La mirada de emprendedores venezolanos sobre la crítica situación que atraviesa el país
La mirada de emprendedores venezolanos sobre la crítica situación que atraviesa el país Una sensación difícil de transmitir en palabras, pero que mezcla miedo, incertidumbre y ansiedad con una serie de anhelos.
Pese a no estar físicamente allá, este grupo de emprendedores mira con atención cómo se desenvuelve la crisis en Venezuela. "Actualizo X (ex Twitter) muchas veces al día, esperando noticias buenas o malas, que señalen hacia dónde va moviéndose todo", dice uno de ellos. SOFÍA MALUENDA CREADORES DE EMPRESAS DE TECNOLOGÍA QUE LLEGARON A CHILE: LUIS SANTIAGO, CEO Y COFUNDADOR DE PEGASI Luis Santiago es venezolano, caraqueño, de nacimiento y crianza. Vivió en Caracas hasta los 30 años.
Inicialmente migró a México, donde intentó levantar capital para abrir Pegasi (su actual scaleup). Al no lograrlo, se empleó en CitiBanamex en Ciudad de México y estuvo en el banco hasta diciembre de 2018, mes en el que aceptaron a Pegasi en Start-Up Chile, con lo que migró definitivamente a Chile en febrero de 2019. "Aquí conocí a mi esposa, y conseguí con ella y en Santiago, un segundo hogar. Continúo también en Pegasi, acelerando la detección y el cuidado del cáncer en América Latina", dice. "Mantenemos a varios socios e ingenieros en Venezuela, mas no tenemos clientes activos en el país. La situación de internet, hasta hace poco muy compleja, nos restringía entregarle servicios a prospectos de cliente del país", explica.
Ahora mismo, le preocupa la situación que atraviesa su país porque es "altamente volátil". Su hermano, cuñada, dos sobrinas y varios tíos y primos continúan allá. "Como venezolano migrante en Chile y habiendo trabajado muchos años en política como activista contra el régimen de Chávez, la sensación general es de profunda preocupación y ansiedad.
Actualizo X (ex Twitter) muchas veces al día, esperando noticias buenas o malas, que señalen hacia dónde va moviéndose todo", dice. "Tengo la cabeza en dos partes: por un lado en mi vida actual, con su complejidad de emprender, mis afectos y responsabilidades en Chile, y por el otro en la esperanza de poder enseñarle a mi esposa mi hermoso hogar, mezclada con la zozobra por la situación que afrontan mi familia y amigos.
Situaciones como estas hacen que uno retome sentimientos, para decirlo de alguna forma, que guardó en un tupperware para poder hacer espacio y poder construir una nueva vida", reflexiona. "Sueño con ver a Venezuela reintegrada con el mundo occidental, como un próspero miembro de América Latina", anhela.
ADRIANA MATA, CEO Y COFUNDADORA DE AGILE IMPACTS Adriana Mata nació en Venezuela, un país, dice "con muchas dificultades", pero que le permitió descubrir su pasión por el impacto social a los 17 años, cuando visitaba las comunidades rurales cercanas a su universidad, donde estudiaba ingeniería. Comenzó a emprender en tecnología en 2016 en Venezuela. "Ya la crisis de inflación, inseguridad y desabastecimiento estaba golpeando muy fuerte.
Mi lema era: `mientras viva en Venezuela, haré todo lo que esté en mis manos para trabajar por un mejor país y conectarme con gente que está haciendo cosas buenas'. Sin embargo, la situación interna era tan difícil que desde que nacimos tuvimos que vernos como una empresa internacional y comenzar a vender afuera. Ese enfoque nos hizo conocer Start-Up Chile, programa al que aplicamos y quedamos seleccionados en 2018, con mi empresa anterior, llamada Cuantix", relata. "Aunque realmente no pensaba irme de Venezuela, Chile me enamoró. Mi familia y yo decidimos mudarnos y montar la empresa aquí. Vivimos tres años en Chile, encantados con su ecosistema emprendedor, instituciones fuertes y un sentido de excelencia maravilloso", dice. La pandemia afectó mucho a la empresa y tuvieron que cerrar. En 2021, se mudó a España, donde volvió a emprender con Agile Impacts, un software basado en IA que ayuda a que las empresas midan su impacto. Como ya conocía el ecosistema chileno, decidió postular de nuevo a Start-Up Chile y la aceptaron, por lo que se vino a Chile temporalmente desde marzo de este año y estará hasta noviembre.
Los fundadores son venezolanos y también tienen clientes allá e intentan colaborar cada vez que les piden alguna ayuda: una charla, una mentoría o lo que sea. "Intentamos en lo posible darle oportunidad de trabajo a migrantes", dice. Cree que la situación en Venezuela es muy grave, y no solo de ahora, sino desde hace años.
Tiene familia allá y la sensación es compleja: "miedo, desesperanza, impotencia, muchísimo dolor, y en ocasiones algo de evasión, porque si no es muy difícil seguir adelante", dice. "Algunas personas no salen de sus casas, e incluso estando en sus hogares se sienten inseguros, pues los militares están buscando casa por casa a todas las personas que fueron miembros de mesa para llevarlos presos. Otras personas son más valientes y salen a marchar", relata.
Su esperanza es que la democracia y la justicia se impongan, y ojalá, "con la menor cantidad de vidas posibles". "Quiero pensar que todo esto va a valer la pena y que Venezuela en unos años va a ser totalmente democrática y crecerá a tasas impresionantes", confía. "También espero que esta lección sirva para que otros países aprendan y fortalezcan su democracia desde el principio, que eduquen a sus jóvenes, que defiendan la independencia de los poderes, que escuchen a los que han estado excluidos, porque ese sentimiento es muy fácil de manipular hacia direcciones incorrectas, y que estos escenarios de dictadura no se vuelvan a repetir", sostiene. MARÍA RODRÍGUEZ, CEO Y COFUNDADORA DE START LAB María Rodríguez, cofundadora y CEO Start Lab nació en Venezuela, creció y se educó en este país. Sus planes nunca fueron residir de manera permanente en otro lugar, hasta que en 2017 el conflicto político y económico se agravó tanto que, dice, ya era insostenible para ella vivir ahí. Así, llegó a Chile. "En tan solo 11 meses ya tenía trabajo estable y sueldo digno en una empresa de consultoría de Alta Dirección. Fue entonces cuando empecé a ver otros horizontes prof e s i o n a l e s, m e d i cuenta del gran movimiento emprendedor de Chile", cuenta.
Así, junto a su socia fundaron Start Lab, una startup de coaching y consultoría que ayuda a escalar negocios del mundo educativo o consultivo online que actualm e n t e c u e n t a c o n clientes en más de 10 p a í s e s, i n c l u y e n d o Venezuela. En su caso trata al menos de pasar entre cuatro a seis meses del año en Chile, porque cuentan con más de 100 clientes activos en el país. El resto del tiempo, está viajando entre todos los países que tienen presencia, especialmente en México y EE.UU.
La situación actual de su país dice que es "muy compleja y difícil". Gran parte de su familia está allá, y ella misma va entre dos a tres veces al año. "Como venezolanos, es algo que quizás las palabras no logran transmitir. Hemos pasado por tanto, por tantos años, que es verdaderamente complejo traducir en palabras la sensación", dice. "Yo diría es esperanza con incertidumbre y miedo de seguir en la misma situación.
No miedo de cambiar, si no de seguir en la misma situación de horror e injusticia, que nos ha acechado por tantos años", agrega. "Lo que yo quiero es libertad para Venezuela, es lo que con más fuerza deseo. Como ciudadana y empresaria haré lo que esté en mis manos para ayudar a lograr esa libertad, desde mi campo de acción", asegura Mata..