Autor: PATRICIA VILDÓSOLA ERRÁZURIZ
“Se exportarían entre US$ 8 y US$ 10 millones mensuales”
Juan Carlos Domínguez. REAPERTURA CHINA PARA CARNE DE POLLO CHILENA: Juan Carlos Domínguez, presidente de ChileCarne, comenta que los 20 meses sin exportar representaron cerca de US$ 200 millones. Anuncia que, si todo se da bien, se podría, además, abrir el mercado de Vietnam el primer semestre del 2025.
“Se exportarían entre US$ 8 y US$ 10 millones mensuales” Tras 20 meses, China, anunció la reapertura del mercado para la importación de carne de pollo, suspendida en marzo de 2023, tras la detección de focos de influenza aviar en planteles productivos. “Fue muy rápido para los tiempos que pueden tomar este tipo de situaciones. Eso es una muestra de que se hicieron bien las cosas. Y también es una demostración de lo importante que son las exportaciones para un país como Chile, que es pequeño”, comenta Domínguez. Se refiere a que para el sector cárnico chileno, con vecinos tan grandes como Brasil y Argentina, competir en el mercado interno es muy complejo. “Lo que nos ha salvado han sido las exportaciones, que dan salida al mercado. Hay que considerar que a pesar de la importancia que tiene la producción de pollo en Chile, el 25% del consumo de pollo es de carne importada de Brasil”, consigna.
Por lo mismo, la imposibilidad de exportar a China restaba competitividad al sector, porque “las exportaciones nos hacen la diferencia y por eso nos ha alegrado tanto que se nos haya reabierto este mercado”. China es el tercer destino de las exportaciones de carne deJuan Carlos Domínguez. El próximo desafío es la apertura de Vietnam. Si las cosas avanzan como se viene trabajando, debería venir una visita de los auditores vietnamitas en los últimos dos meses de este año. “Si todo sale bien, podríamos conseguir estar abiertos dentro del primer semestre de 2025”. ave chilena, después de Estados Unidos y de México. Pero la importancia del destino asiático es que es un mercado muy atractivo para productos y cortes que no se venden en otros países, como las garras. “Por eso, desde un primer momento, se hizo lo imposible por reabrir China. El SAG y elMinisterio de Agricultura se dieron cuenta de la importancia que tenía recuperar rápido el mercado.
El trabajo conjunto y la aplicación de los estrictos protocolos de bioseguridad permitió que los chinos nos autorizaran en un plazo que, si bien a nosotros se nos hizo largo, para lo que suelen demo-rarse estos procesos, fue corto”, dice.
Reconoce que en esto fue clave el apoyo de la Subsecretaría de Relaciones Exteriores (Subrei) y del Ministerio de Agricultura (Minagri), en donde la subsecretaria Claudia Sanhueza y el ministro Esteban Valenzuela se reunieron en diversas oportunidades con las autoridades chinas. “ De hecho, el viceministro de Agricultura de China destacó que en menos de un año se había juntado tres veces a conversar con el ministro Valenzuela. Esto les demostró a ellos la importancia de esto para nuestro país. También demuestra lo relevante de tener una política de Estado para el comercio internacional. ”, comenta. Domínguez llama a poner atención en esto no solo desde lo agrícola. “Para un país como el nuestro, que vivimos del comercio exterior, es muy importante que las autoridades estén en constante contacto directo con los mercados, especialmente para los países asiáticos. Aquí, la Subrei y el Minagri apoyaron mucho.
Pero se necesita un compromiso de más arriba, en un país como Chile las autoridades nuestras tienen que estar marcando presencia”. El otro factor que ayudó a superar la crisis fue el trabajo de prevención, control y erradicación que se realizó desde un primer momento a través de un protocolo de bioseguridad que se aplicó incluso en las aves de traspatio. “El SAG, el Minagri y las comunidades reaccionaron bien. Se trabajó en conjunto con el sector público y hubo control y erradicación rápidade la enfermedad. El mejor ejemplo es el estándar oficial de bioseguridad que se estableció para todo productor de aves, que se aplica a todo productor de ave, independiente del tamaño”, dice. Y recalca que el estándar de bioseguridad ya está incorpo-rado a todo nivel, por lo que debiera seguir trabajándose para disminuir el riesgo de una vuelta de la enfermedad, cuando comiencen las migraciones. “Hay que entender que el riesgo no es solo productivo, no se trata solo de perder unaproducción. El principal problema es que se cierre un mercado. Y el impacto de eso es tremendo a nivel social y económico para cientos de familias. En La Calera, Melipilla, San Pedro, Litueche, San Vicente de Tagua Tagua, y muchas otras, esta es una in-dustria muy relevante. Nosotros tenemos 6.700 proveedores y más del 70% son pymes. Este tipo de industrias es lo que disminuye la emigración rural a la ciudad y es seguridad y soberanía alimentaria”, enfatiza. El período que no se pudo exportar significó redestinar esos cortes que van solo a Asia a otros rubros, como a la harina para uso animal. Por lo mismo, no será difícil retomar las exportaciones, pues no hubo que disminuir producción. Pero sí hubo pérdida económica: del orden de US$200 millones al año, fue lo que se dejó de exportar al gigante asiático. “Hay que considerar que por el kilo de garras se ha llegado a pagar lo mismo o más que por un kilo de pechuga”, comenta.
De todas formas, el sector se diversificó y las proyecciones son de que el 2024 terminará con exportaciones en torno a los US$ 450 millones, lo que “sin contar el 2021 y el 2022, que fueron excepcionales por otras razones, va a ser récord para las exportaciones de pollo, a pesar de que no se envió a China en los tres primeros tri-mestres.
A partir de ahora, y en los próximos tres meses, deberíamos estar exportando entre US$ 8 y US$ 10 millones mensuales a China”. Frente a una eventual pérdida de mercado en el gigante asiático dice que se recuperará rápido, por el tamaño que tiene y porque Chile es exportador de nichos. “Si el producto es bueno, ellos seguirán comprando. De hecho, durante todo este período recibía consultas de importador e s c h i n o s p r e g u n t a n d o cuándo retomábamos las exportaciones”, plantea. EN PRIMER SEMESTRE DE 2025, VIETNAM. Juan Carlos Domínguez, presidente de ChileCarne, comenta que los 20 meses sin exportar representaron cerca de US$ 200 millones. Anuncia que, si todo se da bien, se podría, además, abrir el mercado de Vietnam el primer semestre del 2025. REAPERTURA CHINA PARA CARNE DE POLLO CHILENA: Juan Carlos Domínguez.
“Se exportarían entre US$ 8 y US$ 10 millones mensuales” Tras 20 meses, China, anunció la reapertura del mercado para la importación de carne de pollo, suspendida en marzo de 2023, tras la detección de focos de influenza aviar en planteles productivos. “Fue muy rápido para los tiempos que pueden tomar este tipo de situaciones. Eso es una muestra de que se hicieron bien las cosas. Y también es una demostración de lo importante que son las exportaciones para un país como Chile, que es pequeño”, comenta Domínguez. Se refiere a que para el sector cárnico chileno, con vecinos tan grandes como Brasil y Argentina, competir en el mercado interno es muy complejo. “Lo que nos ha salvado han sido las exportaciones, que dan salida al mercado. Hay que considerar que a pesar de la importancia que tiene la producción de pollo en Chile, el 25% del consumo de pollo es de carne importada de Brasil”, consigna.
Por lo mismo, la imposibilidad de exportar a China restaba competitividad al sector, porque “las exportaciones nos hacen la diferencia y por eso nos ha alegrado tanto que se nos haya reabierto este mercado”. China es el tercer destino de las exportaciones de carne deJuan Carlos Domínguez. El próximo desafío es la apertura de Vietnam. Si las cosas avanzan como se viene trabajando, debería venir una visita de los auditores vietnamitas en los últimos dos meses de este año. “Si todo sale bien, podríamos conseguir estar abiertos dentro del primer semestre de 2025”. ave chilena, después de Estados Unidos y de México. Pero la importancia del destino asiático es que es un mercado muy atractivo para productos y cortes que no se venden en otros países, como las garras. “Por eso, desde un primer momento, se hizo lo imposible por reabrir China. El SAG y elMinisterio de Agricultura se dieron cuenta de la importancia que tenía recuperar rápido el mercado.
El trabajo conjunto y la aplicación de los estrictos protocolos de bioseguridad permitió que los chinos nos autorizaran en un plazo que, si bien a nosotros se nos hizo largo, para lo que suelen demo-rarse estos procesos, fue corto”, dice.
Reconoce que en esto fue clave el apoyo de la Subsecretaría de Relaciones Exteriores (Subrei) y del Ministerio de Agricultura (Minagri), en donde la subsecretaria Claudia Sanhueza y el ministro Esteban Valenzuela se reunieron en diversas oportunidades con las autoridades chinas. “ De hecho, el viceministro de Agricultura de China destacó que en menos de un año se había juntado tres veces a conversar con el ministro Valenzuela. Esto les demostró a ellos la importancia de esto para nuestro país. También demuestra lo relevante de tener una política de Estado para el comercio internacional. ”, comenta. Domínguez llama a poner atención en esto no solo desde lo agrícola. “Para un país como el nuestro, que vivimos del comercio exterior, es muy importante que las autoridades estén en constante contacto directo con los mercados, especialmente para los países asiáticos. Aquí, la Subrei y el Minagri apoyaron mucho.
Pero se necesita un compromiso de más arriba, en un país como Chile las autoridades nuestras tienen que estar marcando presencia”. El otro factor que ayudó a superar la crisis fue el trabajo de prevención, control y erradicación que se realizó desde un primer momento a través de un protocolo de bioseguridad que se aplicó incluso en las aves de traspatio. “El SAG, el Minagri y las comunidades reaccionaron bien. Se trabajó en conjunto con el sector público y hubo control y erradicación rápidade la enfermedad. El mejor ejemplo es el estándar oficial de bioseguridad que se estableció para todo productor de aves, que se aplica a todo productor de ave, independiente del tamaño”, dice. Y recalca que el estándar de bioseguridad ya está incorpo-rado a todo nivel, por lo que debiera seguir trabajándose para disminuir el riesgo de una vuelta de la enfermedad, cuando comiencen las migraciones. “Hay que entender que el riesgo no es solo productivo, no se trata solo de perder unaproducción. El principal problema es que se cierre un mercado. Y el impacto de eso es tremendo a nivel social y económico para cientos de familias. En La Calera, Melipilla, San Pedro, Litueche, San Vicente de Tagua Tagua, y muchas otras, esta es una in-dustria muy relevante. Nosotros tenemos 6.700 proveedores y más del 70% son pymes. Este tipo de industrias es lo que disminuye la emigración rural a la ciudad y es seguridad y soberanía alimentaria”, enfatiza. El período que no se pudo exportar significó redestinar esos cortes que van solo a Asia a otros rubros, como a la harina para uso animal. Por lo mismo, no será difícil retomar las exportaciones, pues no hubo que disminuir producción. Pero sí hubo pérdida económica: del orden de US$200 millones al año, fue lo que se dejó de exportar al gigante asiático. “Hay que considerar que por el kilo de garras se ha llegado a pagar lo mismo o más que por un kilo de pechuga”, comenta.
De todas formas, el sector se diversificó y las proyecciones son de que el 2024 terminará con exportaciones en torno a los US$ 450 millones, lo que “sin contar el 2021 y el 2022, que fueron excepcionales por otras razones, va a ser récord para las exportaciones de pollo, a pesar de que no se envió a China en los tres primeros tri-mestres.
A partir de ahora, y en los próximos tres meses, deberíamos estar exportando entre US$ 8 y US$ 10 millones mensuales a China”. Frente a una eventual pérdida de mercado en el gigante asiático dice que se recuperará rápido, por el tamaño que tiene y porque Chile es exportador de nichos. “Si el producto es bueno, ellos seguirán comprando. De hecho, durante todo este período recibía consultas de importador e s c h i n o s p r e g u n t a n d o cuándo retomábamos las exportaciones”, plantea. EN PRIMER SEMESTRE DE 2025, VIETNAM.