Arquitecto Claudio Carrasco explica por qué las ciudades son "islas de calor”
Ventanas abiertas y cortinas abajo: cómo
Rodrigo Paillaqueo explica que los materiales de construcción retrasan el cambio de temperatura.
El hormigón demora más en calentarse y en enfriarse, lo que se traduce en que no está frío a la hora de dormir. Si deja todo cerrado, el aire seguirá calentándose.
VASTI ABARCA
l arquitecto Claudio Carrasco define los centros urbanos como "islas de calor”. “Los materiales que hay en la ciudad son principalmente minerales, no vegetales. Como el hormigón y el acero que forman parte de las construcciones y que por su comportamiento térmico absorben mucha energía”, explica el doctor en arquitectura, energía y medioambiente, académico de la Universidad de Valparaíso. El concepto, dice, hace referencia a que en los centros urbanos existe la dificultad de que el calor se disipe durante la noche, debido a factores como la concentración de edificios que no disminuyen los espacios de ventilación, los gases contaminantes, el alto flujo de locomoción, el consumo de energía eléctrica y las escasas áreas verdes. "Si uno suma todos los elementos, la isla de calor es el reflejo del metabolismo urbano”, asegura Carrasco. "Es esta propia envolvente térmica la que almacena gran cantidad del calor generado durante el día y
debido a la inercia térmica (o capacidad de almacenar energía) de los materiales de construcción se retrasa el cambio de temperatura interior respecto a la exterior, traduciéndose en el calor que muchos percibimos a la hora de dormir”, complementa Rodrigo Paillaqueo, ingeniero de Ejecución en Climatización y académico de la Universidad de Santiago.
¿ Qué hacer? Rodrigo Mujica, ingeniero civil del Colegio de Ingenieros, explica que un factor fundamental para que la casa no se transforme en un horno es la aislación. "En general los tabiques no se encuentran bien aislados y por esto trasmiten muy rápido las temperaturas”, agrega. Según el ingeniero, un muro bien aislado con poliestireno expandido se calienta muy poco aun-
que el sol le dé durante horas. “Por el contrario, uno de hormigón se demora más en calentarse y en enfriarse, los tiempos dependen de la densidad del material y del espesor del muro”, explica. Esto se traduce en que el hormigón no alcanza a enfriarse a la hora de dormir. Paillaqueo explica que este calor se tiende a posicionar en las partes altas, especialmente en recintos cerrados, por lo cual no se debe dejar las ventanas cerradas durante todo el día. “Si va a a usar ventiladores, deberían estar cerca de un lugar donde entre aire desde afuera, impulsándolo hacia las partes altas de la casa para que el aire caliente se vaya al exterior”, sostiene. “Con los sistemas de aire acondicionado se puede fijar una temperatura interior. Aquellos que tienen tecnología Inverter, se comportan
Según la demanda térmica interior. En el caso de los ventiladores, a no ser que se esté tomando aire del exterior, sólo se estará recirculando aire en el interior, no variando necesariamente la temperatura del recinto”, detalla. "Sin embargo, es la ventilación nocturna la que de manera más eficiente permitirá disipar el calor ganado durante el día”, enfatiza Paillaqueo. El ingeniero dice que lo ideal es generar sombra al interior del departamento o casa mediante el uso de cortinas o persianas para reducir al mínimo el calor por radiación. Esto quiere decir, dejar las cortinas abajo durante el día y las ventanas abiertas, sobre todo si el departamento queda solo, para que cuando vuelva no se derrita. Carrasco explica que no es recomendable dejar las ventanas cerradas, a pesar de que sean aislantes,
debido a que la casa o departamento seguirá recibiendo energía calórica durante todo el día y el aire adentro será el mismo, por lo que sólo se seguirá calentando. Juan Manuel Céspedes, médico especialista en enfermedades respiratorias del Hospital del Tórax, dice que lo primero que hay que descartar es el ventilador apuntando directo al cuerpo, y mucho menos toda la noche. Dice que hasta las 12 es razonable. "Los cambios bruscos de temperatura del calor hacia el frío hacen disminuir la inmunidad respiratoria, lo que se puede traducir en distintos tipos de infecciones, especialmente faringitis y puede llegar hasta la neumonía”, sostiene Céspedes. Si quiere ventilar la habitación durante la noche, el médico recomienda dejar parcialmente abierta una ventana para ventilar con el mismo aire de afuera que ya tiene una temperatura más baja. "Si usa un ventilador, tiene que ser dirigido contra una pared, cerca de una ventana o hacia arriba para que haga circular el aire dentro de la habitación”, sugiere.
Hasta seis grados
Carrasco ha investigado
por años el tema de las islas de calor, especialmente en Valparaíso. “Hemos medido la diferencia de calor en invierno y en verano entre centros urbanos y rurales. En invierno, a las 20 horas, hemos obtenido una diferencia de cinco grados. En verano es más agudo porque la diferencia sobrepasa los ocho grados”, detalla el académico Carlos Carrasco. Todos los departamentos que miran al poniente, salvo que tengan algo que les dé sombra, tienen sobrecalentamiento en el verano. “El sol entra directo al interior del departamento. En comparación con los que dan al oriente, la diferencia de temperatura puede llegar a ser de seis grados”, explica.