Trump y la prensa
Trump y la prensa Desde siempre, la relación entre la prensa y el Poder Ejecutivo de cualquier país ha implicado grados significativos de tensión, pues los periodistas tienen la obligación de informar con imparcialidad y exactitud, evitando todo favoritismo, de las labores y realizaciones de quienes ejercen el gobierno. Su tarea es mantener informada a la ciudadanía, sin dejarse influir por los más poderosos, sean de gobierno, de oposición, de agrupaciones sindicales, empresariales o religiosas. Quienes ejercen el poder político suelen intentar que sus versiones sean consideradas especialmente valiosas y no es fácil para ellos admitir la crítica a sus labores. Así, a menudo se sienten irritados por el trabajo periodístico, cuya misión es formular las preguntas que se hacen los ciudadanos, por incómodas que sean, y buscar respuestas claras y completas.
En los últimos años se ha producido una desinter-mediación en el mundo de las comunicaciones y hoy todas las organizaciones, incluyendo por cierto a los gobiernos, pueden tomar contacto directo con la ciudadanía a través de los nuevos medios que operan en internet. Si bien este fenómeno comenzó con la aparición de la radio y en Chile hubo cadenas obligatorias oficiales, luego fue la televisión la que acercó aún más a los dirigentes políticos a la ciudadanía. Pero hoy, con las nuevas tecnologías y las redes sociales, casi todos los presidentes se comunican directamente, sin intermediarios con el país. X o Instagram se han transformado en el principal vehículo por el cual los gobernantes informan de sus actividades a la ciudadanía de sus países. En ningún lugar ha sido tan clara y tan masiva la aparición del Poder Ejecutivo en los nuevos medios como en Estados Unidos.
Comenzando por el propio Presidente Trump, quien suele formular anuncios o hacer comentarios de política o de otros temas, y a menudo critica o insulta a sus adversarios o a los periodistas, todo a través de las redes sociales.
La proximidad con Elon Musk, quien es dueño deX, además de ser él personalmente propietario de otra red, Truth Social, le da incomparables ventajas para comunicarse y para presionar a los nuevos medios de comunicación social.
Por este motivo, la respetada publicación británica The Economist concluía que los “nuevos medios son más vulnerables al control estatal y a la manipulación de lo que jamás fueron los medios tradicionales”. Pero no conforme con ello, el Presidente Trump mantiene también una presión sobre los medios más arraigados, incluyendo a las organizaciones menos incendiarias y por motivos claramente arbitrarios.
Así, prohibió el ingreso a las conferencias de prensa en la Casa Blanca a la Associated Press, una antigua institución estadounidense que se creó en 1846 por la agrupación de muchos periódicos ante la aparición del telégrafo. El motivo es como para no creerlo: según el gobierno, la AP se niega a cambiar elnombre al Golfo de México por el de Golfo de América, un capricho del gobernante estadounidense.
Más aun, el gobierno ha establecido que en el futuro será él quien se encargue de invitar a los periodistas que seleccione para cubrir las actividades del Presidente, como si se tratara de una organización privada.
Después de cien años de una tradición muy diferente, la AP ha presentado una demanda para que sea el Poder Judicial quien dirima sobre el derecho a participar de las actividades que hasta ahora tenían un carácter público. En caso de límites físicos, los propios medios eran los que se encargaban de elegir quiénes tendrían acceso a la cobertura directa de las actividades presidenciales. La actitud hostil del Presidente Trump hacia la prensa no es única e históricamente ha sido compartida por dictadores de distinto signo político. Además preocupa que algunos gobernantes democráticos de derecha e izquierda en América Latina muestren ciertos rasgos autoritarios, y también utilicen criterios de premio y castigo al periodismo según les parezcan aceptables o no sus informaciones. El Presidente Trump mantiene una presión sobre los medios más arraigados y por motivos claramente arbitrarios..