Con medidas de protección e infraestructura, la región enfrenta las deportaciones de Trump
Con medidas de protección e infraestructura, la región enfrenta las deportaciones de Trump MIGRANTES reciben cobijo en un refugio en Tijuana, norte de México.
THE ASSOCIATED PRESS U na avalancha de órdenes ejecutivas marcó las dos primeras semanas del nuevo gobierno del Presidente Donald Trump y el tema de la inmigración ha tenido un papel estelar en ellas, con múltiples medidas dirigidas a limitar el número de personas que entran a EE.UU., pero ninguna generó tanta controversia o tensiones diplomáticas como el proceso de "deportaciones masivas" que inició el republicano y debido al cual los países latinoamericanos ya han tomado cartas con el fin de prepararse para evitar un caos por el regreso de sus ciudadanos.
Fue ese plan de deportaciones el que provocó una crisis diplomática entre Colombia y EE.UU. que amenazó con convertirse en una guerra comercial antes de que fuera neutralizada por diplomáticos de ambos países, pero no antes de que Trump y su par colombiano, Gustavo Petro, intercambiaran acusaciones en X y se amenazaran con un alza arancelaria y otras sanciones. La situación estalló cuando Petro se negó a aceptar dos aviones militares repletos de colombianos que estaban en Estados Unidos, lo que enfureció a Trump, quien prometió sacar a los indocumentados de su país.
Molestia por el trato "indigno" La negativa de Petro se debió a, según él, las condiciones "indignas" en las que serían transportados los colombianos, luego de que se difundieran imágenes de migrantes en aviones militares y esposados, pese a que son "prácticas comunes" en el traslado de inmigrantes irregulares de vuelta a sus países de origen --así como que se les quiten los cordones de los zapatos--, según Ariel Ruiz, analista sénior del Migration Policy Institute. La cancillería brasileña también acusó un "trato degradante" a sus ciudadanos después de que 88 migrantes llegaron al país esposados. El Ejecutivo dijo esta semana que exigirá explicaciones a Estados Unidos, que facilitará el traslado de los recién llegados dentro del territorio y que está preparado para dar asistencia humanitaria, como abrigo y alimentación.
La preparación del país más afectado Más extenso es el plan de México, país que tiene el mayor número de inmigrantes irregulares en EE.UU., con unos 4 millones, según las cifras más recientes del Pew Research Center. La Presidenta Claudia Sheinbaum dijo esta semana que ya llegaron cuatro aviones de EE.UU. y más de 4.000 retornados desde que Trump asumió el poder. El gobierno presentó el plan "México te abraza", que contempla empleo y programas sociales para los retornados y dispuso una decena de centros de recepción en los estados fronterizos.
Se espera que casi todos los poderes públicos participen de la iniciativa, ya sea transportando a las personas en bus hasta sus ciudades de origen, organizando la logística, proporcionando atención médica, o entregando beneficios monetarios directos.
Pese a ser el país con el plan de recepción más desarrollado, México podría tener problemas para acoger a los deportados, dependiendo del nivel del flujo. "Cualquier aumento significativo implicaría no solo aumentar los retos y el costo de la recepción, sino también un impacto simultáneo en las remesas", planteó Stephanie Brewer, directora para México de WOLA, quien destacó también el efecto que el proceso puede tener para las personas deportadas, "al ser sustraídas de sus vidas en Estados Unidos, perder ingresos, ser separadas de sus familiares y otros impactos". Otros países de la región también han tomado medidas. Uno de ellos es Perú, cuyo canciller, Elmer Schialer, aseguró que sus ciudadanos deportados "van a tener todas las facilidades que se necesitan para su reinserción en el país", y recibirán atención médica.
La Presidenta hondureña, Xiomara Castro, por su parte, anunció la creación del programa "Hermano y hermana vuelve a casa" para ayudar a los deportados, quienes recibirán "capacitación y oportunidades de empleo", "financiamiento para emprendedores, educación, becas, reconocimiento de sus estudios y salud". Además, a algunos se les dará un capital semilla de US$ 1.000 para fomentar el inicio de emprendimientos.
Ecuador anunció su propio plan que, según la Cancillería, les entregará "atención personalizada" a los deportados por parte de los ministerios, así como kits de ayuda con implementos personales y un apoyo monetario para el transporte a sus localidades de origen.
Un acuerdo para resolver el problema venezolano Una de las grandes dudas sobre el proceso de "deportaciones masivas" de Trump es qué ocurrirá con los cientos de miles de v e n e z o l a n o s q u e v i v e n e n EE.UU. de forma irregular.
En una de las últimas acciones del gobierno pasado, el expresidente Joe Biden evitó que los venezolanos fueran deportados, pero desde que volvió a la Casa Blanca el republicano, reanudó las críticas y aseguró que Venezuela envió a sus criminales a EE.UU. (ver recuadro). En un escenario de pésimas relaciones con Caracas, Washington está negociando con El Salvador una solución: que ellos acojan a los venezolanos.
Fuentes del gobierno dijeron a los medios que El Salvador se ofreció como "tercer país seguro" para recibir a migrantes de lugares con los que EE.UU. no tiene acuerdos de deportación, como Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Ni el Presidente Nayib Bukele ni la administración republicana lo han confirmado oficialmente, pero esta semana Stephen Miller, uno de los asesores más cercanos de Trump, dijo que el mandatario salvadoreño ha ofrecido "tremendos niveles de cooperación" en la materia.
No obstante, El Salvador podría tener dificultades para concretar este acuerdo a medida que tenga que hacerse cargo de sus propios ciudadanos deportados, ya que los salvadoreños son el segundo grupo de indocument a d o s m á s n u m e r o s o s e n EE.UU., según el Pew Research Center, con cerca de 750.000.
Todo indica que sería difícil que reciba a sus retornados, más los de otros países, especialmente en momentos en que "enfrenta serias limitaciones estructurales" como "una crisis de vivienda", "sobrepoblación en áreas urbanas" y "una precariedad laboral generalizada", según Luis Aguilar, académico de la Universidad Centroamericana en El Salvador.
El republicano dijo que sacará a millones de inmigrantes del país: Con medidas de protección e infraestructura, la región enfrenta las deportaciones de Trump NICOLÁS GARCÍA DE VAL El trato a los indocumentados ha generado controversia en América Latina y llevó a una disputa diplomática con Colombia.
El Presidente Donald Trump dijo ayer que Venezuela aceptó recibir a los inmigrantes ilegales deportados por Estados Unidos, incluidos miembros de la banda criminal Tren de Aragua. "Venezuela aceptó recibir de regreso en su país a todos los inmigrantes ilegales venezolanos que estaban acampados en Estados Unidos, incluidos los pandilleros del Tren de Aragua", dijo Trump en su plataforma Truth Social, al tiempo que celebraba el regreso el viernes de seis estadounidenses detenidos en Venezuela. "Venezuela acordó además proporcionar el transporte de regreso", añadió Trump.
Los detenidos fueron liberados el viernes y regresaron a Estados Unidos tras una reunión entre el enviado especial de Trump, Richard Grenell, y el Presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien pidió un "nuevo comienzo" en las relaciones con Washington. n Venezuela "aceptó" recibir sus migrantes desde EE.UU..