Autor: DR. EMILIO ROESSLER BONZI Presidente Academia Chilena de Medicina DR. FERNANDO VIO DEL RÍO Miembro Honorario Academia Chilena de Medicina
Presupuesto en Salud
Señor Director: La crisis de Salud continúa agravándose. Las enfermedades que no fueron atendidas durante la pandemia aumentan las listas de espera hasta llegar a tres millones de personas.
El cáncer es la principal causa de muerte en el país, con personas que no son atendidas en forma oportuna y fallecen; con una población envejecida que enferma de demencias y párkinson, y las enfermedades virales se mantienen, incluido el coronavirus. La Ley Corta de Isapres favoreció la migración de más de un millón de afiliados a Fonasa y los usuarios de isapres son solo 1315.969, comparados con los 16.229. 898 de Fonasa. A estos hay que agregar 1625.074 inmigrantes que deben ser atendidos por el Estado. Con esta carga de enfermedad y aumento de usuarios, los hospitales se quedaron sin financiamiento en el último trimestre del año. El Colegio Médico y exministros de Salud reaccionaron y pidieron al ministro de Hacienda mejorar el presupuesto para terminar este año y anticiparse al aumento del gasto del próximo año. El problema de fondo es cómo resolver esta situación. En editorial del Lancet del 9 de noviembre es notable la sincronía con Chile.
Este editorial señala que entre 2010 y 2023 la expectativa de vida en el Reino Unido disminuyó; los problemas de salud mental aumentaron, y la satisfacción con el Servicio Nacional de Salud (NHS) disminuyó de 70% a 24%. Las listas de espera se incrementaron de 2 millones a 7,7 millones y el gasto en salud se redujo significativamente, llegando a ser un 21% menor que 14 países de la Unión Europea. El editorial plantea que "el NHS no necesita otra reorganización completa.
Necesita financiación adecuada". En Chile, el gasto público en Salud es un 5,83% del Producto Interno Bruto (PIB), cuando el mínimo estimado que se requiere es de un 8% del PIB, que es lo que tienen Suecia, Países Bajos, Austria, Bélgica y otros semejantes. Si no aumentamos significativamente el presupuesto en Salud, será imposible enfrentar los desafíos de una mayor población beneficiaria con gravísimos problemas de salud.