Autor: DIERK GOTSCHLICH
Crece desocupación de departamentos: familias no pueden pagar arriendos
En medio de complejo escenario económico Muchos grupos familiares, sobre todo parejas jóvenes, han tenido que dejar los departamentos que arrendaban debido al impacto económico de la pandemia, una realidad que en algunos sectores se arrastraba desde la crisis social. Y si primero fueron los forzados éxodos desde el centro de la capital, con los meses el fenómeno se ha extendido y hoy se agudiza en decenas de comunas. Ayer, de hecho, una treintena de vecinos de La Cisterna protestó afuera del edificio donde viven, denunciando que han recibido amenazas de desalojo por no poder pagar los arriendos.
Un reciente análisis del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC e Inciti evidencia que aunque la oferta de departamentos para alquilar en el Gran Santiago variaba cada mes entre 10 mil y 11 mil unidades, con una vacancia del 3%, después de octubre los avisos aumentaron a 15 mil, y siguieron al alza hasta que en la última medición se registraron más de 19 mil avisos, con una vacancia del 5%. Corresponde a un aumento anual de 74%, entre marzo de 2019 y marzo de 2020, mientras que el año anterior esta variación solo llegó al 8%. Esto, incluso, aunque los precios han bajado.
Para Andrés Señoret, investigador del IEUT, este fenómeno “es algo queno había aparecido en los años que llevamos midiendo”. En esa línea, apunta a que aunque la desocupación en un inicio se debió a la crisis social, en zonas centrales y pericentrales, “ya para el último bimestre vemos que la vacancia aumenta en todas las zonas, lo que quiere decir que hay un tema más monetario, claramente impulsado por la crisis sanitaria”. Fenómeno se ha extendido desde el centro hacia distintos sectores de la capital, por la pandemia.
El director del JEUT, Luis Fuentes, agrega que esto se debe a “gente que ha perdido su trabajo y no ha podido seguir pagando arriendo; por lo tanto, ha solucionado el problema de su residencia con amigos o familiares, o volviéndose a la casa de los padres, especialmente aquellos más jóvenes”. Agrega que otras grandes afectadas son “las familias que están endeudadas, ya que hicieron la apuesta de comprar departamentos mediante créditos hipotecarios, y que hoy están vacíos, por lo que no están recibiendo los ingresos del arriendo para pagar esas deudas”. También han aumentado los remates inmobiliarios. Ahí abundan los casos de inversionistas que en su momento compraron muchos departamentos para arrendar y vivir de ese negocio, a quienes esta vacancia los ha hecho comenzar a vender a través de esta modalidad.