Autor: Javiera Arriagada Fotos Diego Bernales
El despegue de Quinchahual de la mano de Heather Atkinson
Sentado en las butacas del Municipal de Santiago, el tenor de 26 años Gonzalo Quinchahual Peralta recuerda la primera vez que se subió a ese escenario. “Don Ottavio, en la obra Don Giovanni, fue mi primer gran rol como solista. Estaba muy nervioso, pero rápidamente llegaron los aplausos. Afortunadamente, la crítica me alabó”, sostiene mientras prepara las maletas rumbo a Berlín, donde intuye “será el comienzo de una carrera exitosa”. Su viaje por la música clásica no es algo reciente. Durante sus primeros años en el colegio, se sumergió en el mundo de las teorías hasta que, en el 2011, se unió al Coro del Instituto de Orientación Pedagógica, en La Cisterna.
Fue su primer acercamiento al canto lírico “y tuve la suerte de tener profesores que me dieron herramientas para enfrentar el camino del músico”. Desde entonces, la trayectoria del tenor chileno sólo ha ido en aumento. Alos fl años leyó su primera partitura. Hoy, gracias a la Fundación lbáñez Atkinson, el cantante Gonzalo Quinchahual se prepara para sumarse al elenco del teatro de ópera Staatsoper Unter den Linden, en Alemania. “ME SIENTO MUY ORGULLOSA Y AGRADECIDA DELAPOYO DE MI FAMILIA Y DE MI MARIDO, FELIPE (IBÁÑEZ), POR SU LIDERAZGO Y DEDICACIÓN PERMANENTE”, DICE HEATHER ATKINSON. “Después, a los 16 años, entré al coro de cámara de la Universidad Católica, dirigido por Mauricio Cortés”, sostiene Gonzalo. En ese período, su formación también estuvo influenciada por el talento del tenor mapuche José Quilapi, quien fue fundamental en su desarrollo. El 2016 logró su gran salto cuando audicionó para el coro del Teatro Municipal. “Quedé primero en la lista. Ahí me di cuenta de que lo estaba haciendo bien”. Ahora, cuando el tenor cumple cuatro años como parte del elenco del escenario de calle Agustinas, su voz llamó la atención de Heather Atkison. Ella, a través de su fundación, está permitiendo que su carrera despegue internacionalmente. UN TALENTO NATURAL Sus destacados roles en el Teatro Municipal, entre ellos su aclamado papel en el Réquiem de Mozart, capturaron el interés de la familia Ibáñez Atkinson. “Gonzalo posee un talento natural excepcional, un tipo de voz escasa y de enorme belleza... En cuanto lo escuchamos supimos que a través de nuestro programa Young Artist Program (FIA-YAP) podríamos contribuir a su preparación.
Su reciente contratación en la ópera de Berlín confirma que no estábamos equivocados”, relata Heather Atkinson, quien a través de los 10 años de vida de la Fundación Ibáñez Atkinson ha impulsado el talento de 500 jóvenes chilenos. El programa Young Artist es pionero en Latinoamérica y busca potenciar el talento de cantantes líricos a través de alianzas con el Teatro Municipal de Santiago y estudios internacionales del más alto nivel. En otras palabras, “la fundación se encarga de hacerles saber a las personas que existimos”, añade el cantante. Sobre esa labor filantrópica, Heather reflexiona: “Los privados son un aporte muy necesario para contribuir a proyectar la imagen de nuestro país como un semillero de talentos. Me siento muy orgullosa y agradecida de mi familia.
De mi marido, Felipe (Ibáñez), por su liderazgo y dedicación permanente, de mis cuatro hijos y del equipo ejecutivo” En abril, Ouinchahual se presentará en el concierto sinfónico la Pasión según San Mateo, en el Teatro Municipal de Santiago, para luego preparar su desembarco en Berlín en septiembre. Ahí lo espera un contrato de dos años que, para él, significa el inicio de una carrera sin retorno. “Lo primero que haré al llegar será comprarle un pasaje a mi mamá para que me vaya a ver sobre el escenario”, dice con orgullo. O