Recta final en EE.UU.
Recta final en EE.UU. Varios factores parecen alinearse en beneficio de Kamala en su segundo intento por alcanzar la presidencia. A diferencia de su fracasada acometida por la primera magistratura en 2019, esta vez, sin competencia, sin campaña en las primarias, logró un impactante lanzamiento de su candidatura. Se temía la presencia divisoria de decenas de miles de activistas palestinos con el ominoso recuerdo de la sangrienta CND de 1968, también en Chicago. Entonces, en medio de la guerra de Vietnam y a poco más de un mes del asesinato de Robert Kennedy, se nominó al vicepresidente Hubert H. Humphrey, derrotado por Richard Nixon. Sin embargo, nada tormentoso sucedió. La convención se desarrolló en una combinación de alegría, energizada por el entusiasmo de los partidarios de Kamala, y el miedo, por la amenaza de Trump a los demócratas. La vicepresidenta intentó responder a la persistente crítica sobre la ausencia de agenda propia y falta de definiciones. Su propuesta política exterior fue continuista de Biden, en cuanto a fortalecer el liderazgo global de Estados Unidos, asegurando mantener el poder militar más fuerte del mundo. Sin retractarse, fue cuidadosa en eludir sus vapuleadas promesas, de la semana anterior, sobre fijaciones de precios, alzas de impuestos y subsidios significativos a primeras compras de vivienda. También omitió sus equivocadas propuestas de la campaña de 2019 sobre salud gratuita a todos los habitantes, terminar con el fracking para extraer hidrocarburos y desfinanciar a la policía, en retaliación a excesos. En fin, dio muestras de un giro al centro político en materia social y económica, salvo su recurrente apoyo al derecho al aborto sin mencionar límites. Se cuidó de aprovechar la excepcionalidad de ser la primera mujer de descendencia afroamericana y de Asia del sur, India, en ocupar la vicepresidencia y postular a la presidencia. Mientras Obama es reticente a destacar su etnia afroamericana para fines políticos, Hillary Clinton centró su discurso de apoyo a Kamala en su etnia y género. Generalizada es la mención de la reinvención de Kamala, superando la opacidad en su desempeño como senadora y vicepresidenta, y bajas preferencias en las encuestas durante la presidencia de Biden.
Se aprecia su consigna de unidad y cambio, reiterada por Tim Walz, su candidato a vicepresidente, que también bordea los 60 años de edad, lejos de los 82 próximos a cumplir por Joe Biden, y 78 de Trump. Es previsible que la Convención Demócrata dé un nuevo impulso a las candidaturas de Harris y Walz. Importantes desafíos restan a Kamala, siendo el más importante superar a Trump en seis de los siete estados decisivos para alcanzar la presidencia.
No le basta con su extraordinario logro, en poco más de un mes, de haber aventajado a Trump en voto nacional por alrededor de un 1,5%. En este cometido deberá difundir su agenda y crear confianza en sus políticas económicas, y vencer la controvertida percepción de mejor manejo por parte de los republicanos en esta dimensión. El tiempo apremia, restan apenas 70 días para la ajustada elección.
Mientras tanto, Donald Trump ha quedado rezagado, algo descolocado y con expectativas, para muchos dudosas, del aporte que pudiera recibir del candidato independiente a la presidencia Robert Kennedy Jr., quien suspendió su postulación el viernes pasado. Recta final en EE.UU.
Kamala Harris fue coronada el jueves pasado como candidata a la presidencia, en una vibrante y unificadora Convención Nacional Demócrata (CND) en Chicago, que contó con la intervención de las principales figuras demócratas, Bill y Hillary Clinton, Barack y Michelle Obama, Joe Biden --con una emotiva defensa de su legado y un decidido apoyo a Kamala--, además de conmovedores testimonios de familiares de víctimas de tiroteos masivos y excesos policiales..