Proyectos de Salud
Proyectos de Salud T al como estaba comprometido, el Gobierno entregó el primero de los proyectos mediante los cuales se avanzaría en un nuevo diseño del sistema nacional de salud. Se habló de una reforma profunda que debía redefinir a las isapres, financieramente muy debilitadas, y fortalecer al Fonasa, que está enfrentado a millones de personas en listas de espera. El primer paso se ha dado en la regulación de las isapres y quedará para diciembre el que interesa a la mayoría de los chilenos, que corresponde al Fonasa.
La propuesta gubernamental se centra en un problema que se ha descrito para todos los sistemas de seguros de salud, esto es, las preexistencias, pues es imposible ofrecer un seguro después de que ya ha aparecido la enfermedad. En la mayor parte de los países, se permiten exclusiones de aquellas enfermedades ya contraídas, pero generan las mismas quejas de parte de los usuarios que se registran acá. Si a alguien le aparece una enfermedad, ya no podrá cambiarse de compañía, pues quedará excluida la atención de lo que se relacione con ese mal y, por tanto, se mantiene cautivo de su isapre. Los técnicos en estas materias, de alta complejidad, han diseñado sistemas de compensación entre las distintas compañías para permitir movimientos entre ellas y han logrado ponerlos en vigor en muchos lugares.
Aquí ha estado funcionando un mecanismo de esas características en lo que se refiere al GES (las garantías explícitas), sin grandes inconvenientes, y se preveía que podría ser aplicado al seguro de salud general de las isapres. Pero la propuesta del Gobierno no lo incluye, sino que plantea un reaseguro de las compañías para hacer frente a esta problemática. No obstante, es fácil predecir que será casi imposible poner en marcha un sistema nuevo, no probado y sin historia, en medio de la crisis de salud que afecta al país. El otro problema que cree haber detectado el Gobierno es el de la comparabilidad de los planes. Afirma que existen miles de planes que resultan virtualmente imposibles de evaluar y de comparar para una persona común y corriente. Pero a nadie se le ofrecen miles de planes, sino solo dos o tres según los niveles de ingreso de cada uno y que se refieren a distintas coberturas.
En todo caso, si se ofrecen muchos planes es porque el público interesado así lo demanda, como sucede con la inmensa cantidad de productos y servicios que se transan a diario, todos los cuales viven una fuerte competencia entre ellos.
A partir de estos dos problemas, el Gobierno está proponiendo una modificación al sistema que creará un plan común para todas las isapres, diseñado por el Estado, y ellas solo podrán competir en cuanto a precio y red de proveedores. Se prohibiría que se ofrezcan otros planes como también que una isapre ofrezca servicios adicionales. Asimismo, se prohibiría negar a alguien su afiliación y también que los afiliados informen de sus condiciones de salud y que se puedan establecer exclusiones o períodos de carencia.
Es decir, los contratos entre la compañía y la persona afiliada dejan de ser contratos bilaterales de seguros, por cuanto una de las partes, el asegurado, puede exigir que lo aseguren y la compañía no podrá negarse.
Sin embargo, los seguros privados han sido hasta ahora de afiliación voluntaria, se financian con los aportes de las personas, constituidos por una parte obligatoria para todo trabajador y por encima de esa obligación se permiten aportes voluntarios, sin recurrir a contribución fiscal alguna.
No resulta fácil explicarse el interés del Gobierno por intervenir con tanta intensidad en el subsistema que ha estado proporcionando atención de salud oportuna a sus beneficiarios, en tanto no se ha visto la misma preocupación por el sistema de salud de administración estatal, que parece estar en serios problemas.
Al parecer, solo se ha querido cumplir un compromiso adquirido, sin entrar a formular planteamientos viables y es probable que con este proyecto comience otra discusión interminable como las que la han precedido en torno a la reforma del sistema de salud. Al parecer, solo se ha querido cumplir un compromiso adquirido, sin entrar a formular planteamientos viables..