Hogar de Cristo cumple 80 años; con 36 en Coquimbo
Hogar de Cristo cumple 80 años; con 36 en Coquimbo Por Ximena Torres Cautivo El amarillo y el negro se unen al turquesa este próximo martes 24 de septiembre, en el encuentro en el Estadio Francisco Sánchez Rumoroso, donde Coquimbo Unido enfrentará a Everton en el marco del Campeonato Nacional de Fútbol.
La mezcla de colores resume la larga relación entre el club deportivo del puerto nortino y la fundación de ayuda social a los más pobres entre los pobres, creada por Alberto Hurtado hace 80 años: el Hogar de Cristo. Ese día y en el marco de este aniversario, los aurinegros entrarán a la cancha antecedidos de un lienzo con el logo donde resalta el color turquesa de la organización.
Los jugadores irán acompañados de jóvenes que vestirán la camiseta de los 80 años del Hogar de Cristo, mientras en la pantalla gigante se desplegará el mensaje que resume estas ocho décadas de existencia: «Juntos, trabajando por un Chile sin pobreza». El partido será transmitido por el Canal del Fútbol.
Jorge Antonio Contador, ingeniero, político, empresario y presidente de Coquimbo Unido, explica el sentido de la actividad: «Como Coquimbo Unido, seguimos apoyando a esta gran institución Lo hará en el Sánchez Rumoroso, con el apoyo de Coquimbo Unido, que se enfrenta a Everton en el marco del campeonato nacional.
La idea detrás de la alianza, es destacar la labor de la organización fundada por Alberto Hurtado en el Norte Grande, donde el trabajo con niños, niñas y jóvenes bajo la protección del Estado y con personas en situación de calle, es lo más relevante y urgente.
Hogar de Cristo cumple 80 años; con 36 en Coquimbo que es el Hogar de Cristo, más aún ahora que cumple 80 años de labor incondicional por los adultos mayores». El conocido dirigente destaca además el rol de la Hospedería Carmen Goudie, en Coquimbo, donde duermen cada noche 45 personas en situación de calle.
Uno de ellos es el conocido «Viejo de los Globos» o «Viejo Loco», como llaman todos a Raúl Osvaldo Funez, hincha incondicional del equipo coquimbano, quien desde hace casi cuatro años vive en el Hogar de Cristo. Carismático y vital, es protagonista de un espectacular video testimonial grabado por el club. Sentado en las graderías del Sánchez Rumoroso, cuenta su trayectoria vital, donde la fidelidad a Coquimbo Unido es lo que lo mantiene con vida. Y probablemente el padre Hurtado, otra presencia tan clave como la del equipo de sus amores, que en el clip se enfoca y se desenfoca en un lindo juego de imágenes. El Hogar de Cristo se fundó en 1944, en el Chuchunco santiaguino, como se conocía entonces al viejo barrio Estación Central. Coquimbo Unido nació en 1958. Y la sede regional de la causa de Alberto Hurtado se activó a fines de los años 80 del siglo pasado.
Aquí te contamos su desarrollo y aporte al trabajo social en la región. 131 MUJERES EN LA CALLE Hoy el Hogar de Cristo atiende en la región de Coquimbo directamente a medio millar de personas -491 es el número exactoen diez programas sociales. El más antiguo es precisamente la Hospedería Carmen Goudie, que hoy por lo general acoge a 40 hombres y 5 mujeres. Uno de esos residentes habituales es «el Viejo de los Globos», como se autodenomina Raúl a sí mismo. La Hospedería fue creada en 1988, post visita de Juan Pablo II a Chile, cuando surgió en todo el país una intensa inquietud social.
Lleva el nombre de la filántropa Carmen Goudie, esposa de José Luis Del Río, una mujer inspirada por un humanismo social similar al de Alberto Hurtado, que la llevó a alentar la creación de un lugar de acogida para quienes viven en la extrema vulnerabilidad de la calle. «Ella fue clave en la llegada del Hogar de Cristo a la provincia del Elqui -sostiene el trabajador social y jefe de la Hospedería Carmen Goudie, Omar Jeraldo, quien lleva 19 años en el Hogar de Cristo de Coquimbo. Y continúa así su relato: «La hospedería original estaba en calle Blanco 1401, en los cerros del puerto.
En 2015, gracias a otro importante benefactor local, nos cambiamos a calle Bernardo O´Higgins 1313, a un terreno que buscó y donó para la construcción de este edificio el empresario Héctor Arce, quien fue presidente de la Cámara de Comercio de Coquimbo.
Su familia cuenta que él veía la dificultad que tenían muchos hombres mayores al subir desde el plano al cerro, donde quedaba la primera Hospedería, y que se propuso buscar un lugar más apropiado». En 2015 se inauguró el nuevo edificio para albergar la Hospedería Carmen Goudie. Entonces las notas de prensa hablan de casi 700 personas en situación de calle en toda la región. Han pasado 9 años y el número va en aumento. La última cifra oficial es de 887, las que se distribuyen mayoritariamente en Coquimbo, La Serena y Ovalle.
De ellas, 131 son mujeres; 612 personas llevan cuatro y más años sin un lugar donde cobijarse; 262 padecen una enfermedad crónica. «Hay que esperar los resultados del Censo, que estarán en 2025, para tener precisión del número, pero, sin duda, las personas en situación de calle han aumentado notoriamente», reflexiona Omar Jeraldo.
Hace notar que 2015 fue importante no sólo por el traslado a un edificio moderno y pensado como hospedería, sino porque ese año se estableció que el programa fuera mixto e incluyera mujeres, tal como la Hospedería Mixta de Ovalle, que fue pionera en términos de inclusión de género desde 1996, cuando se creó. Hoy cobija a 24 personas. Las mujeres en situación de calle son, sin duda, la ex. Hogar de Cristo cumple 80 años; con 36 en Coquimbo presión más cruda y dura de la pobreza y vulnerabilidad extrema. Muchas llegan a la calle escapando de la violencia intrafamiliar y encuentran en ella niveles indecibles de abuso y vulnerabilidad, agravando sus padecimientos. En Coquimbo, ellas representan el 15% del total de quienes viven en la calle, y en muchos de sus casos la calle es una prolongación del daño que arrastran desde pequeñas. SERÁ MECHERA, PERO ES MI MAMÁ La otra gran línea de trabajo del Hogar de Cristo en la región de Coquimbo, ha sido la infancia vulnerada. En los años de inicio, existió el Hogar para Niñas Padre Alberto Hurtado, donde llegaron a convivir 67 niñas y jóvenes con graves vulneraciones de derechos. Se abrió en 1990 y funcionó durante 7 años. «Hoy un dispositivo así de numeroso es inconcebible. En 1993 se inauguró también una Casa de Acogida para Niños de la Calle, que cerró en 2007. Recibía a 45 menores de edad. En paralelo hubo cuatro residencias de protección de niños bajo la protección del Estado, todas en La Serena. Hoy tenemos sólo dos: una para niñas, la Residencia Rimanakuy, que es de niñas; y la Hatary, de niños. Cada una con capacidad para 12 personas, de acuerdo al modelo técnico definido por el Hogar de Cristo en dos estudios de la serie Del Dicho al Derecho. Ambos dispositivos buscan un cambio de paradigma en el cuidado de los niños y adolescentes en cuidado residencial», sostiene Gonzalo Cortés, jefe de operación social del Hogar de Cristo en Coquimbo.
Su par en La Serena, la trabajadora social María Teresa Moreno, de quien dependen las dos residencias aludidas, hace notar que el trabajo con niños, niños y adolescentes vulnerados se ha vuelto cada vez más complejo. Lo explica así: «El 95 por ciento de la población que atendemos tiene problemas de salud mental. Todos están con medidas de protección judicial, han padecido violencia intrafamiliar, abuso y explotación sexual comercial.
Todos tienen procesos de intervención con distintos organismos del Estado para tratar sus problemas de consumo abusivo de alcohol y drogas, de daño por violencia y vulneraciones diversas, de traumas... Todos tienen una larga historia en el sistema proteccional. Muchos están en él desde los 2 años. Y nosotros como Hogar de Cristo y como región no tenemos el nivel de especialización requerido para tratar la complejidad de sus problemáticas.
María Teresa hace notar que en el sistema de salud pública de La Serena hay apenas dos psiquiatras disponibles y que las graves descompensaciones de salud mental que se producen con cierta frecuencia, deben ser tratadas en la urgencia de los hospitales regionales. «Tenemos un niño que lleva un año internado en una clínica psiquiátrica privada de Concepción, porque en la región no hubo ninguna que quisiera o pudiera hacerse cargo del caso.
Esa la paga el Servicio de Protección Especializada, pero las consultas psiquiátricas, que cuestan 60 mil pesos de manera particular, muchas veces debemos asumirlas nosotros, porque con lo que entrega el Estado por niño no alcanza.
Yo veo que la condición de los niños en residencias se ha ido volviendo más grave desde hace unos cinco años, pese a los esfuerzos y cambios que intenta hacer el Servicio de Protección», detalla María Teresa con cierta impotencia. UNA GRAN DEUDA Gonzalo Cortés insiste en que «el país tiene una gran deuda con la infancia vulnerada, y nuestro territorio también.
Las residencias infanto adolescentes requieren un apoyo especializado multidisciplinario para funcionar y eso no existe». Mientras, María Teresa hace ver que «las residencias de protección no son un lugar donde ningún niño o niña quiera estar. Ellos siempre van a preferir estar junto a su mamá, aunque sea una mechera, o junto a su papá, aunque sea violento. Por eso me hace sentido que hoy el Servicio esté enfocándose en la primera infancia.
En reaccionar inmediatamente frente a los primeros signos de abuso» Lo dice una especialista que trabajó durante 23 años en programas de rehabilitación de consumo de drogas en el Hogar de Cristo y desde hace un año está en el tema infanto juvenil dentro de la misma fundación. «Esto es mucho más duro, porque los niños y las niñas, sobre todo las niñas, no tienen ninguna responsabilidad ni manejo de lo que les ha tocado vivir». EL VIEJO DE LOS GLOBOS El Hogar de Cristo, que es «una organización inspirada en el humanismo social de Alberto Hurtado, trabaja para superar la pobreza de Chile y mejorar la calidad de vida de las personas que viven en extrema vulnerabilidad, lleva 36 años en la región de Coquimbo, menos que Coquimbo Unido, que este martes 24 reconocerá la acción social de la fundación. Será la oportunidad para reforzar que sus 10 programas sociales atienden a 1.882 personas que viven en condición de pobreza.
Lo hace en tres hospederías; tres jardines infantiles y salas cuna, ubicados en sectores de alta vulnerabilidad en Coquimbo, La Serena y Ovalle; dos residencias de protección infanto adolescentes; un Programa de Atención Domiciliaria para Adultos Mayores (PADAM), que asiste a 90 personas en Coquimbo, La Serena y Vicuña; y un Programa de Ayuda Familiar (PAFAM), que ayuda a 60 cuidadores de personas son algún tipo de discapacidad invalidante en La Serena. Sólo en la región, Hogar de Cristo trabaja con el 12,7% de la población en condición de vulnerabilidad..