Autor: Por Carlos Trujillo
Aumen: A un paso del cincuentenario (17) MARIO CONTRERAS VEGA HISTORIA PERSONAL DEL BOOM LITERARIO CHILOTE:
Es posible que tengan razón quienes piensan que siento el feroz deseo de embarcarme en la nave que inicia su andar, para conmemorar los cincuenta años de haber puesto en marcha su construcción en los diques isleños, conducido por los febriles carpinteros de riveras y riberas de entonces como aprendices de marineros, jovencísimos ilusionados e muchachos y muchachas que asomaron sus rostros imberbes en las salas del Liceo Coeducacional de Castro o en el amplio comedor de don Custodio Trujillo, (Don Coto), padre del hoy y desde flamante Capitán de siempre aquel buque transformado en Transatlántico, nuestro candidato al Premio Nacional de Literatura promovido por sus pares e impares, CARLOS TRUJILLO AMPUERO, quien llevó durante largos años el timón de aquella nave que sin mayores terminaciones se dedicó a navegar, como osado Caleuche, con aquella quijotesca camada de aprendices de marinos, por los oscuros mares de nuestro archipiélago en los oscuros días de abril de 1975.
Es absolutamente cierto que me quiero embarcar en dicha nave porque tengo demasiadas razones para justificar mi ausencia aquel año 1975, puesto que no es que no haya querido estar con los tripulantes de la primera hornada por mezquina porfía, sino porque ya estaba navegando en otro mar, mucho más oscuro y tenebroso de cuántos vosotros hayáis conocido o siquiera imaginado.
Era ésta, una barca oscura y gigantesca en la que navegábamos (en tercera o cuarta clase, diré), sin derecho alguno a asegurar nuestras vidas o nuestra mísera integridad, más de 500 seres humanos, en la que las autoridades de turno nos instalaron con mano violenta desde el buque insignia de la patria que aceleraba su paso para construir un país para todos, un país que a los poderosos por supuestono gustaba. la Gracia de Dios, en Por quien confiado, he siempre pude abandonar aquel barco de los dolientes, recién el 19 de diciembre de 1975.
El 22 de aquel mes, después de una visita a mi madre que seguía residiendo en su casa en Castro, en la que yo mismo morara hasta el aciago mes de septiembre del año 1973, pude salir a saludar a los amigos, conversar con Carlos respectoMiembros de Chaicura con Jaime Quezada e Iván Carrasco.
Primer Encuentro de Escritores en Chiloé (Castro, 1978). al novedoso quehacer literario que se había iniciado en mi exciudad, tarea que me comprometí a emular (dentro de mis propias posibilidades) reuniendo en Ancud, no a estudiantes de enseñanza media, salvo Rosabetty -pues ninguno de quienes integramos el Círculo Literario Chaicura tenía alguna experiencia formativasino a jóvenes y adultos con una heterogeneidad de intereses, que finalmente surgió a la luz de la mano del Pbro. Audelio Bórquez Canobra, en julio de 1976, que de Rector del Seminario Conciliar recibió la honrosa tarea de dar forma al Museo Regional de Ancud.
En dicho Círculo Literario participaron, desde un comienzo, estudiantes de Pedagogía en Educación Básica de la Universidad Austral -que había reemplazado a la Escuela Normal de Ancud-; del Liceo Domingo Espiñeira Riesco; la dueña de casa, investigadora de nuestro folklor y declamadora oficial en las fiestas patrióticas que organizaban con esmero las nuevas autoridades de gobierno, doña Elena Vera Guerrero; el estudiante de Pedagogía Básica, insigne historiador de nuestra tradiciones, a esta cultura y fecha, Roberto Barría, conocido con el seudónimo de Esteban Barruel; Milagros Mimica Soto, proveniente de Porvenir, que ejercía de Profesora Educación Diferencial; además como del colaborador habitual del periódico curial, el profesor Julio Norambuena; la profesora de castellano del Liceo Domingo Espiñeira Riesco, Srta., Azalia Guerra; el profesor de inglés del mismo Liceo, don Amado Mansilladel Valle y ¡ quién pudiera creerlo! nuestra estimable y más joven integrante, conocida hoy como uno de los más altos valores de la poesía chilena y chilota, que desde hace tres o cuatro años representa a los creadores chilotes como postulante al Premio Nacional de Literatura, igual como nos representa, con máxima dignidad, nuestro Carlos Trujillo Ampuero.
Por cierto, dado el hecho de haber sido compañero de curso con Carlos en el ex Liceo de Niñas de Castro, y haber iniciado, desde 1976 en adelante mi participación esporádica en las reuniones de taller que se realizaban en la casa de Carlos y su familia, y dado el hecho ademásque yo mismo había iniciado mi acercamiento al periódico La Cruz del Sur, en el que fui contratado como corrector de pruebas -cumpliendo funciones de reportero, ademásejercí como colaborador y publicista de las variadas actividades que realizaba el Taller Literario Aumen, entre ellas, la divulgación del Premio Nacional de Poesía Inédita del Taller de Letras Ariel, que ganó Carlos Trujillo, impensadamente para sus alumnos, pues a nadie cualidad. había confiado Como en todos los oficios, una tal vez abiertas las puertas de La Cruz el Sur, fue relativamente fácil cubrir con contenido cultural y literario las umbrosas páginas de aquel periódico en que los periodistas de verdad, que los había, no eran capaces de escribir las editoriales y preferían recortar las que aparecían en otros diarios de la región y pegarlos en el propio.
Por supuesto, las páginas de aquel periódico que terminóignominiosamente sus días rematando sus activos al mejorpostor, sirvieron para cubrir las actividades del Taller Literario Aumen y del Círculo Literario Chaicura, hermano menor que se sumó al despertar literario de los jóvenes chilotes en aquellos días, y para generar espacio para las reseñas de libros de la Editorial Nascimento, escribir una que otra editorial cuando el Director de La Cruz del Sur, don Carlos Concha Pérez nos lo pedía, o entrevistar los varios actores culturales a de Chiloé y las región, entre ellos nuestro Renato Cárdenas Álvarez, co-fundador de Aumen, juntamente con Carlos.
Es decir, creo que formo parte de la generación que aportó más mal que bien, seguramente, a lanzar al agua aquella inmensa nave que hoy recorre orgullosa los diversos mares del mundo, como hemos percibido en estos días, pues la labor de Carlos y de Renato internacionalizó dicho quehacer y además de las velas de la partidaagregó potentes motores capaces de movilizar ideas y apoyos, sobre todo entre aquellos que conocieron en algún momento provincia nuestra lo que significa y reconocen mantener, durante 50 años, una empresa cultural de tanto significado.
A modo de colofón: El Círculo Literario Chaicura dejó de existir en 1979, aunque con su sello se siguieron publicando numerosos dípticos y trípticos, incluso libros de los integrantes de AUMEN, entre ellos, el propio Carlos Trujillo, Nelson Torres, el poeta Ramón Mansilla Guenchur, de Achao, además de los dos primeros libros de mi propia autoría. Y por supuesto, nos sumamos con todo al Primer Encuentro Nacional de Poetas de 1978, tanto como participantes como en calidad de periodistas de La Cruz del Sur.
Y por supuesto, valido plenamente la opinión que acerca de mis textos tenían algunos de jóvenes participantes, los entre ellos, mi estimada amiga Sandra Henríquez, quien me trató, irónicamente y con mucha gracia, de escritor de tangos. Mis gratos recuerdos para todos los hoy viejísimos integrantes de AUMEN. Yo soy el último joven que queda vivo. Quiao, de territorio desencantados, agosto, 2024. los.
