Autor: ROBERTO CAREAGA C.
Donoso y Fuentes, los socios secretos del boom
CARTAS Treinta años de amistad: A un mes de que se cumplan los 100 años del nacimiento de José Donoso, se lanza la correspondencia entre el escritor chileno y el narrador mexicano. Fechadas entre 1962 y 1995, muestran la intensa complicidad literaria y las múltiples gestiones que hicieron el uno por el otro a lo largo de los años.
Levanta el velo sobre una amistad inesperada en los extremos del boom: mientras Carlos Fuentes fue el gran animador del movimiento, el autor de Coronación fue el CARTAS Treinta años de amistad:más reacio a los focos públicos. Estaba en las afueras de Washington, en una casa de campo rodeada de abedules, zorros y ardillas. Antes la había ocupado el fiscal del famoso caso Watergate, Archibald Cox. Corría marzo de 1974 y Carlos Fuentes decía que, cuando no estaba escribiendo, leía documentos históricos españoles en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Venía de mil proyectos, incluidos los guiones para programas de televisión sobre Luis Buñuel y la organización de un premio de la editorial del Fondo de Cultura Económica, y tenía mil más en mente. Desde allá, le escribía a José Donoso pidiéndole, una vez más, que se sumara a sus ideas.
Una semana después, el novelista chileno le respondía en una carta en la que, antes de sumarse a nada, le lanzaba incrédulo: “Explícame el porqué de tu estada en Washington, ya que estoy seguro de que no lo cuentas todo y que la Biblioteca del Congreso no tiene piernas suficientemente bonitas”. Venían escribiéndose desde hacía 12 años, justo en momentos en que sus carreras literarias empezaban a despegar internacionalmente y el estallido del boom latinoamericano iniciaba su explosión.
Y el intercambio seguía teniendo el mismo tono de siempre: encumbrado por el mundo, Fuentes se hacía un tiempo en su ajetreada agenda literaria y social para contarle a Donoso sus aventuras y sumarlo a algún proyecto que prometía algo de fortuna y quizás un poco de fama.
El chileno, esta vez desde su casa en Calaceite, España, le respondía con sorpresa y felicidad, a c e p t a b a c a s i t o d o (aunque después no todo se concretaría) y de paso le contaba del libro que lo tenía entrampado (aquella vez, Casa de campo). Bordeaban los 50 años, eran amigos y cómplices, ya tenían en sus cartas una historia de las bambalinas de sus vidas y también de la literatura de su épo-Siendo tan diferentes, es sorprendente la complicidad que alcanzaron Donoso y Fuentes como colegas y amigos, la que, sin embargo, no se ahorraba discrepancias.
Un misterio que termina por ser la sal y la pimienta de este epistolario”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. CECILIA GARCÍA-HUIDOBRO Y AUGUSTO WONGUna comunidad acosada por fantasmasAunque por un tiempo ambos pasaron por el mismo colegio en Chile, The Grange School, no llegaron a conocerse ahí, pues Donoso era dos años mayor. En realidad, se hicieron amigos en el Encuentro de Escritores en Concepción de enero de 1962, organizado por Gonzalo Rojas, y ya nunca más dejaron de verse y escribirse. La primera carta recogida en Correspondencia data de marzo de ese mismo año, y en ella Fuentes exhibe uno de sus rasgos más clásicos: el gestor. No solo le dice al chileno lo mucho que le ha gustado su novela Coronación, sino que asegura que le parece “GROTESCO” que no esté traducida al inglés y francés. “Por favor, envíame dos o tres ejemplares para que trabaje en esto con mi agente en Nueva York y con la gente de Gallimard en París. Tengo la seguridad de que mi gestión no será en vano”, anota. A esas alturas, Fuentes tiene 34 años y una carrera en franco ascenso: ya ha publicado dos novelas clave para el boom, La re-gión más transparente y La muerte de Arte-mio Cruz. Hijo de un diplomático, el mundo es su campo de batalla. Desde Santiago, Donoso mira hacia afuera hastiado de Chile y su escritura: “Es que se está escribiendo tan mal y tan poco en Chile, y llegado a los 35 se deja de escribir del todo. Es, por un lado, una especie de gran lasitud descorazonada que envuelve a este país, un andar con las pelotas irremisiblemente perdidas, ven-didas, podridas”, anota el chileno en mayo de 1962. “El mismo asco que tú sientes por Méjico (que supongo y espero será una forma de amor) lo siento yo por mi país, que se cree corsario y es hijo único de madre viuda”, añade. En los meses que restan de 1962, Fuentes echa a andar su máquina de influencias y Coronación llega a diferentes editoriales de Estados Unidos como Simon & Schuster o Knopf.
Desde Santiago, Donoso se queja de las condiciones del campo cultural local y el 24 de agosto le escribe a su amigo la idea general de El obscenopájaro de la noche (que soloterminará en 1970). Fuentes responde con sugerencias, propuestas de lectura (de William Goldin a Günter Grass) y frescos del mundo: le escribe desde París, Roma y Leningrado, le cuenta que será director mexicano de una revista que en Francia tendrá un símil a Ronald Barthes, en Italia a Pier Paolo Pasolini y en Inglaterra a Iris Murdoch. Es capaz de ver el futuro que viene para su generación.
“Siempre he pensado que formamos una comunidad dispersa, acosada por los mismos fantasmas, impuesta a la misma tarea central de escribir novelas de estas extrañas y terribles tierras sin rostro, sin agarraderas, CORRESPONDENCIAJosé Donoso y Carlos FuentesAlfaguara, 368 páginas, $22.000 CARTASEl boom no se acaba nuncaEn los últimos años, el boom latinoamericano ha renacido en diferentes libros que documentan el mito desde su interior o lo siguen manteniendo vivo: en 2023 se publicó Las cartas del boom, la correspondencia entre los cuatro grandes puntales del movimiento, García Márquez, Fuentes, Vargas Llosa y Cortázar. Se trata de un material que retrata las complicidades de los autores y que encuentra en esta nueva correspondencia entre Donoso y el mexicano un anexo que lo expande.
Por otro lado, solo hace cuatro meses se lanzó la novela que dejó inédita García Márquez al morir, En agosto nos vemos, un texto que sus hijos terminaron de ensamblar, pese a que el mismo autor no quiso publicar en vida. El año pasado, además, Vargas Llosa lanzó dos libros, la novela Le dedico mi silencio y los ensayos sobre literatura francesa Un bárbaro en París. Hace unos meses llegó a librerías una nueva edición de los Cuentos completos de Julio Cortázar, que el 26 de agosto pasado habría cumplido 110 años. En esta enumeración no se puede evitar mencionar la publicación de Diarios centrales. A season in hell, de Donoso, en que aparece una vista general a los años dorados y también los más oscuros del boom. sin compensaciones: tú, Alejo (Carpentier), Cortázar, Vargas Llosa. A estos dos acabo de verlos en París y sentí esa comunidad que siempre me ha ligado a ti. Debes leer Laciudad y los perros, y Rayuela también”, es-cribe Fuentes en marzo de 1964 y cuenta que en una entrevista para la BCC habló del destino de la literatura latinoamericana.
Afición por el poder“Tú, como de costumbre, eres el modern Leonardo: teatro, biografía, ya te veré construyendo cerebros electrónicos y haciendo planos para basílicas hippies”, le dice Donoso a Fuentes en 1968, cuando todavía lucha contra la escritura de El obsceno pájaro de la noche.
Se refiere a la multiplicidad de roles que cumplirá el mexicano: el novelista se convierte de un momento a otro en un gestor del boom, pero también es un vividor que si no pasa una temporada en Venecia, viaja a Londres, llega a París para la revuelta de Mayo del 68, intenta hacer cine en Hollywood, arma complicidades con Luis Buñuel, pone todo su capital público ante las turbulencias políticas en México y también en Cuba. “El tuyo es el único juicio que realmente me importa”, llega a decirle Donoso a su amigo.
El gran volumen de cartas está datado entre los 60 e inicios de los 70, para luego ir espaciándose cada vez más y volverse muchas veces informes de viajes, cambios de casa o propuestas de trabajos allá y acá. Pese a la agitación política, los dos escritores vivieron en Latinoamérica, casi no hay alusiones al golpe de Estado de 1973 en Chile, tampoco a las numerosas crisis en Cuba. Los cariños son siempre honestos, Fuentes se los envía siempre a la esposa de Donoso y luego a su hija; el chileno les manda abrazos a las sucesivas mujeres del mexicano. En 1981, de regreso en Chile, el autor de Coronación, después de casi 20 años de amistad, le escribe transmitiéndole sus preocupaciones por el rol público que asume Fuentes.
“Las convicciones cambian, as we all know only too well, la obra de arte está completa y no cambia, y supongo que será por eso que, más y más, escribir, la escritura, aparece algo como muchísimo más importante que todo lo demás, y el quehacer artístico es más digno, más digno que la lucha por la libertad y que la lucha por la justicia, y la lucha por todas esas cosas que se hacen inconscientemente, desde el interior de una obra, no desde el exterior de una tribuna”, escribe Donoso. “Todo esto, mi querido Carlos, para manifestarte mi temor de que tus ambiciones políticas y la afición por el poder no te hagan caer en una grabada. Te envidio tus convicciones, tu capacidad para sentir con fuerza las causas generales: yo cada vez me transformo en un ser interior y lírico, egoísta y limitado”, añade. Como dicen los editores del libro, las cartas entre Donoso y Fuentes muestran una complicidad llena de bemoles. “Siendo tan diferentes, es sorprendente la complicidad que alcanzaron como colegas y amigos, la que, sin embargo, no se ahorraba discrepancias. Un misterio que termina por ser la sal y la pimienta de este epistolario”, dicen Cecilia García-Huidobro y Augusto Wong. “En términos literarios, Donoso quería ser Fuentes a comienzos de la década de 1960 y el mexicano lo ayudó en cuanto necesitara.
Cuando a comienzos de la década siguiente Donoso consigue ese éxito, ambos se tratan menos como hermano mayor y menor y pasan a verse como generales de una guerra ganada, pero con una nueva necesidad, la de sobrevivir a ese prestigio que los convierte en piedra, en lectura escolar obligatoria”. En los años 80 y 90, las cartas son cada vez menos. Siempre están cargadas de cariños, de deseos de encontrarse.
Fuentes nunca deja de ser el Fuentes de siempre: su último envío está fechado el 21 de febrero de 1995, y ahí le cuenta a Donoso que presenta-rá su novela Donde van a morir los elefan-tes en México; que está indagando la posibilidad de que le entreguen el Premio Juan Rulfo y que en un par de meses se unirá al jurado del galardón Príncipe de Asturias: “Tengo un candidato, guess whoo??”, le dice.
El futuro de la novela está en CARLOS FUENTES civilized world”. donde todo nace de una por decirse y nombrarse, y América Latina, donde todo está necesidad muy honda y no de las imposiciones comerciales o políticas que hoy imperan en the... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . AELOREIVAJOCSICNARFca: “Recuerda la posible y futura publicación de nuestra correspondencia; ya estamos en edad de pensar en estas cosas”, aconsejaba Donoso imaginando un futuro en que serían clásicos. Pues el futuro llegó.
Autores centrales en la narrativa latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX, Fuentes y Donoso fueron una dupla extraña en el boom, acaso los dos extremos del movimiento que tuvo a Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez como estrellas: mientras el mexicano ofició de suerte de canciller del grupo y se lanzó sin titubeos a la arena pública, el chileno evitó enredarse en discusiones políticas e hizo de la literatura su hábitat principal. Pero sus aparentes diferencias no impidieron que tuvieran una intensa relación, tal como muestra el nuevo libro Correspondencia, que recoge las cartas que se enviaron entre 1962 y 1995. Editado por Cecilia García-Huidobro y Augusto Wong, incluye 61 escritos de Donoso y 58 de Fuentes, todas las cuales se encuentran en la Firestone Library de la Universidad de Princeton.
“Muy poco se sabía de la relación entre ambos y ahora es posible resucitarla casi día a día gracias a que su amistad de más de treinta años se dio fundamentalmente mediante correspondencia”, dicen los editores, relevando la importancia de estas cartas. “Donoso le dice a Fuentes que Historia personal del boom era un libro donde el mexicano era la estrella.
Estas cartas entre ambos enriquecen ese propósito contando la historia interpersonal del boom, al contar en detalle por qué y cómo es que Donoso estuvo y no estuvo, llegó a tiempo y a destiempo en ciertos eventos y escribiendo ciertos libros, y la fraternidad que recibió de Fuentes en los años clave de las carreras literarias de ambos”, agregan.
Esta Correspondencia se suma a una serie de nuevos libros que están echando luces sobre las relaciones internas de los miembros del boom (ver recuadro), pero además llega a casi un mes exacto de que se cumplan los 100 a ñ o s d e l n a c i miento de Donoso, el 5 de octubre próximo. Las celebraciones ya están en marcha: mientras ediciones UDP publicó a inicios de año el segundo volumen de los diarios del au-tor de Coronación, Diarios centrales. A season in hell, en Estados Uni-dos la editorial New Direction acaba de lanzar una nueva traducción deEl obsceno pájaro de la noche, conprólogo de Alejandro Zambra. En tanto, la UDP tendrá un seminario dedicado al escritor los días 8 y 9 de octubre que abrirá con una charla magistral de Diamela Eltit..