Autor: C. GONZÁLEZ
¿No tener hijos es una manera de combatir el cambio climático?
¿ No tener hijos es una manera de combatir el cambio climático? En Chile y el mundo hay personas que adhieren a esta idea:La crisis de natalidad en el país ha llegado a cifras récord e incluso hoy cuatro regiones registran más defunciones que nacimientos.
Ante esta realidad, expertos analizan qué tan certeras son las afirmaciones que aseguran que tener descendencia contribuye a aumentar la huella de carbono. neta será capaz de mantener un crecimiento poblacional sostenido, sobre todo por el sobreconsumo de bienes y servicios innecesarios”. Y pone un ejemplo: “Hay gente que gasta en productos para mascotas casi lo mismo que en (productos para) un hijo.
Justificar no tener hijos para compensar la huella de carbono es absurdo”. Incluso, agrega, “personas o parejas que deciden no tener hijos tienden a consumir y gastar más en bienes y servicios que contaminan (como viajes o ropa, por ejemplo); en cambio, en las familias, la llegada de un hijo lleva a redistribuir el presupuesto, hay una mayor eficiencia del gasto”. Dejar de tener hijos también tiene sus consecuencias, sobre todo “en sociedades donde la tasa de natalidad va a la baja, como en Chile”, dice Azat. En el mundo la baja de natalidad también es un tema: cifras del Banco Mundial indican que la tasa global de fecundidad ha bajado de 5,3 el año 1963 a 2,3 en 2022. Según Gallardo, se debe “buscar un equilibrio.
Conocer cómo nosotros, como familia y sociedad, podemos reducir nuestra huella de carbono y proteger al planeta, pensando en las futuras generaciones”. “Se trata de promover estilos de vida sustentables, es decir, preferir servicios y productos menos contaminantes a nivel de transporte, alimentación, calefacción, etc. ”, comenta Azat. En ese sentido, adoptar una crianza sostenible implica recurrir a un consumo responsable: la comodidad ha popularizado el uso de artículos de higiene infantil de un solo uso, por ejemplo.
La Asociación Española de Educación Ambiental sugiere racionalizar las compras y “fomentar la cultura de la reutilización”. Es decir, darle una nueva vida a todos los objetos relacionados con la crianza, lo que junto con “un ahorro económico también supone un menor impacto medioambiental”. “El mensaje es que si estás preocupado por el cambio climático, debes adoptar hábitos que dejen una menor huella y evitar el sobreconsumo”, puntualiza Godoy. No hay duda de que Chile vive una crisis de natalidad. Cuatro regiones del país (Valparaíso, Ñuble, Los Ríos y Magallanes) ya registran más defunciones que nacimientos. Y según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) correspondientes a diciembre, hay una caída histórica de nacimientos: un dato preliminar calcula solo 135.539 en 2024, con un promedio mensual de 11,2 mil. La cifra levanta las alarmas cuando se compara con años anteriores. Si se revisa la serie de estadísticas demográficas que entrega el Departamento de Estadísticas e Información del Ministerio de Salud, el año anterior la cifra de nacimientos llegaba a 174.879. Así, entre 2023 y 2024, los nacidos disminuyeron en 39 mil. Además, la caída es del 50% si se compara con los datos de 1994,30 años atrás. Pese a esta realidad, hay planteamientos que suelen repetirse y afectan o pueden desincentivar el tener hijos. Uno de los más comunes es que no tener hijos, o tener menos, es una manera de ayudar al planeta. De hecho desde hace algunos años, la opción de no tener descendencia, o limitar su número, como una forma de luchar contra el cambio climático ha ido sumando adeptos.
En Chile, por ejemplo, dos de cada tres (67%) jóvenes de 15 a 29 años que declaran no querer hijos, o más hijos, precisan que el cambio climático ha influenciado este deseo, según una encuesta realizada por INJUV y la Dirección de Estudios Sociales UC el año pasado.
A nivel global, el 53% de los adultos que reconocen estar preocupados por el calentamiento global dicen que esto ha influido en su perspectiva de tener más hijos, según un estudio de 2023 hecho en países como México, Singapur, el Reino Unido y EE.UU.
Mientras a algunas personas les preocupa traer hijos a un planeta cada vez más inhóspi-PFAHuella de carbonoLa huella de carbono es la cantidad de gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera como consecuencia de las actividades humanas. Se estima que, en promedio, cada persona en el planeta es responsable de unas cinco toneladas de emisiones de CO2 al año.
Sin embargo, esa cantidad varía según la región: la huella de carbono puede ser hasta 30 veces mayor en un país desarrollado frente a uno de menos recursos. to, otras optan por no tener descendencia porque temen que al hacerlo se amplifique el cambio climático. La idea no es nueva. En 2009, científicos de la U.
Estatal de Oregón publicaron un artículo en el que se estimaba que cada niño nacido en EE.UU. añade miles de toneladas de CO2 al legado de carbono de sus padres a lo largo de su vida. Similares hallazgos fueron luego replanteados por investigado-res de la U. de Lund (Suecia) y de la U. Concordia (Canadá) en una revisión bibliográfica de 2017, quienes calcularon que tener un hijo menos en un país rico reduciría la huella de carbono de una persona entre 7,8 y 58,6 toneladas al año.
Una cantidad que, según el mismo análisis, supera con creces otras medidas, como vivir sin auto (2,4 toneladas de emisiones menos); no realizar vuelos transatlánticos (1,6 toneladas) o dejar de tener un perro(que ahorra 1,4 toneladas al año). “Como seres vivos, emitimos CO2 durante toda nuestra vida. Entonces, la lógica es que mientras más población hay, más gases de efecto invernadero vamos a generar”, explica Gabriela Gallardo, directora de la carrera de Ingeniería Civil Ambiental de la U. de Playa Ancha. “El ser humano es responsable del cambio climático y eso se debe básicamente a que todo lo que hacemos deja una huella de carbono”, dice Claudio Azat, director del Instituto One Health de la U. Andrés Bello.
Por lo mismo, agrega, hay quienes plantean que “tener un hijo menos es una medida efectiva y concreta desde el punto de vista ambiental, pero se cruza con una discusión valórica, filosófica, religiosa y política sobre el derecho a tener descendencia”. De hecho, algunos expertos enel planeta han cuestionado la base científica que sustenta los pocos estudios al respecto.
Por ejemplo, se cuestiona que para calcular las emisiones futuras de un hijo, se consideran las emisiones de los propios padres, “lo que lleva a estimaciones extremadamente altas del impacto de carbono de tener un hijo”, se lee en un análisis hecho por el Washington Post en 2022.
Crianza responsableAlex Godoy, director del Centro de Investigación en Sustentabilidad y Gestión Estratégica de Recursos, de la U. del Desarrollo, precisa que no se cuenta con estudios científicos “serios” y suficientes sobre el tema, pero que más que la cantidad de hijos, el problema radica en cómo se crían.
“Desde los años 70 que se plantea la cuestión sobre si el pla-. En Chile y el mundo hay personas que adhieren a esta idea: Investigadores de Suecia y Canadá calcularon que tener un hijo menos en un país rico reduciría la huella de carbono de una persona entre 7,8 y 58,6 toneladas al año. Sin embarg