Autor: ROBERTO PIZARRO HOFER Economista
Chile y los BRICS
Señor Director: El TLC y negocios varios con China no obligan a una coincidencia de valores con nuestro país.
Tampoco, como cree Sebastián Sáez, nuestra incorporación a los BRICS sería contradictoria con la democracia y el respeto a los derechos humanos, ni lo ha sido nuestra participación en la APEC, junto a China, Rusia y EE.UU. En política exterior, y especialmente en los acuerdos económicos internacionales, deben prevalecer intereses nacionales antes que razones ideológicas.
Por otra parte, a propósito del multilateralismo, Sebastián olvida que su deterioro no tiene que ver con los BRICS, sino con EE.UU., país violador de los acuerdos de la OMC, que abandonó el TPP, rechazó el acuerdo sobre cambio climático, se retiró de la Unesco y cuestiona los compromisos migratorios. Su renuncia al multilateralismo se agravará en la segunda presidencia de Trump, con su discurso "patriótico" y en favor del proteccionismo. El proteccionismo iniciado por Trump, que se está extendiendo a otros países, afectará nuestro comercio y, además, impactará en la inflación interna. Por tanto, un compromiso multilateral, en el marco de los BRICS, puede protegernos del desenfreno arancelario anunciado por Trump y que seguirán Europa y otros países que compran nuestros bienes.
Sáez señala que Chile ya mantiene acuerdos bilaterales con miembros de los BRICS, lo que no justificaría nuestra incorporación a este bloque multilateral; pero olvida que nuestro país se incorporó al TPP teniendo previamente acuerdos bilaterales con todos sus países miembros. Creo, entonces, que incorporarnos a los BRICS es una decisión inteligente, que puede garantizar compromisos multilaterales para asegurar mayor estabilidad a nuestro comercio exterior, en momentos de incertidumbre global.
Al mismo tiempo, el creciente potencial económico y tecnológico del bloque, en especial de China e India, puede convertirse en un fructífero campo de cooperación financiera y de transferencia tecnológica para promover el desarrollo de nuestra infraestructura y el renacimiento industrial. Incorporarnos a los BRICS no sería un retroceso de nuestra política exterior, sino todo lo contrario.