Autor: POR ESTELA CABEZAS
"NO HAY NADA PEOR QUE TENER UNA CRISIS Y NO APRENDER DE ELLA"
66 “No es posible que en una pandemia haya problemas de acceso a medicinas y que unos tengan mucho porque la producen y otros nada” 07 Claudio Grossman, 72 AÑOS, el exagente de Chile en La Haya y actual presidente del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, está sentado frente al computador en su casa, en un barrio residencial de Washington, alternando sus reuniones de trabajo con las noticias sobre la ola de manifestaciones que sacude a Estados Unidos. —Todo lo que veo me preocupa, porque hay protestas legítimas, pero también mucha violencia —dice sobre las consecuencias que tuvo la muerte de George Floyd a manos de un policía en Minneapolis—. Es una situación compleja porque el virus ha descorrido la cortina de temas que existían con anterioridad El coronavirus agravó las cosas, cuestionó los medios normales de verlos: aquí hay un tema en el derecho penal del racismo.
El porcentaje de personas de color en las cárceles, la actitud de las policías que se ve en la caricatura trágica de un hombre que le pone la rodilla al otro hasta que se muere (.. ). Todo eso, en medio de 40 millones de desocupados, es de una falta de empatía y refleja un muy mal manejo de estas situaciones por parte de las autoridades públicas. —¿ Cómo cree que puede agravar esta situación la actitud de Donald Trump? —Hay distintos tipos de gobernantes. Hay quienes plantean que son presidentes de todo el país, y otros, aunque no lo digan así, gobiernan para su grupo. La gente no es tonta y se da cuenta; entonces, la capacidad de dar un liderazgo para el conjunto del país es muy importante para la estabilidad del orden público. Grossman ha desarrollado una larga trayectoria como abogado en el área del derecho internacional y de los derechos humanos: fue presidente de la Comisión Interamericana de DD.HH. Y del Comité de Naciones Unidas contra la Tortura. En la actualidad forma parte Miembro de la Comisión Pandemia del Instituto de Derecho Internacional, el abogado chileno buscará facilitar la cooperación mundial para afrontar esta crisis sanitaria y las que vienen. Desde Washington, donde reside, dice que el virus destapó las desigualdades que existen en Estados Unidos y se muestra de acuerdo con la cuarentena obligatoria para los mayores de 75 años.
También habla de la detención y tortura de su padre durante la dictadura, explica por qué tomó el caso del asesinato de Jaime Guzmán y confiesa que su gran fracaso ha sido no poder vivir en Chile. de la Comisión de Derecho Internacional de la ONU y vive cerca de la Universidad Americana de Washington, donde fue decano y hoy dicta clases, —Aprovechando las protestas pacíficas en la noche, salen grupos de narcotraficantes o de fanáticos, anarquistas, delincuentes que se aprovechan de la protesta social legítima.
Incluso veíamos ayer en CNN algo que es muy importante para la comunidad negra: que la mayoría de los manifestantes en Washington eran blancos. —¿ Se va a unir a las protestas? —Todos tenemos una responsabilidad. En la universidad promovi que los profesores latinos —yo soy el más senior de los profesores latinoshiciéramos una declaración para que nuestros estudiantes de color no se sintieran discriminados. La hicimos a inicios de esta semana y ahí les dijimos que en este momento de gran dolor para todos ellos, debían saber que podían contar con nosotros porque a veces la gente está asustada.
Además, cuenta, ofrecieron hacer una charla entre profesores y estudiantes para ver qué problemas tienen porque han visto que algunos son la primera generación de su familia en la universidad y que otros no tienen computadores, —Entonces uno dice: “Juntemos plata para ellos”. Es muy importante hacer el cambio desde uno. Un salí de Chile con la famosa “beca Pinochet”. Recién pude regresar en 1987 —dice entre risas. Un rato después, ya más serio, reconocerá que su partida fue un golpe importante en su vida, Hijo de un médico y una profesora, Claudio Grossman nació en Valparaíso, pero vivió en Viña del Mar. Estudió en el Liceo Eduardo de la Barra, donde fue presidente del Centro de Alumnos y también de la Feses. Tras salir del colegio estudió Derecho dos años en Valparaíso y luego en la Universidad de Chile, en Santiago. Había sido militante del Partido Radical, pero en la capital se unió al MAPU. Cuando terminó, trabajó en el Instituto de Estudios Internacionales de la Chile.
En esa época, recuerda, el MAPU quería fortalecer su presencia en el gobierno de Salvador Allende y lo propusieron para jefe de gabinete del ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Fernando Flores. —La idea era reforzar la relación con el Congreso y con la prensa. Muy equivocadamente pensaban que alguien recién recibido podía tener esas destrezas. Y quizá el hecho de que yo haya sido jefe de gabinete era una muestra de la incompetencia de ese grupo político —dice.
Estuvo ahí ocho meses antes de que se produjera el Golpe. —Fueron ocho meses tremendos —recuerda—. Yo tenía un sentido muy pragmático de la vida, y con mi señora Teníamos un autito, un Fiat 600, y yo no lo estacionaba en La Moneda para que no lo destruyeran los tanques. Yo veía las tensiones existentes en la sociedad. Cuando se voló el ferrocarril al sur, las huelgas generales, la situación económica, la violencia, veía que no había una salida política. Claudio Grossman debía hacer varios turnos a la semana en La Moneda que duraban 24 horas. Eso significaba quedarse a dormir allí. El lunes 10 de septiembre de 1973 dice que le tocaba hacer uno del que saldría al día siguiente en la tarde, pero a última hora lo cambió. —Salvé mi vida por casualidad —cuenta. Con el Golpe ya en curso, un amigo lo pasó a buscar en su auto y trataron de llegar a La Moneda. Como no lo lograron, se fueron a una sede del MAPU. —Era una locura. Desde allí, partimos a pie hacia La Moneda. No pudimos ni acercarnos. Pensaba que nos iban a matar, había gente gritando de un lado para otro. Ya en la tarde se fue a su casa en Providencia. A los días volvió al Instituto de Estudios Internacionales. Ahí ya había un interventor. —Me dijo que yo había destruido la economía nacional.
Y yo le pregunté Pero ¿ por qué?, si Flores no estaba a cargo de la economía El 17 de septiembre tomaron detenido a su padre en Valparaíso. —Él ni siquiera estaba de acuerdo con Allende. Estuvo preso en Lebu y fue torturado.
A sugerencia de un pariente, se asiló en la embajada de Holanda —Fue algo tremendo, de una tristeza muy grande, Pensar lo que había vivido mi papá, los muertos, los heridos, el lenguaje que había en los medios de comunicación. Cuando un bus de la embajada holandesa, con la bandera de ese país, nos llevaba a un grupo al aeropuerto, vi a gente de mi barrio saliendo y gritando: “Mátenlos a todos, ahórquenlos”. Fue impactante. Me tocó ver las expresiones más extremas de la conducta humana. Grossman hace una larga pausa. —Bueno, la literatura muestra con imaginación aspectos escondidos en la realidad. Está este libro de Vargas Llosa, La fiesta del chivo. Ahí un tipo entrega a su hija menor para que la viole el dictador y así recuperar su confianza.
Lo que a mí me tocó de esa novela es que parecía la cosa más natural de hacer; entonces, en estos procesos de tremenda y extrema polarización, lo que se produce es que se normalizan conductas que después, con la perspectiva que da el tiempo, aparecen como inaceptables.
Cuenta que eso mismo pensó cuando fue miembro y presidente de la Comi sión Interamericana, y después del Comité Contra la Tortura. —He visto estos procesos de polarización en que a veces hay un bicho que hace que la gente se transforme en marioneta y no cuestione conductas que, cuando las mira hacia atrás, en una inmensa mayoría de los casos dicen “¿ Cómo es posible que yo haya hecho estas cosas?”, Y esto los afecta a ellos y a los otros.
Al llegar a Holanda, recuerda, conoció la solidaridad. —Un funcionario holandés me pasó 250 florines, y me dijo: “Esto le alcanza para una chaqueta, un par de zapatos, un pantalón”. Y después nos pusieron en clases de holandés. Vi gente importante preocupada del bienestar de otros seres humanos que estaban muy golpeados. Cuenta que aprender de esa cultura le sirvió para la vida que llevaría después—La peor palabra que uno puede decir de otra persona en Holanda es que es fanático o emocional.
Ahí aprendí “La política, para mí, no es el diálogo de abogados en que yo defiendo a mi cliente y el otro al suyo, sino que es el arte de barrer para adentro, de incorporar”, afirma.
En la foto, Grossman cuando recibió su grado de doctor en la Universidad de Amsterdam, Holanda, en 1980.66 “¿ Sabe cuándo valen más los derechos humanos? Cuando uno protege a las personas más impopulares políticamente” 9 Claudio Grossman llegó a vivir a Washington hace 39 años para trabajar como profesor Chile. En la foto junto a su mujer, hijas, yernos y sus nietos. ¡ tante por un año.
En esa época todavía no podía volver a Grossman dice que su trabajo representado a Chile ante la demanda boliviana ha sido el más importante de su carrera: “Para mí fue de alguna manera cerrar el círculo de mi vida. Fue como volver a mi país”. En la foto, con otros dos agentes chilenos en La Haya: José Miguel Insulza y Felipe Bulnes. También que uno no siempre tiene la razón y que hay que tener empatía con otras posiciones. Admite que pensaba distinto cuando estaba en Chile, —Nosotros, al igual que muchos jóvenes políticos hoy en Chile y en todo el mundo, creíamos que teníamos la respuesta para lo humano y lo divino.
Y no, la vida no es en blanco y negro. —Pero hoy pareciera que la gente la ve así. —Yo creo que el covid-19 ha descorrido la cortina de los problemas que existían en la sociedad. Siempre van a haber distintas interpretaciones de cómo se organizan las sociedades, pero en la medida que hay mayores consensos y acuerdos de cómo enfrentar las crisis hay más posibilidades de salir de ellas.
Esto parece de perogrullo y es fácil decirlo así: “Pónganse de acuerdo”. Yo entiendo las dificultades, pero hay que buscar los acuerdos. —Hay un sector de Chile que mira con desdén la política de los acuerdos de la transición chilena. —Hay nuevos desafíos para la sociedad chilena que implican enfrentarlos. Hay temas serios relativos a, por ejemplo, pensiones que son insuficientes, acceso a la salud de calidad, por mencionar algunos. También hay temas de inclusión de la sociedad que tienen dimensiones económicas y de género.
Lo central es tratar de buscar esos acuerdos, entendiendo que no es una cosa que simplemente se hace en el vacío, Hay que buscar y lograr entender la dinámica social, y que la democracia es perfectible. Por lo mismo siempre habrá tensión y discusión.
Y ese es el desafío (... La política, para mí, no es el diálogo de abogados en que yo defiendo a mi cliente y el otro al suyo, sino que es el arte de barrer para adentro, de incorporar. Incorporación tiene que ver con empatía, ponerse en la situación del otro. En Washington no ha habido cuarentena por el covid-19. Por edad Claudio Grossman, casado hace 46 años, dos hijas, cuatro nietos, está en el grupo de riesgo. Dice que se ha cuidado y que hasta hace una semana realizaba clases onlíne en un curso de verano en la universidad. Además, cada vez que sale usa mascarilla y guantes de plástico. Y al llegar a su casa sigue la rutina de desinfección que recomiendan los especialistas—Ayer jugué ajedrez. Con mi nieto, mi señora le enseña español al otro. El fin de semana fuimos a la casa de una de mis hijas y nos sentamos al aire libre en una mesa con cada familia en un extremo. Los nietos estaban en otra mesa lejos. Cada uno llevó su sándwich y conversamos.
Hoy Claudio Grossman integra la Comisión sobre Pandemia y el Derecho Internacional, un grupo creado por el Instituto de Derecho Internacional, La idea, cuenta, es armar un marco legal para enfrentar la crisis sanitaria, pero también para prevenir nuevas crisis en el futuro.
Son 15 juristas de todo el mundo los que están a cargo de esta tarea. —Aquí hay que construir barreras muy grandes entre nosotros y el mundo de los microbios, Y estos microbios no separan las fronteras, ni a los más pobres, ni a los más ricos. Sí le pega más duro ala gente vulnerable, pero afecta a todo el mundo. La idea es crear un instrumento de cooperación internacional que asegure la interdependencia de los distintos órdenes jurídicos. No es posible que en una pandemia haya problemas de acceso a medicinas y que unos tengan mucho porque la producen y otros nada —En el caso chileno, sucedió con la importación de ventiladores mecánicos. Algunos debieron ser comprados a proveedores informales, porque los países Los retuvieron. Ahora pasa también con los reactivos para los exámenes PCR. —Es uno de los temas en los que hay que buscar cooperación internacional, y para eso no basta con las cancillerías interactuando unas con otras.
Esto implica gobernabilidad, fortalecer el rol de los organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud Claudio Grossman dice que también es importante definir y proteger el rol de la sociedad civil —Usted ha visto que, por ejemplo, las asociaciones de médicos y periodistas han sido clave en algunos países para combatir y transparentar informaciones que no son fidedignas. Es fundamental proteger la capacidad de acceso ala información por múltiples fuentes, no solo estatales. Es importante hacer más fuertes las obligaciones de información temprana. Y los derechos de grupos vulnerables, como discapacitados y niños, y en especial mujeres, que cuando se establecen cuarentenas terminan encerradas en sus casas con sus abusadores. También asegurar a los grupos de riesgo de la primera línea como médicos y enfermeras con insumos de protección como máscaras, guantes.
Mire, no hay nada peor que tener una crisis y no aprender de ella, Tal como mi generación tuvo que sacar conclusiones de lo que vivió, hoy debemos sacar la mayor experiencia para enfrentarlas futuras pandemias que de seguro habrá”, —Uno delos temas que se debate hoy es el derecho a la privacidad de la información médica. En China ya se obliga a usar en el celular una aplicación que demuestre que usted no está enfermo. —Dependiendo de las circunstancias y si es proporcional y razonable preventivamente, está bien. Pero tiene que ser dentro de una sociedad democrática y con las supervisiones adecuadas para garantizar que la información no Será utilizada con otros fines.
Tiene que existir la capacidad para eliminar todos esos datos (.. ). El problema es que mucha gente dice: “El gobierno después va a utilizar todo esto para chantajearme porque va a saber que tengo diabetes, que tengo esto y lo otro”. Pero me alegro que la discusión se haga pública porque muchos gobiernos ya lo saben. Entonces, es mucho mejor regularlo. —En Chile, Patricio Bañados escribi a El Mercurio criticando la cuarentena obligatoria para los mayores de 75 años.
Le parecía arbitraria e injusta. —Primero, de acuerdo a normas jurídicas internacionales, un Estado puede limitar el derecho a circulación, blea, etc, para cuidar a la población, porque si una persona de 75 años sale, las que tiene de terminar usando una cama de hospital y un ventilador son muy altas. Y esa persona di ce: “Bueno, yo tengo derecho a morirme”, pero resulta que va a estar ocupando un ventilador de alguien. Es lo mismo que el derecho a fumar termina donde empieza mi nariz. Lo que no se puede decir es: “Quédese en la casa y vea usted cómo come”. Eso no es proporcional. La decisión debe incluir una politica que le permita seguir viviendo 4 esa persona. —Esta semana en Santiago hubo una fiesta clandestina. Una de las personas era reincidente en este comportamiento por tercera vez.
El juez decidió que tuviera arresto nocturno y firma mensual. ¿Usted cree que la sanción debió haber sido mayor? —Con la pandemia es muy complica do mandar a alguien a la cárcel, porque se pude morir de coronavirus (.. ). Lo que sí me parece muy bueno es que haya una discusión sobre esto, porque todo va a depender de las sociedades. Hay algunas que requieren penas más grandes y otras no. Siendo usted de izquierda, ¿por qué aceptó representar a la UDI en el caso de la extradición de Galvarino Apablaza por el asesinato de Jaime Guzmán? —No discrimino en las causas de DD.HH. que tomo.
Tengo casos en contra de un expresidente en Panamá por corrupción, en Venezuela por un supuesto suicidio y un asesinato de un periodista en México “A mí me llamó Edmundo Eluchans y me dijo que estaba este caso de violación de los derechos humanos y me preguntó si lo tomaría. Y claro, ¿por qué no la voy a tomar? Yo estuve en contra del senador Guzmán, pero lo que se cometió en contra de él es un acto de terrorismo. A él lo asesinaron con un propósito político, que fue destruir el proceso de autodeterminación del pueblo chileno. Para mí eso basta”. Muchas críticas de su sector político al tomar esa decisión?, pero yo no me quedo en eso. Ya casi no recuerdo quién me dijo qué.
MI re, lo más importante fue que después que decidí hacerlo, llamé al senador Letelier para contarle y me dijo: “Me encanta que hayas tomado el caso, es muy importante”. Porque su papá había sido asesinado. También hablé con gente de todos los partidos, Viera-Gallo, Insulza, y estaban todos de acuerdo, hasta Elizalde.
Todos decían: “Un asesinato es un asesinato”. “Y si yo le hubiera dicho que no a ese caso, ¿cómo le podría haber dicho a mis hijas y a mis nietos que los derechos humanos se aplican a todos? ¿ Sabe cuándo valen más los derechos humanos? Cuando uno protege a las personas más impopulares políticamente. —En Chile se generó una polémica cuando el presidente del Instituto Nacional de Derechos Humanos dijo, en entrevista con El Mercurio, que no había derechos sin deberes. ¿Está usted de acuerdo? —No estoy de acuerdo con eso (..... Yo creo que esa comisión ha hecho una muy buena función, pero frente a esto no estoy de acuerdo. He visitado decenas de países en donde dicen que el derecho de la presunción de inocencia solo rige para los que se portan bien; entonces, usted tiene el deber de portarse bien. No. Los derechos también se aplican para la gente mala, los derechos humanos se juegan en gran medida en cómo uno trata a la gente más mala que hay en este mundo. Y eso no quiere decir que esa persona sea respetable ni que uno esté de acuerdo con ella. Esa persona, si cometió un crimen, tiene derecho a ser juzgada de acuerdo a ciertas normas. Esto es lo mismo que la libertad de expresión.
A mí me han dicho a veces: “¡ Es que los periodistas dicen cada barbaridad!”. Puede ser, pero es mejor que digan a que no puedan decir, -¿ Cuál ha sido el caso más importante de su vida? —Quizá lo más importante que hice fue el caso Chile Bolivia. Para mí fue de alguna manera cerrar el círculo de mi vida. Fue muy importante poder desempeñar una función para Chile y fue como volver a mi país. De hecho, así fue.
Cuando le ofrecieron reemplazar a José Miguel Insulza como agente chileno, decidió que debía hacerlo a tiempo completo, Para eso renunció asu cargo como decano dela Facultad de Leyes de la Universidad Americana de Washington, cargo que había tenido por 21 años. Lo hizo para poder venir a vivir a Chile por un año y medio. Acá arrendó un departamento con su esposa y se dieron tiempo para visitar amigos y salir a comer. Pero. —Me pasó lo mismo que con el virus que descorre el velo y se ven los temas que están ahí.
Vivir en Chile hizo que descorriera mi velo de mis temas pendientes: ¿ Por qué no pude vivir en Ch le? ¿ Qué hubiera sido de mi vida si me hubiera quedado allá? Claudio Grossman, a través de la pantalla del computador, de nuevo hace un largo silencio. —Hace un rato usted me preguntó por mis fracasos y claro, yo he tenido una vida muy plena, mi familia, mi trabajo, pero sí, un gran fracaso de mi vida fue el no poder vivir en Chile. —+¿ Piensa saldar cuentas y venir a vivir a Chile cuando se retire? — Pienso no retirarme nunca, pero siempre tengo presente esa posibilidad. S