Moda y belleza Décadas de estereotipos, mandatos y juicios sobre los cuerpos
Moda y belleza Décadas de estereotipos, mandatos y juicios sobre los cuerpos En cada generación, la moda ha impuesto cánones que dictan cómo debemos lucir para pertenecer. Hoy, aunque hemos avanzado hacia una mayor diversidad, seguimos enfrentando juicios y exigencias vinculados a nuestros cuerpos. De hecho, la moda parece haber regresado a los estándares de delgadez extrema de los años 90. ¿Cambian realmente los mandatos con los años? omos lo que vestimos. La ropa habla, comunica y nos conecta con los demás, y eso hace que nos importe lo que nos ponemos, especialmente a las mujeres. Y es que, durante siglos, la industria de la moda y la sociedad han dictado cómo debemos vernos y vestirnos para encajar en un ideal de belleza.
Así, la belleza poco a poco se convierte en una herramienta de estatus social que repercute en las oportunidades para encontrar pareja, trabajo y admiración. "En mi juventud la preocupación por la apariencia era sumamente importante. Recuerdo que cuando teníamos malones los sábados en la noche, nos pasábamos la tarde arreglándonos. Queríamos vernos bien y para eso había que estar a la moda. Eso era lo más importante", dice Lorena Henríquez, de 52 años.
Aunque desde niñas nos hacemos conscientes de estos ideales de belleza, el fenómeno adquiere toda su fuerza en la adolescencia y la juventud. "Usé ropa incómoda sólo porque estaba de moda o para verme más delgada o resaltar atributos, algo que creo que muchas hacemos en algún momento", plantea Martina Pérez (25 años). Estos ideales de belleza han evolucionado con el tiempo, por lo tanto, distintas generaciones de mujeres han incorporado distintos códigos relacionados con su apariencia.
En los años 70 y 80, la moda y la belleza estaban estrechamente vinculadas a la feminidad con el uso de vestidos, faldas, tacos y maquillaje. "Yo solo uso una base con bloqueador y quizás un poco más para ocasiones especiales.
Creo que antes había un estándar claro: se tenía que notar que estabas arreglada", rememora Daniela González (43 años). La idea de "estar a la moda" estaba muy presente en esas generaciones de mujeres que hoy tienen más de 40 años. "En octavo básico nos parábamos la chasquilla, en séptimo y octavo usamos pantalones fluorescentes con petos; y en quinto poleras rescentes con petos; y en quinto poleras Por Patricia Morales trapecio con calzas.
De más grande los estándares de belleza se vinculaban a una estética despreocupada, que no se notara preocupación, pero igual había", afirma Daniela González. "Hoy la moda se ha constituido como una herramienta de comunicación mucho más amplia que antes, sin sentir que estamos atentando a los ideales de género", explica Sofía Calvo, periodista especialista en moda y autora de La revolución de los cuerpos: moda, feminismo y diversidad. ¿Verdadera libertad? De la mano de movimientos sociales se han ido instaurando ciertas ideas vinculadas con el cuerpo de las mujeres, la moda y la belleza, que apuntan a terminar con ciertos estereotipos y mandatos. "No se habla del cuerpo de otros", es una de ellas. "Me encanta ver a las chiquillas con la guata al aire, tal como está: blanca, como sea.
Nosotras jamás la mostramos así, tenía que estar plana, casi con calugas y bien bronceada", apunta Consuelo Castro (42 años). Pero las expertas sostienen que sería un error pensar que el mundo ha cambiado tanto. "Ciertos grupos lo han hecho, pero al salir de ese espacio "seguro" la transformación es relativa.
De hecho, hay una ola muy conservadora de hombres de todas las generaciones con paradigmas muy hegemónicos en cuanto a lo que tienen que ser los roles y los cuerpos de las mujeres", dice Sofía Calvo.
Lo que muestran los datos, explica la académica de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica, Gloria Jiménez Moya, es que sigue existiendo gran presión por cumplir con estereotipos de belleza, y que el hecho de que haya mujeres que se sientan más libres no quiere decir que no reciban comentarios, miradas o juicios. das o juicios. das o juicios. "Con mis amigas siempre nos resaltamos la belleza de las demás porque sabemos que el mundo puede ser hostil, especialmente en las redes sociales", advierte Sofía Morales (23 años). "Una vez me compré unos pantalones turquesa que me encantaban y los combiné con una polera naranja chillona con calipso. Me sentía mina. Apenas los usé, me di cuenta de que me miraban o comentaban, especialmente mi peso, como si por tener unos kilos de más, no pudiera estar ala moda", asegura Consuelo Castro. La industria de la moda se ha encargado de ensalzar el ideal de que un cuerpo bello nunca es gordo. En los 90, por ejemplo, los estándares de belleza giraban en torno a mujeres muy flacas y planas.
Y eso, aunque de manera más solapada, sigue presente. "Un ejemplo súper concreto: en el reporte primavera/verano 2025 de Vogue Business, la gran conclusión fue que el progreso se ha estancado y nos enfrentamos a un preocupante retorno de modelos extremadamente delgados. ¿Qué pasa con los hombres? Según el trabajador social y encargado del área de masculinidades de la Dirección de Igualdad y Diversidad de la Universidad de Valparaíso y parte del Kolectivo Pelota al Piso, Hernán Silva, los hombres también han estado sujetos a estándares de belleza, aunque condicionados por otros discursos. "Antes la exigencia se vinculaba a la sobriedad. Fue en los 90, con la aparición del concepto de *"metrosexual', que comenzó una apertura", explica. Término que desafiaba el estereotipo rústico y rudo y se asociaba con la homosexualidad.
Sin embargo, en 2002 se reformuló para referirse al hombre urbano, sin importar su orientación sexual. "La aparición del metrosexual viene a decir que hay que superar el discurso de que sólo usen colores oscuros y no se preocupen de su apariencia física", señala Silva. Si en los 90 usar una camiseta rosada era visto como una señal de cuestionamiento de la virilidad, hoy eso es impensable. O.