Autor: Marcos Singer Director MBA UC, presidente Instituto Hebreo de Chile
Un eslabón perdido en la educación
“El alumno debe estar en el corazón de alguien al interior del establecimiento, y nadie mejor para ello que su profesor jefe”. La luz (o a la sombra) del informe de la OCDE —que asegura que Chile es el país miembro que mantuvo más tiempo cerradas las escuelas durante la pandemia— y de las cifras de deserción escolar del Ministerio de Educación, es urgente reflexionar acerca de las claves de una educación exitosa. Me concentraré en una: la gestión por alumno. Esta es una estrategia que se hace de una “foto” integral de la persona, no varias vistas por especialidad. A los profesores de matemática les preocupa el desempeño en matemática; a los de arte, el arte; a los psicopedagogos, los problemas de aprendizaje; a los visitadores sociales, los problemas socioeconómicos; y así sucesi. Vamente. Todos estos enfoques interactúan: un mal desempeño en lenguaje puede deberse a una crisis familiar; un extraordinario talento artístico puede desentenderse de la asignatura de matemáticas. Sin embargo, el desempeño educacional se evalúa de manera compartimentalizada, mediante el Simce o las pruebas de selección universitaria.
No se trata de abandonar la perspectiva técnica —está muy bien desarrollar cada especialidad— pero también es importante hacer bien el todo, que no es lo mismo, porque el óptimo de una perspectiva puede perjudicar al resto. En el futuro debería existir un indicador de cuánto se está logrando del potencial integral de cada alumno; sólo así podremos atender su diversidad. Esta estrategia requiere de procesos y sistemas acordes. Consultar sistemas aislados, registros en planillas y en papel es inviable. Todas las calificaciones, anotaciones y situaciones particulares del alumno deberían registrarse en un repositorio común. Con esta “carpeta” única y digital se podrán verificar reglas de una buena educación. Para que esta estrategia sea exitosa, debe existir lo más importante: corazón. El alumno debe estar en el corazón de alguien al interior del establecimiento, y nadie mejor para ello que su profesor jefe. Surol debe ser conocer a cada alumno integralmente y en detalle, para descubrir cuál es su máximo potencial indivi dual y las barreras que impiden lograrlo. Debe ser quién organiza los múltiples recursos delestablecimiento, quien se coordina con los apoderados y, más importe quien guía a cada estudiante. Lograr que los profesores asuman este rol requiere saber, querer y poder hacerlo, Para saber, deben ser capacitados de manera multifuncional, especialmente en habilidades de liderazgo y mentoría. Para querer, es necesario que sean evaluados y reconocidos bajo esta perspectiva holística de la educación. El poder asumir el rol de “dueño de sus pollos” requiere de un empoderamiento al interior de los colegios. Sólo ello permite mirar a cada niño y joven más allá de los grandes promedios. Ya tenemos el corazón de sus profesores para cuidarlos; ahora nos falta dotarlos de la estrategia y sus herramientas para lograrlo.