Académica de Harvard lanza libro sobre escuelas democráticas que destaca a establecimiento chileno
Académica de Harvard lanza libro sobre escuelas democráticas que destaca a establecimiento chileno Cuatro décadas dedicó Linda Nathan a enseñar y dirigir en establecimientos escolares alrededor de Estados Unidos. La mitad de esos años también llevó su experiencia hasta las salas de clases universitarias, donde hasta hoy enseña sobre diseño, observación y cambio organizacional en entornos educativos.
Consagrada además como autora de textos, su más reciente libro nació por inspiración de sus estudiantes en la U. de Harvard. "Allí enseño u n c u r s o q u e s e l l a m a Creando Escuelas Democráticas.
Cuando terminó una de estas clases, un grupo de alumnos me escribió para extender lo que allí se propone, para dar a conocer a más personas este conocimiento y estas ideas", comenta a propósito del surgimiento de "Designing Democratic Schools and Learning Environments: A Global Perspective", un libro (en inglés) al que cualquier interesado puede acceder de forma gratuita, descargándolo desde https://shorturl.at/auyC2.
El texto reúne experiencias alrededor de todo el mundo, de colegios que han puesto en práctica el concepto de escuelas democráticas. "Muchas personas, cuando escuchan esta palabra, piensan que estamos hablando de un sistema político, y no. Tiene que ver, pero nosotros no somos políticos, sino educadores que creen que las escuelas son lugares donde se puede practicar la democracia", dice.
Para Nathan, una escuela democrática se basa en ciertos pilares, siendo uno de ellos que son establecimientos que "valoran el flujo abierto de ideas y opciones, independientemente de su popularidad", y otro, que ofrecen "una educación equitativa, de alta calidad y accesible e inclusiva para todas las personas", respetando distintas voces, valores y culturas.
Además, una escuela democrática apunta al bien común a través del diálogo, consenso y compromiso, organizando colaborativamente a su comunidad. "Muchas personas preguntan si en una escuela democrática los niños tienen libertad de hacer lo que quieran. Y no es así; hay disciplina, normas bien desarrolladas.
Hay que tener una organización muy fuerte para que todas las voces puedan ser escuchadas". Los ejemplos recopilados en el libro van desde "Sudáfrica a Myanmar, o de Egipto a Pakistán", dice, e incluyen experiencias de escuelas públicas y privadas, tanto de enseñanza básica como de media. Factor protector Dentro de esa diversidad de propuestas, Chile no queda fuera.
El capítulo que abre después de la introducción se centra en el Colegio Kopernikus, establecimiento privado en Frutillar que en este 2024 celebra sus primeros 10 años y que en el último Simce de Matemática de segundo medio tuvo resultados sobre el promedio nacional: obtuvo 319 puntos (media nacional fue 257), al igual que en Lectura (283 puntos; la media nacional fue de 248). Titulado "Diálogo y respeto por la vida democrática", el capítulo se enfoca en los fundamentos del establecimiento --que sigue el marco pedagógico Jenaplan-e introduce algunas de sus iniciativas, como las clases multigrado (instancias para compartir entre estudiantes de distintas edades, lo que lleva a que estos aprendan a adaptarse y sepan manejar diferencias) y los círculos, actividad que supone formar esta figura reuniendo a niños y profesores sentados al mismo nivel y mirándose las caras. "En educación parvularia, después de cada recreo se hace un círculo y se evalúa lo que pasó; si algún niño se molestó o si alguien le pegó a otro. Además, todos los cursos del colegio tienen dos círculos a la semana, lunes y viernes, en donde conversan conflictos con los demás. Lo vemos como un factor protector para la convivencia, cuidado y respeto por otros", explica su director, Rolf Hitschfeld. Y agrega: "En Chile creo que a veces tenemos la palabra democrática como mal conceptualizada.
Uno que se imagina que algo democrático es un caos, o no sé, que los niños eligen qué hacen, que no hay autoridad, y la verdad es que nosotros no tenemos esa visión, para nada". Invitados a formar parte del libro luego que hace unos años Nathan viajara al sur del país y conociera el colegio, otro tema que se destaca es el "Parlamento de los estudiantes". Es una instancia "donde los cursos eligen a dos representantes que duran un semestre en sus cargos", explica Hitschfeld. "Los estudiantes tienen voz para manifestarle cosas al colegio, para hablar de lo que está ocurriendo o resolver conflictos entre cursos.
Un ejemplo concreto es el uso de la cancha", dice a propósito de acuerdos a los que los niños han llegado, como dejar un día para que quienes no disfrutan de las pelotas puedan usar la cancha libre de estas. ¿Por qué optar por este tipo de actividades? "Si uno le pregunta a un niño de 18 años de cualquier parte de Chile por sus experiencias democráticas, lo más probable es que en muchos casos sean pocas. Pero también esperamos que desde esa edad ellos tengan esas habilidades, que sepan elegir bien a sus representantes, sean autónomos y autogestionen intereses. Eso es poco probable que ocurra si no se han experimentado culturas donde tu voz es respetada", plantea el director. Académica de Harvard lanza libro sobre escuelas democráticas que destaca a establecimiento chileno M.
CORDANO n El Colegio Kopernikus de Frutillar forma parte del texto, que resalta establecimientos que valoran el diálogo, pero donde también hay "disciplina, normas bien desarrolladas". Un objetivo del formato de clases en círculo es lograr que los niños "se sientan confiados y asegurarles un espacio seguro para participar libremente e interactuar con otros". CEDIDA Linda Nathan editó el libro junto a los investigadores Jonathan F. Mendonca y Gustavo Rojas Ayala. CEDIDA.