Privilegio, amanecer
Privilegio, amanecer OPINIÓN Es primavera en esta Villarrica.
Entre bancos de cemento de la sede UC --que parece un penetrante bote, diseñado por Víctor Gubbins, Premio Nacional de Arquitectura, y su hijo Pedro--, un grupo de estudiantes de Sociología se me hace como exiliados de los métodos ortodoxos. Jóvenes abriendo nuevas ciencias sociales y humanidades. Estos edificios, el gran bote apuntando al cielo, emergen como refugio de creadores, inspirados por la erupción de pétalos y este lago que refleja la geología. Como una erupción. Participo en una conversación con estudiantes de Gastronomía y personas que llevan décadas de vida aquí. Hablamos del comer y la alimentación con el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas, profesor UC José Miguel Aguilera, ingeniero en alimentos, y el chef y profesor de Alimentación UC, Sebastián Tobar. Sebastián asombra al auditorio: habla de comer insectos. Y más cuando José Miguel Aguilera incorpora al cerebro en el comer, en el hecho social, el goce compartido (la "comensalidad"). Sonríen, especialmente los mayores. Es el aterrizaje de una serie de Canal 13 Cable que animamos con la periodista Macarena Rojas (http:// bit. ly/40ihr4O). Privilegio, ver las reacciones. Y conversar. Y, de repente, se atraviesa una docena de jóvenes sajones. Estudiantes de la U. de California, quienes, por un semestre, siguen un curso de sustentabilidad, van a terreno, viven con familias locales. Es la naturaleza; es esta nutrición a punta de rupturas. Los gringos, lejos de su California; los chilenos, alejándose de cánones usuales de investigación. Y aparece Pablo Gutiérrez, de cabellera sansónica, trabajando en la educación chileno-mapuche con juegos. "Antijuegos". Aventuras con límites difusos, con participantes que improvisan reglas. Ojalá esté claro el ganador, pero no es necesario.
Un experimento, en mapudungún "Pangi Ka Pu Trewa", recurre al volcar un volumen, un "hoxélgonos" (un paralelepípedo, diría yo), para generar una historia del tipo "puma-observaovejas-desde cima". Todo ello con un tablero de madera con textos y rutas quemadas con impresora láser. Ahí bailan volúmenes impresos en 3D, en un "edulab" muy bien equipado.
Y en el muro, indicaciones: "Comunicación no violenta, `designthinking', sociocracia, `art of hosting', diseño para mejorar la vida, metodología la pecera... ". "Vías para crear", me explica el profesor Gutiérrez, que se refiere a la incertidumbre como algo consustancial a la aventura de inventar. No todo resulta. Es el sentimiento, el riesgo, que acompaña la innovación en este territorio, el último punto de resistencia en la Guerra de Arauco. La ANID, del Ministerio de Ciencias, aportó al laboratorio. Dirige la sede Gonzalo Valdivieso, alumno de mi colegio, harto menor que yo. Me enorgullece. Conversamos en el café interior "La confianza". Uno toma lo que quiere, paga el costo en un buzón, devuelve el tazón a una zona de lavado, y recicla el resto. No hay vigilancia ni abuso, el sitio se financia. Antes de salir, un espacio de respirar, la capilla en dirección al amanecer. Privilegio, amanecer NICOLÁS LUCO. - -