Autos de fundación de la Villa San Agustín de Talca
Autos de fundación de la Villa San Agustín de Talca Jorge Valderrama Gutiérrez Autos de fundación de la Villa San Agustín de Talca En el 283º Aniversario de la ciudad, se rememora el primer intento fallido de su establecimiento en 1692 en el sector de Duao, así como el de cincuenta años después cuando se fundó definitivamente el 12 de mayo de 1742 E n 1692 el Gobernador del Reino de Chile, don Tomás Marín de Poveda, recién asumido en su alto cargo, se dirigió a Concepción para recibir el mando del Ejército y para contraer matrimonio, donde fue acogido con grandes festejos y representaciones teatrales. Cuando recorría el territorio a su mando encontró que en Talca existía el número de personas suficientes (más de 400) para fundar una villa o caserío, y canalizó sus energías y recursos para tal fin. Lamentablemente, su proyecto no prosperó, principalmente debido a la renuencia de los lugareños a agruparse, y a lo yermo del terreno (tosca) impropio para plantaciones y cultivos. Deberían transcurrir 50 años para que los habitantes y vecinos de esa localidad pudieran finalmente agruparse en una aldea-villa.
Porque medio siglo después, el Gobernador y Capitán General del Reino de Chile, don José Antonio Manso de Velasco, materializaría el trabajo infructuoso de Poveda, gracias a un proyecto que le fue aprobado por el Rey y que le permitió fundar ciudades "a proporcionadas distancias unas de otras para que puedan sostenerse con mutuo socorro", y fundamentalmente para mantener lo conquistado y evitar las continuas sorpresas de los indígenas.
Ya el 15 de septiembre de 1740, desde Santiago, el presidente José Manso de Velasco remitió al Rey el acta de donación de tierras otorgada por los agustinos (Documento Nº 87), para la fundación de Talca, quienes a su vez las habían recibido por testamento de don Gil de Vilches y Aragón.
La orden religiosa no hacía sino cumplir con un remoto encargo del capitán Gil de Vilches y Aragón, quien poco antes de morir, en 1641, dio poder a su esposa para testar, nombrándola su heredera universal, con la condición que después de su muerte pasaran sus bienes a los agustinos, siempre y cuando esos "dieran los terrenos necesarios para cuando S. M deseara fundar una ciudad, villa o lugar". Entonces, el verdadero altruista y quien hizo posible erigir Talca, fue el capitán ya mencionado. Días después, el 20 de septiembre de 1740, y también desde Santiago, el Gobernador Manso de Velasco aceptó (Documento Nº 88) formalmente la donación de tierras otorgada por los agustinos para la fundación de Talca.
Asimismo, el 17 de enero de 1742, estando en Concepción, después de haberse trasladado desde la capital para recibir a la escuadra del almirante José Pizarro, entregó las instrucciones (Documento Nº 89) a don Juan Cornelio de Baeza -nuevo corregidor provisto para el Maulepara que procediera a fundar "una villa de españoles" en las tierras donadas por los agustinos. Una vez efectuado el recibimiento al almirante Pizarro, el gobernador y presidente del Reino emprendió viaje a Santiago, alcanzando las riberas del Maule el 12 de mayo.
Acompañado de Baeza, de Fray José de Solís -Maestro Prior del convento agustinoy del Casa de campo a comienzos del Siglo XIX, óleo de Juan Mochi (1831-1892), pintor costumbrista que se formó en Europa y que posteriormente fue un continuador de la tradición chilena. Rodeo de Huasos Maulinos.
Óleo sobre madera del pintor bávaro, Juan Mauricio Rugendas.. Autos de fundación de la Villa San Agustín de Talca escribano del Partido, ese mismo día tomó posesión (Documento Nº 90) de las tierras donadas "en el sitio de los Perales, a la parte sur del convento, en distancia de cuatro cuadras", en un contexto de hostilidad con los mapuches. Aquel lugar sería el centro de la nueva fundación, su plaza mayor y el lugar de donde arrancarían sus calles.
Segunda fundación de Talca En ese escenario, aquel 12 de mayo de 1742 redactó el Acta de fundación de Talca (Documento Nº 91), parte de cuyo contenido se transcribe textualmente: "En Talca, partido de Maule, en doce días de el mes de mayo de mil setecientos cuarenta y dos años.
El señor don José Manso de Velasco, caballero de la orden de Santiago, de el consejo de su majestad, mariscal de campo de sus reales ejércitos, gobernador y capitán general de este reino y presidente de su Real Audiencia, dijo: que por cuanto ha llegado a este paraje de Talca con el fin de disponer la población de españoles que tiene determinado hacer, y que se halla ya elegido el paraje que ha parecido más a propósito en estas cercanías, a contentamiento del vecindario y de muchos de los pobladores, y con efecto lo es por hallarse en él todas las buenas calidades que se pueden desear.
Por tanto, en conformidad de los repetidos órdenes de su majestad y por ceder en su real servicio, lustre de este reino, utilidad general y bien espiritual y temporal de el crecido número de habitantes que existe en este partido; acordó que en el paraje elegido, que está a la parte sur de el convento de el señor San Agustín en distancia de cuatro cuadras, se funde y erija la población de españoles con vecindad formal, y desde luego poniéndole en ejecución en nombre de su majestad (que Dios guarde) la erija y funda a mayor honra y gloria de Dios Nuestro Señor con el nombre de San Agustín de Talca (... )". Don Cornelio Baeza Finalizó su escrito ordenando a don Juan Cornelio Baeza "hacer la delineación, dejando competente terreno para ejidos y dehesas, y en el contorno de la población algunos solares sin distribuir para propios de ella (... )". Más de 2 años después, el 2 de noviembre de 1744, Manso dio cuenta a Su Majestad de la erección de San Agustín de Talca (remitiendo los autos de fundación), interiorizándolo a la vez sobre la fundación de las poblaciones de San José de Buena Vista (Curicó) y Nuestra Señora de la Merced de Tutubén (Linares), destacando como "principal" a la primera de las mencionadas, expresando en parte del comunicado (Documento Nº 86) que (... ) "una de ellas, y aun la principal, es la de San Agustín de Talca, sita de esta parte del caudaloso río de Maule, en paraje ameno y deleitoso y en distancia de veinte y cinco leguas de la de San José de Buenavista, que está el principio de este partido, y más de treinta leguas de Nuestra Señora de la Merced de Tutubén, fundada de la otra parte del mismo río". Privilegios y deberes de los primeros pobladores El 20 de julio de 1742 (Documento/92) y desde Santiago, dio instrucciones al superintendente de Talca, don Juan Cornelio Baeza, sobre cómo proceder en la fundación de la Villa. Mediante ese escrito, le otorgó la facultad -o en su defecto a don Mauricio Moralespara que distribuyera solares y ejerciera la superintendencia de la nueva población de San Agustín de Talca.
También el que distribuyera a cada poblador "sitios correspondientes de un solar entero o medio a cada uno, graduando así en las inmediaciones de la plaza como en la calidad y porción de terreno a los sujetos pobladores según su mérito, esfera y familia". Asimismo, le señala que cada uno debe cercar, limpiar, y erigir sus viviendas de la mejor manera y en el menor tiempo posible, so pena de perder el sitio si no lo hacen, "y de quedar este vacante y en aptitud de poderse a dar a otro", resaltando que solo se podrá vender o empeñar la propiedad después de edificada.
Cuando en octubre de 1743 volvió el Gobernador Manso de Velasco a Talca para hacer una inspección de los trabajos en la nueva población, comprobó la desidia de los hacendados -que se consideraban nobles y no querían convivir agrupados en igualdad de condiciones con los plebeyos y más pobresquienes se negaban a hacer sus casas, por lo cual emitió un bando que se publicó la mañana del 12 de octubre de ese año.
En él le ordenaba (Docto/93) a los habitantes del Partido de Maule avecindarse en Talca en los siguientes términos: "Al que no edificare o (no) fuere edificando sus casas en el tiempo de un mes, hasta el día quince de el próximo noviembre siguiente, les saque la multa de los cien pesos que tiene impuestos... ". Si bien la actitud de los hacendados fue negligente, al no radicarse en la villa, a partir del último tercio del siglo XVIII cambió, ya que se radicaron en ella un importante número, lo que contribuyó a que la villa fuese elevada al rango de Ciudad el 6 de junio de 1796.
Finalmente, los demás documentos son decretos que van consolidando la fundación y crecimiento de la villa, excepto el Documento Nº 96, que corresponde a una carta que el superintendente de Talca Juan Cornelio Baeza, dirigió al Presidente de Chile José Manso de Velasco, en la cual le informaba sobre el estado de la Villa.
Fechada el 18 de abril de 1744, Baeza le adjuntó una nómina de los 90 habitantes avecindados con sus familias, y también de aquellos que "no han poblado y tienen sus solares cercados para luego poblarlos". Así se gestó una Villa que con el tiempo iría creciendo en población y adelantos, hasta llegar a ser una de las más importantes ciudades del país, cuna de destacados personajes y de inolvidables episodios históricos. Cuadro Chile Colonial. Óleo que se exhibe en la Biblioteca Nacional de Chile. Gobernador del Reino de Chile, don Tomás Marín de Poveda. Evocadora escena del pasado: Cuadro Tertulia porteña (1831). Óleo de Charles Henri Pellegrini. Museo Histórico Nacional..