Autor: BENJAMÍN DONOSO SJ Capellán de TECHO-Chile
Asentamientos precarios
Señor Director: La disminución del presupuesto del programa de Asentamientos Precarios del Minvu en un 46% respecto de 2024 es un contrasentido. Hace 15 años, el país se puso como meta terminar con los campamentos y estuvimos cerca de ello. Sin embargo, desde 2011 cada vez más familias llegan a vivir a ellos, aumentando en más de un 400% la cantidad de familias, pasando de 20 mil en 2010, a 113 mil en 2023. Actualmente, más de 650 mil familias necesitan una vivienda en nuestro país, con 17% de ellas viviendo en campamentos. A esto se suma que la política del Gobierno para enfrentar este déficit (Plan de Emergencia Habitacional) alcanzaba solo un 31% de avance en materia de campamentos, hasta agosto de este año. En este contexto, la disminución del presupuesto del área especializada en soluciones habitacionales para estos asentamientos entrega una pésima señal: debilitamos la capacidad del Estado para abordar la crisis habitacional. Mientras, la situación se sigue agravando. Miles de familias no pueden acceder a una vivienda en el mercado formal, por lo que llegan a campamentos y no encuentran soluciones para salir de allí. Además, hoy estamos siendo espectadores pasivos de numerosos desalojos que, sin las medidas alternativas habitacionales adecuadas y oportunas, dejan a las familias como allegadas o desplazadas a otros campamentos, agudizando el déficit habitacional. Son buenas políticas habitacionales las que abordarán con efectividad este problema.
Llamamos a que se tomen las medidas necesarias para poder ejecutar el presupuesto que el área tiene a su disposición y que se corrija esta decisión presupuestaria, pues justamente los organismos focalizados en esta materia son más necesarios que nunca.