Autor: ALBERTO ROJAS M Director Observatorio de Asuntos Internacionales Universidad FinisTerrae
COLUMNAS DE OPINIÓN: Ucrania y la seguridad continental de Europa
COLUMNAS DE OPINIÓN: Ucrania y la seguridad continental de Europa A pocos días de que se cumplan tres años del inicio de la invasión rusa a Ucrania, Donald Trump acaba de dar un golpe al tablero diplomático mundial.
Esto, ya que el mandatario estadounidense sostuvo conversaciones directas con Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, con el objetivo de explorar un acuerdo que permita abrir negociaciones a la brevedad para poner fin a la guerra en Ucrania. Sin embargo, el contenido de estas gestiones y las condiciones que se estarían imponiendo han despertado preocupación tanto en Kiev como en Bruselas. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ya aclaró que una recuperación total de las fronteras de 2014 de Ucrania está descartada. Es decir, la península de Crimea permanecerá en manos de Rusia, lo que representa una cesión diplomática de facto a Moscú. Además, también se habría establecido que Ucrania no ingresará a la OTAN, una exigencia histórica del Kremlin, que ve en la expansión de la alianza atlántica una amenaza existencial. Tampoco se ha mencionado si Rusia devolverá total o parcialmente el 20% del territorio ucraniano que ha ocupado desde 2022 hasta la fecha.
Un tema no menor, considerando que, con ese territorio, Rusia logró construir un corredor terrestre que le permite conectar el Donbás con la península de Crimea, además de controlar en su totalidad el mar de Azov. El punto es si estas condiciones fueron impuestas por Trump, como parte de una estrategia de "paz a cualquier costo", o si fueron exigencias directas de Rusia a cambio de avanzar en la negociación. Estos temas, que son claves, deberían ser parte de la negociación y no quedar descartados previamente. La importancia de estas conversaciones no puede subestimarse, porque el cómo termina la guerra es casi tan crucial como el cuándo. Si Trump acelera un acuerdo basado en concesiones territoriales unilaterales con la exclusión de Kiev y de Bruselas, estaría sentando un peligroso precedente al legitimar la agresión rusa. No da lo mismo cualquier negociación ni acuerdo.
Si terminar la guerra implica que Ucrania no puede ingresar a la OTAN, entonces, al menos, se debería considerar un despliegue militar occidental permanente en este país, como una mínima medida capaz de disuadir a Rusia de reactivar la guerra. Trump está monopolizando el proceso diplomático sin contar con sus aliados de la UE ni de la OTAN, pese a que este es un conflicto que ha golpeado de lleno al Viejo Continente.
En este contexto, hace solo unos días, las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) concretaron su desconexión total del sistema eléctrico ruso, un paso histórico que simboliza su independencia energética definitiva y su desvinculación de Moscú.
En la ceremonia, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, enfatizó que Europa debe avanzar hacia la capacidad de garantizar su propia seguridad, en una clara alusión a la creciente incertidumbre sobre el compromiso estadounidense con la defensa europea. Asimismo, los ministros de Exteriores de España, Polonia, Francia, Alemania e Italia ya advirtieron que ceder a las exigencias territoriales de Putin sentaría un precedente peligroso. Y la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, advirtió que un acuerdo de paz sobre Ucrania, negociado a espaldas del bloque, estará condenado a fracasar.
Después de todo, la invasión rusa a Ucrania transformó la seguridad continental europea, desde el aumento en los presupuestos de Defensa de los diferentes países y la independencia energética, hasta el ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN, entre otros aspectos. El momento es crítico y la decisión sobre cómo terminar la guerra definirá no solo el futuro de Ucrania, sino también el de Europa y el orden internacional. Si las negociaciones se limitan a ceder a las exigencias de Moscú, el mensaje para otras potencias será claro: la fuerza y la agresión rinden frutos. Después de todo, la historia ha demostrado que la paz sin garantías es solo una tregua antes de la próxima guerra.
Ucrania y la seguridad continental de Europa "Si Trump acelera un acuerdo basado en concesiones territoriales unilaterales con la exclusión de Kiev y de Bruselas, estaría sentando un peligroso precedente al legitimar la agresión rusa". ALBERTO ROJAS M. Director Observatorio de Asuntos Internacionales Universidad FinisTerrae.