. Editorial