Entre telas y muros
Entre telas y muros 12 G ran parte del hall del acceso de la antigua estación de ferrocarriles de Concepción hoy sede del Gobierno Regional del Biobío está vestida con una pintura al fresco de 62 x 4,5 m, de estilo figurativo y profundo sentido social, que narra la historia de la ciudad desde sus orígenes hasta mediados del siglo XX.
A 500 km de ese lugar, en el anfiteatro griego del Parque Juan XXIII, en Ñuñoa, sobrevive "El ayer y hoy del hombre", un mural curvo y abstracto, de 3 x 9 metros, hecho con cloisonné en 1996.
Ambos trabajos son obras de uno de los muralistas chilenos más importantes, Gregorio de la Fuente (1910-1999); sin embargo, han corrido dispar suerte: el primero se mantiene en buenas condiciones y fue declarado Monumento Histórico en 2008, y el segundo, aunque fue pensado como escenografía y se restauró en 2016 tras pasar años oculto bajo varias capas de pintura, pronto cayó en manos de grafitis y rayados. Marta Rebora, restauradora italiana de bienes artísticos y encargada de aquel proyecto de recuperación, dice: "Es relevante, porque se trata de la última producción mural del artista en el espacio público.
Con ella, deja la formalidad figurativa que caracterizó a sus obras anteriores sobre paredes, y experimenta con una técnica de origen japonés, bastante original para la época, integrando diferentes pigmentos, arena de río, cemento, cal y piedras como granito o cuarzo, y contorneando las formas con láminas de cobre.
Es inadmisible su estado actual, pero volver a restaurarla sería un gasto inútil si antes no se resuelve el tema de la seguridad en ese espacio". Discípulo de David Alfaro Siqueiros, Xavier Guerrero y Laureano Guevara, y referente de la consolidación del muralismo local, al analizar su trayectoria es imposible no pensar en los murales que hizo, entre 1943 y 1952, para las estaciones ferroviarias de Concepción, Los Andes y La Serena; también en la Caja de Crédito Minero de esa última ciudad y la Caja de Empleados Públicos de Santiago, asociados a encargos institucionales y a temas sociales, humanos y artísticos, que lo consagraron como un gran muralista.
Siempre ejerció como pintor, produciendo abundante obra figurativa, naturalista, impresionista, abstracta, geométrica y expresionista, y destacó en el mundo académico, tanto como profesor en la Escuela de Bellas Artes como en la Academia Juan Francisco González, que él mismo Entre telas y muros Artista y docente de vanguardia, multifacético e inspirador, Gregorio de la Fuente fue clave en la consolidación del muralismo en Chile, abarcando diferentes técnicas, pero también fue autor de una nutrida y diversa producción pictórica. La fundación que lleva su nombre recién colaboró en la edición del primer libro que reúne su obra completa y realizó una importante donación al Gobierno Regional del Biobío. Texto, Jimena Silva Cubillos.
Fotografías, gentileza Fundación Gregorio de la Fuente. "Historia de La Serena", pintura al fresco ubicada en la exestación de ferrocarriles de esa ciudad (1952). Plasmando historias y escenas sociales, Gregorio de la Fuente dejó su huella a lo largo de Chile.
PERFIL El peso cultural de Europa y el cubismo presentes en el óleo "Venecia" (1948).. Entre telas y muros 16 bocetos sobre “Historia de Concepción” Concepción” (arriba, derecha) acaban de ser donados por su familia, junto con 20 objetos personales, personales, al Gobierno Regional del Biobío. Mural abstracto, en cerámica, de 60 x 120 cm, sin título (1980). formó inspirado en uno de sus maestros. Es parte de un movimiento que podría hamarse hamarse “Arte social en Chile”, con fuerte presencia presencia entre los 40 y 70. Él no tuvo militancia política, pero se ocupó de la temática social.
Fue un pintor social en el amplio término de la palabra; con sensibilidad asoció realidades del trabajo, aspectos de las etnias y paisajes locales locales señala Ximena Silva, artista, docente y autora del libro Gregorio de lo Fuente, Obro muro/y pictórica, publicación recién editada como parte de un proyecto mayor, impulsado y desarrollado por la Universidad de Concepción, Concepción, la Fundación Gregorio de la Fuente y el Gobierno Regional del Biobío. En más de ioo páginas protagonizadas por imágenes que facilitan el acercamiento a sus relatos se despliegan varias aristas de su legado. “Mi padre fue prolífico y tuvo múltiples múltiples facetas. Incluso, tras un paso por España en los 70 incursionó también en cerámica... Fue múltiple; exploró todo lo que quiso.
Por eso, después de que la expansión inmobiliaria en 2018 arrasara con la casa familiar donde tuvo su taller por 55 años, en Macul, ha sido tan complejo organizar, conservar y darle un destino adecuado a toda su producción”, cuenta María Alma de la Fuente, hija del artista artista que tuvo 6 hijos de dos matrimonios, y quien hoy es presidenta de @fundaciongregoriodelafuente. @fundaciongregoriodelafuente. Rescato mucho su figura desde el punto de vista técnico y estético.
Fue un artista poliédrico poliédrico realmente; multidisciplinario, que trabajó trabajó tanto una obra pictórica contundente a lo largo de su carrera, y a través de muchas expresiones, pero también fue precursor de la pintura mural al fresco que aprendió en Europa, Europa, así como del mosaico, el mural cerámicoy cerámicoy el cloisonné, con los que evidenció su talento talento compositivo puntualiza la restauradora restauradora Marta Rebora. V[) Al inicio de su carrera, carrera, en 1932, hizo este autorretrato, que ya no existe. “El ayer y el hoy del hombre” (1966) es el último de sus murales públicos; se ubica en el Parque Juan XXIII, en Ñuñoa. Hoy está muy deteriorado..