Autor: ÁA
Lecciones desde Medellín y cómo logró reducir en 90% su tasa de homicidios
Lecciones desde Medellín y cómo logró reducir en 90% su tasa de homicidios Integrar las "comunas” de los cerros con la ciudad ha sido una apuesta de dos décadas, el camino para lograr que el Estado penetre en sectores que le estaban vedados. QEDesde el narcoterrorismo de Escobar y la seudopaz de “Don Berna” al urbanismo social y la innovación:ÁLVARO VALENZUELA MANGINI Xtriste récord no hasido hasta ahora igualado. En 1991, Medellín se corociudad más v nó como lalenta del mundo, con una tasa de 381 homicidios por cada 100 mil habitantes. Un número inverosímil, que duplica, por ejemplo, la tasa de 182 registrada por Colima (México), la urbe más peligrosa del planeta en 2022, o los 138 de Tijuana en 2018. Pero, a diferencia de ellas, la ciudad colombiana parece haber dejado atrás ese pasado tormentoso.
Hoy se posiciona como un centro de innovación, un polo cultural y un destino que recibió en 2023 unos dos millones de visitantes, En cuanto a los homicidios, se espera que este año bajen de 14/100 mil, cifra que puede parecer alta para los estándares de Chile, pero que hace 30 años, cuando ensus calles Pablo Escobar se batía en guerra contra el Estado colombiano y contra sus rivales delCartel de Cali, era inimaginable. Es por eso que muchos hablan del“milagro de Medellín”, latoria decómo “Medallo” dejó de ser la “capital del odio”, como la describiera el escritor Fernando Vallejo. Todo, gracias a un conjunto de políticas emprendidas por su municipio en laprimera década de los 2000, tanto enmateria de seguridad como en proyectos sociales. Pero esta es una historia que se cuenta en dos versiones.
Está esa que habla del éxito logrado por una sucesión de alcaldes innovadores, pero también hay otra que relata cómo la paz solo habría sido el resultado de aceptar un orden impuesto por los grupos criminales, que ya no necesitaron matar, pero s guieron mandando. Lo concreto es que el cambio efectivamente partió con el nuevo siglo. Los 90 habían sido años de terror.
Alvacío dejado por la muerte de Escobar, siguieron las disputas entre “combos”, las pandillas que controlan las “comunas” o barrios popularessituados en los cerros que rodean la ciudad; también, la llegada de las guerrillas y el surgimiento de los grupos de autodefensa, ambos desa-rrollando estrechos lazos con lasbandas y el narco. En 2002, el gobierno de Álvaro Uribe llevó a cabo la polémica Operación Orión, una in-Comuna 13 cuestio-tervención en lanada por organizaciones de derechos humanos, pero que significó la derrota de las guerrillas. Luego vendría la desmovilización de las autodefensas. A fines de 2003, en tanto, Sergio un moFajardo, académico y líderde vimiento que buscaba cambiar la ciudad, fue elegido alcalde e inició profundas transformaciones. Los números son elocuentes. Si ya en2003 antes de asumir Fajardo latasa de homicidios había bajado de 184/10 mil 98,2 /100 mil en lossiaños se movería en torno a guientes 30/100 mil.
Mientras, impresionantes proyectos arquitectónicos le iban cambiando el rostro a “Medallo”. Claro que ese mismo 2003 es también señalado como el momento en que Diego Fernando Murillo Bejarano, “Don Berna”, líder narco surgido de las autodefensas, se hizo con elpoder dentro del mundo criminal. A partir de ese momento y hasta suex-tradición a Estados Unidos, en 2008, impuso un control férreo sobre los combos, instalando un particular orden.
Tras su caída, regresaron las y otra vez disputas por la hegemonía los homicidios se dispararon, aunque sin volver a los niveles previos, para de nuevo bajar unos años después, al alcanzarse una tregua entre gruposrivales, un “pacto de fusiles”. Esen ello en lo que se basan los escépticos del milagro. Por ejemplo, Vanda Felbab-Brown, experta norteamericana de la Brookings Institution y quien ha escrito largo sobre el tema.
Ensus trabajos no deja dereconocer las políticas de los alcaldes, pexo, agrega, “más que reducir la violencia, estas fueron posibles porque la violencia había sido reducida anes” debido al control impuesto por “Don Berna”. Francis Fukuyama, en tanto, habló de un “medio milagro”, pues siendo notable la reducción de los homicidios, no se habían logradodesmontar las estructuras del narco-tráfico.
E incluso los economistas Christopher Blattman, Benjamin Lessing y Santiago Tobón han llegado a hablar, en un artículo de 2022, del “terrible dilema” que plantearía el caso Medellín: el precio de reducir la violencia puede ser aceptar que haya bandas criminales más fuertes”. Para confirmarlo, preguntaron en terreno a los residentes de distin-exasesor de las alcaldías de Medellín.
“Yo mealejo de esa mirada optimista de quetodala reducción dela violencia se deba a los alcaldes, pero tam-Aunque Pablo Escobar fue abatido en 1993, la violencia no paró durante toda esa década, tas “comunas” a quién acudían, a los grupos armados o al Estado, para resolver problemas.
Así constataron la existencia de un número relevante de zonas aún dominadas por el crimen. ¿Qué significa esto? ¿ Existe milagro o todo ha sido un mito? tanto ni tan poco, responde Ni Luis Felipe Dávila, investigador de la Universidad Católica de Colombia y bién mealejo delos que dicen quesolo gobierna el crimen y que fueel men el que redujo los muertos”, explica. “Aquí sí hay presencia de actores criminales, pero también hay Estado. Se dio una combinación de factores.
Hubo gobiernos locales que impulsaron una política distinta, peroala vez lo ocurrido se enmarcó en el proceso histórico colombiano, con la llegada al poder de Uribe, y en lapropia dinámica del conflicto en laciudad, donde también actores cricálculos de maximinales hacen sus mización y entienden que el homici-dio tiene costos, y hay una suerte de “civilización del crimen”. Pero, insiste, reconocer este factor no significa menospreciar la obra de sucesores.
“Sí fue muy Fajardo y sus importante el hecho de pensar unaciudad de modo más técnico, de dar-le una mirada distinta a la seguridad, priorizando e invirtiendo en ella, así como en obras de urbanismo social, que permitieron que zonas controladas hasta entonces por el delito tuvieran una suerte de acupuntura”, recuperando la presencia del Estado y generando oportunidades.. Pasó de ser la “capital del odio” y la ciudad más peligrosa del mundo a transformarse en un destino turístico que el año pasado recibió dos millones de visitantes.
Milagro para unos, mito para otros, ¿qué se puede aprender de su experiencia? Desde el narcoterrorismo de Escobar y la seudopaz de “Don Berna” al urbanismo social y la innovación: *Donbermabilidad” llaman al período en que "Don Berna” control