Autor: Sebastián González Centro de Estudios dela Comunica
Enemigos de los fans
OoColumnaada vez que seanuncia un “World Tour”, esperamos que alguna fecha de la gira pase por Chile o, en el peor de los casos, por Argentina o Brasil.
Y si ya el alto costo de los boletos es un primer impedimento para que muchos fanáticos puedan acceder a ver a sus artistas favoritos, existe otro gran enemigo del que poco se comenta: las filas vir-tuales.
El año pasado, cuando se anunciaron las fechas de The Eras Tour, la gira que ha llevado alrededor del mundo a la estrella pop Taylor Swift, la primera decepción fue que nose incluyó a Chile dentro dela serie de conciertos. Para algunos, la única opción era ir a verla a BuenosAires o a Brasil.
Fue un 6 dejunio en el que, junto a una amiga, estuvimos más de ocho horas conectados en más de dos dispositivos cada uno para intentar conseguir una entrada para uno de los tres conciertos en Argentina. Tuvimos suerte. Unos 20 minutos antesque se agotaran todas las localidades, recibimos un link que nos adelantó en la fila virtual y pudimos comprar nuestras preciadas entradas.
Sin embargo, en nuestros dispositivos, nunca logramos avanzar más que un octavo dela barra que indica la postción enla fila. ¿Cómo funciona una fila virtual? Es un sistema queagrupa a los usuarios en una sala de espera en la cual no importa la hora de conexión ni tu tiempo de espera, pues el lugar se asigna al azar y depende solamente de la suerte si estás “más adelante” o “más lejos” en la fila.
Sin saberlo, estamos destinados por un algoritmo a confiar en una enel azar para conseguir trada, sin importar demasiado el tiempo que pasemos conectados (aunque la paciencia y la persistencia son las virtudes cardinales de quien hacela fila). Pero, como si eso ya no fuera poco, hoy aparece una precios los nueva traba: dinámicos. Elreciente anuncio del retorno de la banda inglesa Oasis, luego de 16 años de peleas entre hermanos Galos llagher, provocó una expectación por la compra de tickets para su gira por Irlanda y Rel-no Unido. Lo que ningún fanático esperaba, y la banda tampoco, fue que la empresa a cargo de La venta utilizó un sistema de precio variable similar al que se usa en la venta de pasajes aéreos. Las entradas que costabanentre 75 mil a 205 mil pesoschilenos rápidamente fueron reemplazadas por tickets on demand, es decir, mientras más interesados y menos cupos quedaban, más aumentabael valor delos boletos. Una entrada de 100 mil pesosahora costaba más de400 mil. Ni pensar en comprar reventas, que superaban los seis millones de pesos. Siempre se ha dicho que es difícil ser un fanático. Pero al parecer, las empresas que venden entradas se han preocupado de complicar aún más las cosas. La duda que queda es saber con qué nueva dificultad nos sorprenderán la próxima vez que queramos comprar una entrada para ver a nues-Solo el tiemponos lo dirá.. ción de los Andes (ECU) Universidad