Autor: Daniel Soto Muñoz Doctoren Procesos e Instituciones Políticas, UAI
Crimen transnacional
El asesinato del teniente coronel Ronald Alejandro Ojeda litar venezolano refugiado en Chilerevela la amenaza de redes criminales transnacionales que ya no respetan fronteras ni instituciones. Secuestrado en pleno Santiago por un comando de sicarios venezolanos, su muerte no es un crimen común, sino un mensaje deliberado de intimidación que desafía la soberanía nacional. Las organizaciones criminales comoel “Tren de Aragua” han demostrado una capacidad escalofriante de penetrar instituciones. Nose trata ya de bandas delictuales tradicionales, sino de estructuras que operan con la meticulosidad de ejércitos paralelos, capaces de planificar ejecuciones que recuerdan los métodos de las peores dictaduras. Afortunadamente, Chile cuenta con herramientas jurídicas sofisticadas para enfrentar esta amenaza. La Ley 20.357, por ejemplo, permite tipificar como crímenes de lesa humanidad acciones de grupos organizados que generenzonas de impunidad. La Ley20.000 faculta investigaciones complejas con agentes encubiertos y técnicas de interceptación diseñadas para desarticular organizaciones criminales transnacionales. La Ley 20.818 va permitiendo el decomiso de activos criminales, atacando el núcleo económico de estas redes. La tentación de responder con medidas autoritarias debe ser resistida. La verdadera fortaleza de una democracia noreside en suspender libertades, sino en sus instituciones con inteligencia y determinación. Cada fiscal, cada juez, cada policía se convierte en un guardián frente a esta nueva forma de barbarie que busca socavar nuestro Estado de derecho. Noestamosante un problema de seguridad ciudadana tradicional, te un desafío quecuestiona la capacidad del Estado para proteger asus habitantes y mantener la integridad de sus instituciones. La respuesta debeser quirúrgica: unidades especializadas, coopera: ción internacional y un compromiso inquebrantable con el Estado dederecho.