EL DOMADOR DE NIÑOS
EL DOMADOR DE NIÑOS Jero García, excampeón de boxeo en España y quien a través de este deporte creó una fundación para combatir la violencia y la exclusión social, está sentado en una pequeña sala en el segundo piso del Espacio Riesco en Santiago, donde este martes de mayo se realiza el tercer Congreso "Lo Que De Verdad Importa". Abajo lo esperan 2 mil estudiantes de colegios particulares y públicos, a quienes más tarde les dará una charla para prevenir el acoso escolar. El exboxeador habla fuerte y rápido contando sobre su fundación, que tiene más de 15 años y que lleva su mismo nombre.
Luego junta sus manos gruesas y frunce el ceño sobre su nariz ancha, que a lo largo de su carrera se ha fracturado más de 10 veces: --¿ Te he dicho que yo soy un trastornado? --pregunta con un cerrado acento español.
García se refiere a que él tiene Trastorno de Déficit Atencional e Hiperactividad (TDAH) y que recién lo vino a saber cuando tenía más de 30 años. --Cuando yo era niño no era algo que se estaba diagnosticando como ahora. Yo me sentía desequilibrado, que iba a una velocidad distinta a los demás, era muy complicado. También, hace no tanto tiempo, supo que en su época escolar había sido un agresor.
Enterarse fue una sorpresa, sobre todo porque lo supo en un momento en el que ya llevaba un tiempo con su fundación para luchar, precisamente, contra el bullying. --Me contactó un excompañero y me pidió que nos juntáramos.
Me dijo, "Jero, yo venía a decirte dos cosas: Gracias por todo lo que estás haciendo contra el acoso escolar y que te perdono". Y yo le digo, "¿me perdonas de qué?". El excompañero comenzó a relatarle que cuando estaba en el último año de básica, había un grupo de niños que le quitaban el dinero y lo molestaban constantemente.
Pero que había uno en particular que no hacía nada, pero lo miraba. --Me dijo que esa mirada le provocó tanto miedo que en un momento pensó que no valía absolutamente para nada y que llegó incluso a tener pensamientos suicidas. Yo le dije "tío, ¿por qué me cuentas esto?". Entonces me miró a la cara y me dijo que ese niño era yo. Cuenta que él no se acordaba de ese excompañero, pero sabía que decía la verdad. Ese día, además de pedirle perdón, comenzó a armar una de sus campañas más grandes: "Sport vs. Bullying". --El acosador y la víctima, los dos tienen un problema, y es un problema de autoestima. Cuando tienes una necesidad, dependiendo de la que sea, tú puedes reaccionar de tres maneras. Una: Huir. Dos: bloquearte y no hacer nada. O tres: pelear. En este caso, el acosado se bloquea o huye y el acosador pelea.
Jero García creció a principios de los años 80 en el barrio Carabanchel en Madrid, un sector ubicado en medio de los principales focos de tráfico de droga en la ciudad de ese entonces. --Yo me crie en la delincuencia, en una zona donde imperaba la ley del más fuerte, quitabas el bocadillo o te lo quitaban. A los 7,8 años empecé a portarme mal, luego me expulsaron del colegio y ya con 12 años empecé a delinquir. Lo único que conocía era eso.
Ya más entrado en la adolescencia, fue detenido y luego estuvo preso, por haber agredido a un militar que intentaba arrestarlo. --En las noches en el calabozo empecé a pensar en qué momentos de mi vida yo había sido feliz. Y solamente había sido feliz cuando hacía deporte. Y ahí me juré que me iba a dedicar al deporte --dice García, quien, en esa época, jugaba principalmente fútbol. Como futbolista, cuenta, era uno de los goleadores del equipo, pero era también uno de los jugadores más irregulares. La mitad de los partidos, por su impulsividad y arrebatos, terminaba expulsado.
En una ocasión, cuenta, noqueó a dos delanteros en menos de 45 segundos. --Me acuerdo que esa vez caminando desde la cancha al vestuario, llegué a la conclusión de que me tenía que dedicar a deportes más pacíficos, como el boxeo, que me canalizara la agresividad y me regulara la ira. Entró en el boxeo y rápidamente le fue bien. Comenzó a ganar competencias, pero, dice, no se lo tomó en serio hasta que nació su primera hija. Cuando él tenía 20 años. --Eso fue lo que me cambió la vida, por primera vez estaba motivado. Me di cuenta de que ya no peleaba por mí, peleaba por mi familia. Dejé de fumar, dejé de beber, dejé de drogarme y empecé a hacer dieta y a hacerle caso a mi entrenador. García llegó a ser campeón de España y a competir de manera internacional por Europa. Paralelamente, para poder financiar su carrera, daba clases de boxeo a quien estuviera interesado. --Y ¿ qué ocurre? Que algo que hice por comer, se me dio bien. Y la docencia me enseñó que yo tenía la capacidad de transformar vidas, igual que el deporte cambió la mía. Yo jamás pensé que podía transformar vidas, personalidades en positivo, sobre todo de los jóvenes. Y ahí se me dio la vuelta a la cabeza. Al punto de que en el mejor momento de su carrera, cuando tenía 33 años, decidió dejar el boxeo profesional y dedicarse exclusivamente a entrenar a personas.
En eso estaba cuando recibió becada a una chica de 18 años que se llamaba Miriam y cuya historia haría que García quisiera darle un giro a su proyecto y amplificarlo. --Ella era maravillosa, simpática, agradable, súper educada. Era una luz para nosotros. Pero en un momento determinado esa niña cambia. Empieza a contestar mal, no me mira la cara, comienza a tener trastornos de conducta incluso trastornos alimenticios, subiendo bastante de peso.
Hasta que un día antes de un torneo, como era de costumbre, ella se subió a una pesa para pesarse y García nota que ella está muy nerviosa, y que intenta tapar su cuerpo. --Veo marcas. Le pregunto y ella se pone nerviosa, se bloquea y sale corriendo. Yo voy detrás de ella. No la localizo. Y ¿ Qué pasa? Yo estoy con muchas cosas, acabo de montar mi gimnasio, tengo a 30 peleadores, y me olvido.
Un año y medio después Miriam apareció en la puerta de su gimnasio con un bebe a su lado. --Entonces ella me cuenta que se fue a vivir con su novio y que al poco tiempo él empezó a cambiar. Le prohibía ir con sus amigas o venir al gimnasio.
La insultaba, la empujaba, la agarraba del cuello y la empezó a golpear con bofetones, que pasaron a puñetazos y acabó con una paliza a patadas con ella embarazada de ocho meses --dice García con la mirada fija--. Yo entro en shock y le pregunto, qué quiere hacer, y me dice que ella quiere boxear. García se dedicó a entrenarla, y ella llegó a ser campeona mundial de boxeo. --Pero, ¿quién quedó derrotado con esta historia? Yo. Porque yo no lo detecté. Sigo sintiéndome culpable. Y quiero seguir sintiéndome culpable siempre, porque eso me va a mantener atento. Yo tenía que haberlo detectado, esa niña era responsabilidad mía.
Después de ese encuentro con Miriam, García saltó de entrenar a 30 boxeadores a crear una fundación para prevenir la violencia de todo tipo y evitar la exclusión social, que hoy cuenta con dos gimnasios, varias campañas contra el bullying y la violencia, y que ha impactado a miles de personas.
Muchos de los jóvenes que Jero García recibe en su gimnasio han sido víctimas de acoso escolar. --Los padres se equivocan porque me mandan a los niños que sufren acoso para que les enseñe a boxear para defenderse. Y yo les digo, no, yo te voy a ayudar a reafirmarlos, a elevar la autoestima y crear autoconfianza. A partir de ahí, serán niños que serán incapaces de hacerles daño. De hecho, explica, en su gimnasio entrenan tanto agresores como acosados juntos.
Su trabajo fue tan reconocido en España que en 2015 lo llamaron para conducir el programa televisivo "Hermano mayor" y que hizo que se hiciera famoso, al punto de tener más de 250 mil seguidores en Instagram, 400 mil en TikTok y videos con millones de reproducciones.
El programa televisivo consistía en que lo llamaban padres que no sabían qué hacer con sus hijos y García acudía a intervenir. --Yo soy el domador de niños de España --dice García--. Los chicos de este programa insultaban y golpeaban a sus padres.
Yo tenía un gabinete psicopedagógico detrás y lo principal de la terapia era que los niños se empatizaran con el daño que cometían. --¿ Cómo lo hacías? --Si un niño encierra a sus padres, yo lo encierro. Si un niño provoca que sus padres se sientan atrapados, yo atrapo al niño. A la primera no, a la segunda no, a la tercera no, pero cuando llevo dos días dándoles, al final empatizan.
En ese momento se rompen, y ahí es cuando entramos a trabajar. --Series como "Adolescencia" ponen sobre la mesa la dificultad de los padres de manejar a sus hijos hoy en día... --¿ Cuál es el mensaje de esa serie? Primero, no hay mayor forma de influir que el ejemplo. Tanto el bueno como el malo. El padre de la serie da un mal ejemplo, porque pierde los nervios siempre. Tú puedes perder los nervios, pero no delante de tu hijo, porque tu hijo va a replicar tu forma de ser. Y segundo, nosotros no podemos dejar a los niños encerrados en habitaciones sin saber lo que hacen. Los padres están tranquilos porque su hijo se tira 14 horas en su habitación. Eso no es educar. Si tú quieres que tu hijo esté en una habitación, tienes que saber con quién habla y qué ve. Si no lo hago, estoy fallando a la hora de educar.
No podemos ser cobardes y decir: "Yo prefiero que mi hijo esté en una habitación, que haga lo que quiera, pero por lo menos no está con los peligros de la calle". --Se ha hablado de lo peligroso que puede ser también el mundo digital... --Muy peligroso. El 50 por ciento de los niños que sufren acoso escolar en el colegio sufren cyberbullying. Es decir, hay un 50 por ciento más que antes, pero no solamente hay más cantidad de bullying, hay más calidad. Los niños son más crueles, porque no ven el daño que cometen.
Y cuando tú no ves el daño que cometes, ¿qué pasa? No paras, te deshumanizas. --Según especialistas, entre adolescentes chilenos se ha normalizado el compartir fotos con poca ropa, lo que contribuiría al bullying... --Eso en España está muy penado, con la nueva Ley del menor. Eso en España se llama sexting, el sexting no es delito, pero el distribuirlo sí. La divulgación de cualquier imagen de alguien desnudo es delito, mientras sea menor de edad.
Al igual que en Chile, en España, los menores de entre 14 y 18 años tienen responsabilidad penal, pero García considera que esa edad debería bajarse, o que haya una responsabilidad tanto penal como civil de los padres. --En el momento en que los padres vean que pueden acabar con una multa grande o incluso en la cárcel, se empezarán a preocupar. Si en España un niño provoca que otro se tire de un quinto piso... Si el niño tiene 12 años no pasa nada porque es inimputable. Necesitamos responsabilidad. --¿ Cómo se hace que un niño que está en el teléfono empatice con el daño que está haciendo? --Bueno, lógicamente, si se habla de redes es muy complicado. Primero, es muy difícil descubrirlo, pero si hay un niño que necesita hacer eso para sentirse bien, tiene un problema. Y para eso hay grandes profesionales, como psicólogos o psiquiatras, que tienen que trabajar sobre ello. El problema es que muchas veces tenemos miedo de pedir ayuda. En muchos casos de grooming (acoso por internet de parte de un adulto a un menor), los niños se suicidan porque tienen miedo, por vergüenza o por no preocupar a sus padres.
Y luego los padres dicen ¿ pero qué pasó? Y yo les pregunto ¿ con quién hablaba en internet? --Algunos dirían que eso es meterse en la vida privada de los jóvenes... --Yo te hago una pregunta.
Si tuvieras un niño de 12 años en casa, ¿tú le dejarías que pusiera un cerrojo en su habitación? ¡ No! Pues si no tienes las contraseñas de sus redes sociales, tu hijo te ha puesto un cerrojo. Tú quieres redes sociales, pero que tú sepas que yo tengo tus contraseñas y voy a ver con quién y con quién no hablas.
Ya solamente sabiendo eso tienen ojo de con quién van a hablar. --Muchos padres dicen no entender el mundo digital en el que se mueven sus hijos. --Hace 15 años cuando esto empezó, lo entiendo, pero ahora... No entiendes porque no quieres. En algunos colegios que he ido hay escuelas para que los padres se conviertan también en nativos digitales. En la información está la solución. Aprende. Jero García, excampeón de España en boxeo, hoy se dedica a entrenar en este deporte a jóvenes agresores y agredidos, además de recorrer colegios dando charlas para prevenir el acoso escolar y la violencia. Luego de dar una conferencia en Chile a más de 2 mil estudiantes, relata aquí su propia historia y cuenta que él mismo fue agresor durante su época escolar.
Dice que el bullying hoy en día es más cruel que antes, porque los jóvenes no empatizan con el daño que hacen al otro lado del teléfono, y asegura que él es de la postura de que los padres deben tener las contraseñas de redes sociales de sus adolescentes: "Si no las tienes, tu hijo te ha puesto un cerrojo". POR ANTONIA DOMEYKO EL DOMADOR DE NIÑOS "Los padres se equivocan porque me mandan a los niños que sufren acoso para que les enseñe a boxear para defenderse.
Y yo les digo, no, yo te voy a ayudar a reafirmarlos, a elevar la autoestima y crear autoconfianza". SER GIO A LF O NSO LO PEZ "Los padres están tranquilos porque su hijo se tira 14 horas en su habitación. Eso no es educar. Si tú quieres que tu hijo esté en una habitación, tienes que saber con quién habla y qué ve"..