CARTAS: MÁS CLARO ECHARLE AGUA
MÁS CLARO ECHARLE AGUA SEÑOR DIRECTOR: Recientemente, la publicación de la Encuesta Suplementaria delngresos del INE nos recordó problemas persistentesen el mercado laboral que obstaculizan el desarrollo: los salarios reales apenas crecen y las disparidades de género se mantienen. Debido al tímido avance en los ingresos que vimos en 2023, labrecha de género de la masa salarial bajó marginalmente a23,3 %. Es decir, las mujeres siguen ganando un quinto menos que los hombres. Estos datos se condicen con una informalidad femenina que aumenta y un empleo cada vez más precario. Además, persisten las diferencias salariales según el nivel de educación, siendo más pronunciadas en personas con educación técnica. Anivel regional, solo ensieteregionesla desigualdad disminuyó, y la brecha salarial es en Antofagasta, que tiene el ingreso medio más alto del país. El país parece estancado, el avance varía según el territorio, ylos lograr condiciones de trabajo equitativas están mal diseñados. Aunque existen iniciativas, los datos muestran que la ley de igualdad de remuneraciones, promulgada hace 15 años, no tuvo un impacto significativo. Escrucial avanzarhacia medidas quealineenlosincentivos, de modo que contratar a una mujernoimplique mayores costos para losempleadores. Ejemplosdeestos"impuestos”altrabajo femenino sonla legislación desala cunavigentey la diferenciaenlos postnatales de hombres y mujeres, entre otrosfactores que, corregidos, permitirían reducir estas disparidades. Elescenarioactualintroduce además nuevos obstáculos. La inseguridad acentúa las desigualdades, ya que los riesgos para las mujeres son mayores. A ellose suma unestancamiento quefrenaeldesarrollo y la reducción de la pobreza. La clase política debería priorizariniciativas que igualen las condiciones en el mercado laboral, o almenos desechar aquellas que siguen incrementando los costos de contratar mujeres frente a los hombres. Más claro... echarle agua. Carolina Abuauad Investigadora asociada de Fundación Plensa