Autor: RECHAZO ALA JUSTIFICACIÓN DE LA VIOLENCIA
Cadem revela que el estallido social del 18 de octubre de 2019 aún se percibe como una expresión de descontento social, pero marca un declive en la calidad de vida
A cinco años del estallido social, un estudio de Cadem muestra que la mayoría de los chilenos sigue interpretando los hechos como una manifestación de descontento social acumulado, aunque el 68% cree que marcó un retroceso en su calidad de vida.
Cadem revela que el estallido social del 18 de octubre de 2019 aún se percibe como una expresión de descontento social, pero marca un declive en la calidad de vida A cinco años del estallido social que sacudió Chile el 18 de octubre de 2019, la empresa Cadem realizó un estudio cualitativo y cuantitativo para analizar la percepción de respecto a los eventos ocurridos en aquella fecha y su impacto en el país.
Los resultados reflejan que, aunque la mayoría de los chilenos interpretando la ciudadanía continúa lo ocurrido como una reacción ante el descontento social acumulado, también se reconoce un descenso significativo en la calidad de vida de la población tras los hechos. Según el estudio, el 58% de los encuestados cree que el 18-O sigue siendo una expresión de descontento social generalizado, mientras que el 57% considera que fue necesario para visibilizar los problemas estructuralesque enfrenta Chile. No obstante, un 34% de los encuestados afirmó que los sucesos de octubre de 2019 fueron más bien un problema de orden público generado por grupos violentos organizados. PERCEPCIÓN DEL DESCENSO EN LA CALIDAD DE VIDA. El informe de Cadem revela que un 68% de los chilenos está de acuerdo con que el estallido social marcó un período de declive en la calidad de vida en el país. Solo un 23% se manifestó en desacuerdo con esta afirmación, lo que muestra una percepción mayoritaria de que los problemas derivados del estallido aún negativamente impactan en la vida cotidiana de los ciudadanos.
En cuanto a las causas que pusieron fin a la violencia en las calles, un 67% de los encuestados atribuyó el cese de los disturbios a la llegada de la pandemia, mientras que solo un 22% indicó que el Acuerdo por la Paz y la Nueva La Constitución fue el principal factor que detuvo las protestas violentas.
A pesar del reconocimiento de que el estallido social visibilizó problemas importantes, un abrumador 87% de los encuestados se mostró en desacuerdo con que la violencia en las calles sea legítima y justificable para generar cambios políticos y sociales. Las formas de protesta más respaldadas por los ciudadanos fueron loscacerolazos (69%) y las marchas pacíficas (55%), mientras que prácticas como las barricadas (15%), los rayados (6%) y los saqueos (1%) fueron las menos apoyadas.
En relación con el origen de la violencia, un 58% de los encuestados sostuvo que provino de grupos organizados, mientras que un 16% cree que fue causada por las acciones de Carabineros y las Fuerzas Armadas. Sobre la respuesta de las fuerzas del orden, el 55% de los chilenos opinó que su actuar era proporcional, aunque un 39% determinado que fue excesivo. DERECHOS HUMANOS Y PERCEPCIÓN DE CHILE HOYEl estudio también abordó la polémica sobre la presunta violación de derechos humanos durante el estallido.
En este punto, un 53% de los encuestados semanifestó en desacuerdo con la afirmación de que hubo violaciones sistemáticas a los derechos humanos, mientras que un 31% expresó estar muy de acuerdo con dicha afirmación y un 12% algo de acuerdo. Cinco años después, el pesimismo sobre el futuro de Chile ha aumentado significativamente.
Un 63% de los chilenos cree que el país es hoy peor que antes del estallido, una cifra que contrasta fuertemente con el 74% que en 2019 creía que Chile sería un mejor país después de superar la crisis. delincuencia y el crimen organizado (88%), la calidad de la política (77%), la pobreza (67%) y la desigualdad (61%). CONCLUSIÓNEl estudio de Cadem pone en evidencia que, a cinco años del estallido social, los chilenos siguen percibiendo la crisis como un hito clave para visibilizar los problemas estructurales del país. Sin embargo, la falta de soluciones y la percepción de un descenso generalizado en la calidad de vida alimentan un clima de insatisfacción y pesimismo sobre el futuro del país. Además, un 80% de los enlas cuestados afirmó que demandas sociales que impulsaron el estallido no han sido resultados y, en muchos casos, han empeorado.
Entre los principales problemas mencionados se encuentran el costo de la vida (89%), laEl desafío para las autoridades y los actores políticos parece claro: abordar de manera efectiva las demandas sociales que aún persisten y trabajar en conjunto para recuperar la confianza de la ciudadanía en un futuro más prometedor para Chile..