Inquietud por las playas sin concesión
Inquietud por las playas sin concesión 0Editorialaregión de Atacama posee una extensión que supera los 450 kilómetros de costa, con un total de 83 playas. Sin embargo, según información proporcionada por la Armada de Chile, en toda la región solamente hay 8 playas concesionadas. Lo cual, de partida, supone un riesgo para los vecomo punto raneantes que buscan desconectarse de la rutina diaria para pasar unos días de descanso en los balnearios disponibles en la zona. La secuencia es lógica, a AA: menor cantidad de playas concesionadas, menos salvavidas, lo cual explica el aumento del riesgo.
En consecuencia, para la Armada el desafío es educar ala población, para quesean conscientesdelos peligros dellas fiestas A clandestinas”. "Más allá de todo este esfuerzo, las medidas de seguridad pueden resultar vanas si la Aidadane mo propia ciu ponedesuparteen esta causa, ya queenesta época aumentan Mar y adoptelassuficientes medidas de autocuidado.
Para la Armada, la extensión del territorio costeroimplica un gran desafío en términos de control y vigilancia, sobre todo en zonas de difícil acceso, razón por la cual el trabajo conjunto con Carabineros, Bomberos, Equipos de Seguridad Municipales, Sindicatos de Pescadores y otras agrupaciones comunitarias, ayuda bastante en la fiscalización y reduce los tiempos de resPuesta en caso de surgir alguna emergencia.
Más allá de todo este esfuerzo, las medidas de seguridad pueden resultar vanas si la propia ciudadanía no pone de su parte en esta causa, ya que en esta época aumentan las fiestas clandestinas con alto consumo de alcohol y/o estupefacientes, esto conlleva a que las personas adopten actitudes temerarias e incluso cometan actos de incivilidad.
Para responder a esta problemática la Armada ha debido redoblar esfuerzos para detectar y disuadir este tipo de eventos, partes y citaciones para los organizadores, sobre todo si estas actividades implican el consumo desustancias y la generación de ruidos molestos.. La extensión del borde costero de Atacama resulta difícil de abarcar para la Armada y genera un caldo de cultivo perfecto para la imprudencia y las fiestas clandestinas. Editorial