“La función militar en apoyo de tareas de orden público debe ser excepcional”
Ricardo Montero: Lenka Carvallo Giadrosic icardo Montero Allende (41) conoce bien los pasillos del Ministerio de Defensa; durante el segundo mandato de Michelle Bacheletfue jefe de gabinete de Jorge Burgos (2014-2015) a quien más tarde acompañó en La Moneda cuando éste asumió como ministro del Interior.
Tras la renuncia del abogado DC (2016), permaneció en el cargo con Mario Fernández (DC). En septiembre de 2022, cuando en el gobierno de Gabriel Boric asumió Carolina Tohá, se repitió el plato por tercera vez.
En agosto de 2023, Montero retornó al edificio de calle Zenteno, ahora como subsecretario de Defensa —el cuarto en el cargo después de Fernando Ayala, Gabriel Gaspar (PS) y Víctor Barrueto El subsecretario de Defensa, quien es visto como una de las cartas que se barajan para encabezar el Ministerio de Seguridad en 2025, señala que “en lugares urbanos es posible hacer intervenciones específicas (con militares), pero no creemos que sea buena idea”. (PPD)—. Exalumno del Verbo Divino y abogado de la UC (2009), su CV político tiene como punto de partida el movimiento universitario que después deri varía en el NAU, del que a su vez se originaría Revolución Democrática (hoy parte del Frente Amplio). En 2007 perdió las elecciones del Centro de Alumnos de Derecho contra Diego Schalper (hoy diputado de RN). Para el terremoto de 2010, fue voluntario de un Techo para Chile. Ahí conoció al sacerdote Felipe Berríos, considerado una figura influyente en su carrera política, quien este año fue expulsado de la orden jesuita por denuncias de connotación sexual. Montero prefiere no abordar el asunto. “Son temas muy graves, por lo que hay que ser bien responsables”. Síreconoce que su paso por Techo lo marcó. “Entre 2010 y 2012 trabajé en la ONG en Brasil.
Fue muy fuerte ver el crimen organizado, como también me impactó la intervención del Estado, bajo el gobierno de Lula, através de proyectos como «Mia casa, mia vida»; el programa de aceleración del crecimiento o «Bolsa familia», y el primero de renta directa, «Fome cero» o «hambre ce En el 2015 el abogado fichó por el PS. Poresos días también asumió como coordinador nacional del Proceso Participativo Constituyente de la Presidenta Bachelet. “Fue lejos lo más gratificante que me tocó en ese Gobierno. Un momento de mucha efervescencia”, recuerda.
En el 2020 fue elegido como convencional en la Lista del Apruebo y se erigió como una de las figuras protagónicas del Colectivo Socialista: coordinador de la E $ E 3 5 5 2 3 E E 3 3 3 E E $ $ 2 comisión de Sistema Político, una instancia estratégica donde compartió el rol con Rosa Catrileo (de la bancada mapuche). En la Convención representó a la Región del Maule, donde provienen sus raíces. “Nací en Santiago, pero mi papá es de Linares y la familia de mi mamá, de Parral.
Yo me eduqué en Santiago pero tengo un vínculo permanente con la Región del Maule”. “Sé cómo es esto y estoy tranquilo con mi trayectoria” —Entiendo que su familia es de derecha. —Los tiempos antiguos hay que analizarlos en su contexto.
Mi abuelo, Carlos Montero Schmidt, fue ministro del Interior de Carlos Ibáñez y le tocó interactuar con distintos políticos de su tiempo; fue presidente del Frente de Acción Popular (FRAP), candidato a senador y un protagonista de esa época. Entonces mi familia tiene opciones políticas un poco distintas a las mías pero nos llevamos muy bien, a pesar de nuestras diferencias. Me respetan y me apoyan muchísimo. —¿ También lo apoyaron cuando fue convencional? —Fue un tiempo muy intenso para la sociedad chilena.
Dentro de la misma Convención fuimos objeto de presiones, funas, amenazas de todo tipo, pero en todo ese tiempo sentí el apoyo de mi familia y de mi gente más cercana. —Existía mucha rabia, lo que se expresó en la falta de diálogo. —Tenemos que darle una vuelta. ¿Qué pasó con esa rabia? ¿ Dónde quedaron esas demandas? ¿ Cómo podemos hacernos cargo? —Algunos consideran que todo sigue igual y que incluso podría venir otro estallido, ¿lo piensa? —Los análisis simplistas nos hacen un flaco favor. Fueron millones de personas las que se movilizaron, más allá de izquierdas o derechas. Hay reivindicaciones que todavía están arriba de la mesa y de la cual la política tiene que hacerse cargo, como la desigualdad, el sistema tributario o las pensiones. La gente no estaba con un cartel que dijera “queremos una nueva Constitución”; exigía mejores pensiones, un mejor sistema de salud.
Hemos avanzado, pero no lo suficiente. —Usted abogó por reemplazar la Cámara Alta por una Cámara Territorial, algo que todavía le cobran en su partido, sobre todo algunos senadores. —Mi propuesta inicial eran las dos cámaras, pero no tuvo acogida en la mayoría de la Convención.
Cuando uno entra a un órgano colegiado con 155 personas, lo que tienes que hacer es tratar de buscar acuerdos y lograr mayorías. —En el PS apostaban por usted como un articulador, ¿falló? —Hice todos los esfuerzos. Mis posturas son públicas, no es que haya cambiado de un momento para otro. La gente (para el estallido) no estaba con un cartel que dijera «queremos una nueva Constitución»; exigía mejores pensiones, un mejor sistema de salud. Hemos avanzado, pero no lo suficiente”. En Europa y EE. UU,, el principal problema sigue siendo el terrorismo; por este motivo hay militares en la Torre Eiffel.
En Suecia o Países Bajos, los esfuerzos se focalizan en el crimen organizado”. —Cuando llegó como jefe de gabinete de Carolina Tohá, en el PS algunos pusieron el grito en el cielo, apuntándolo como uno de los principales responsables de la “debacle del 4/S”. Algo similar pasó cuando asumió en Defensa. —Son opiniones desagregadas que no pueden imputarse al partido. Siempre me he sentido apoyado por la directiva.
Tengo 20 años de trayectoria considerando mi etapa universitaria; sé cómo es esto y estoy tranquilo con mi trayectoria política. —En ese sentido, también lo ven como alguien más cercano al Presidente Boric y su grupo de filiación, lo que también causa cierto recelo. —He tenido una relación política con esa generación en distintas instancias. Si bien el Presidente es más joven, tenemos muchos conocidos en común desde la articulación política y también me tocó interactuar con él en el Congreso. Con el ministro Burgos lo recibimos en este mismo ministerio cuando vino a hacer propuestas sobre sitios de memoria en Dawson.
“El Estado de Chile venía tarde” Cuando hace 10 años Ricardo Montero decidió estudiar fuera de Chile las materias de seguridad y defensa, muchos le preguntaban extrañados: ¿ para qué?, “No eran temas que estuvieran en la agenda. Hoy, sin embargo, representan las principales preocupaciones para los chilenos y también en el mundo”. Con un master en Defensa y Seguridad del Colegio Interamericano de Defensa de Washington D. C y otro en Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Barcelona, el subsecretario advierte que la discusión sobre el rol que debieran jugar las FF.AA. En materia de seguridad pública, no sólo se da en Chile. “También está en debate en lugares como Suecia, Reino Unido, Francia, EE.UU. Y, por cierto, en todos los países de Latinoamérica”. —¿Presionados por la delincuencia, igual que nosotros? —Hoy existen dos amenazas para las democracias. En Europa y EE. UU, el principal problema sigue siendo el terrorismo internacional; por este motivo, en Francia hay militares en la Torre Eiffel o en los aeropuertos.
Mientras que en Suecia o Países Bajos, los esfuerzos se focalizan en el crimen organizado internacional. —En Chile se aplica el estado constitucional de Emergencia en la macrozona sur, ¿Era partidario en un comienzo? El mismo Presidente Boric se oponía al principio. —Siempre he creído que hay funciones policiales distintas a las militares, por lo que se trata de una herramienta de ultima ratio que debe ser utilizada sólo bajo ciertas condiciones. Y aquí ha dado muy buenos resultados. Pero insisto: la función militar en apoyo en tareas de orden público —que son propias de las policías— tiene que ser una intervención excepcional. —Varios alcaldes, no sólo de oposición, han pedido que las FF.AA. Se hagan cargo de vigilar el orden y la seguridad debido al incremento de la delincuencia. —En lugares urbanos es posible hacer intervenciones específicas, pero no creemos que sea buena idea.
Además, desde hace un año y medio existe una herramienta aprobada constitucionalmente para resguardar la infraestructura crítica, pero hay que apurar esa ley. —Da la impresión que las cosas no avanzan mucho debido a los embates de la contingencia.
Ahora, todo parece estar detenido por el caso Monsalve. —Cuando veo que tenemos aprobadas 60 leyes en materias de seguridad, que sólo falta la ratificación de ambas cámaras para poner en marcha el Ministerio de Seguridad y que además estamos terminando las Reglas del Uso de la Fuerza, me parece que hay avances concretos. Por supuesto que me gustaría que fuera más rápido, pero así es el proceso legislativo.
Además, hoy contamos con herramientas que no estaban cuando llegamos, como el Comité Pro Seguridad, que fue creado por el Presidente en febrero, donde están sentados el Ministerio de Hacienda con la Unidad de Análisis Financiero, el SII, Aduanas, la Superintendencia de Casinos; El Ministerio de Justicia con Gendarmería; Defensa con las policías, todos liderados por la ministra Tohá. Se trata de un cambio de paradigma donde entendemos la seguridad como un sistema. Lo mismo ocurre con otras herramientas, como la nueva Agencia de Inteligencia, la de Ciberseguridad, la ley contra el Crimen Organizado y la nueva herramienta constitucional para desplegarnos en el norte. Insisto: nada de eso existía cuando llegamos. El Estado de Chile venía tarde. Tras el derrumbe de Manuel Monsalve como el hombre que lideraría el nuevo Ministerio de Seguridad, Ricardo Montero hoy suena como una posible carta. “A los subsecretarios no nos corresponde referirnos a las nominaciones del Presidente.
Yo estoy feliz acá, en los temas en los que llevo años trabajando”. Y sobre el ministerio en cuestión, considerado uno de los grandes legados que pretende dejar el gobierno de Gabriel Boric, señala: “La principal virtud es que se focaliza exclusivamente en materias de seguridad.
Hoy la ministra del Interior ejerce como vicepresidenta, coordinadora del gabinete, coordinadora territorial con los delegados presidenciales, seremis y luego están las materias de seguridad, que ahora tendrán su propia institucionalidad, para así lograr un mayor grado de especialización. Es un cambio radical. Ahora nos queda la última etapa, que es la propuesta de la comisión mixta y que lo voten ambas cámaras. Luego, los tiempos de implementación y los detalles los tendrá que ver el Ministerio del Interior”.