Viaje a la infancia
Viaje a la infancia "Y o tuve uno de esos" es la expresión más común que escucha Juan Antonio Santis cuando las personas se ponen frente a cualquiera de las piezas de su colección de juguetes chilenos.
Y por esto, es el nombre que eligió para titular la exposición que se presentará entre el 5 y 8 de diciembre en El Mercurio, en el contexto del evento navideño organizado por Revista VD y el Club de Lectores.
Se trata de la primera vez que mostrará parte del magnífico conjunto que compone el Museo del Juguete Chileno UC fuera del ámbito universitario desde que en septiembre de 2023 firmó el convenio con la Universidad Católica y que consiste en un comodato por diez años renovable.
Este le permite ser él mismo el custodio y curador, para así seguir la tarea de catastrar y fichar, también restaurar y conservar los más de tres mil juguetes que viene recolectando desde hace 24 años, junto con organizar exhibiciones temáticas en los distintos campus para dar a conocer este tesoro que tiene un valor patrimonial, cultural y sociológico muy relevante.
Para esta exhibición, que estará plagada de nostalgia y recuerdos de infancia para los grandes y de asombro y sorpresa para los niños, hizo una selección especial de 40 objetos; los más representativos, recurrentes y recordados por la gente, "una miscelánea en cuanto a materialidad y épocas, que abarca desde 1926 hasta 1980, quizás los que están más en la memoria y que tradicionalmente se regalaban para la Navidad, porque así me lo han testimoniado muchas personas", comenta Santis.
Las piezas se exhibirán en cinco vitrinas, desplegando muñecas, carruseles, aviones, trompos, motos, camiones; un conejo de trapo, un revólver, una casita, un abecedario ilustrado, un pato de hule, y otros objetos clásicos de elaboración chilena hechos en madera, plástico y hojalata. "El juguete más recurrente siempre fue el de madera.
Por ejemplo, los palitroques de Tomás Solís, una fábrica de madera enorme que fue de las más importantes que hubo en Chile, junto con la de Rogelio Campos y Víctor Ogino, entre 1940 y 1980", cuenta Santis, un estudioso de la historia de cada firma detrás de estos juguetes y, lo que le interesa aún más, el testimonio de quienes fueron sus dueños y usuarios.
Hasta 1947 no se producía hojalata en Chile, pero la industria de juguetes de este material en el país no fue muy masiva, incluso ninguna de estas fábricas nació como tal, sino que se dedicaban a los envases, hasta que vieViaje a la infancia Entre el 5 y 8 de diciembre se llevará a cabo un evento navideño organizado por Revista VD y el Club de Lectores de El Mercurio, que contará con la exhibición de 20 árboles decorados por destacados creativos, la presentación del grupo Mazapán, una exposición de trajes del Teatro Municipal de Santiago y talleres para niños a cargo de Artequin.
El Museo del Juguete Chileno UC vendrá con 40 piezas escogidas por el mismo coleccionista que lo formó, Juan Antonio Santis, quien además dará una charla sobre el tema el viernes 6 de diciembre a las 19:00 horas. Texto, María Cecilia de Frutos D. Fotografías, José Luis Rissetti Z. El sueño de Santis es llevar su museo a un espacio de exhibición permanente; por ahora este depósito le permite seguir trabajando en su colección, bajo el amparo de la UC. PATRIMONIO. Viaje a la infancia “A los niños les genera sorpresa y casi desconcierto saber que sus papás se entretenían con estos juguetes”. El proyector de filmina, filmina, de la marca Roynel, es de 1969. Los juguetes de hojalata se empezaron empezaron a hacer en Chile cuando, por la Segunda Segunda Guerra Mundial, era muy caro traerlos desde Europa. El microbús de hojalata es de la famosa marca Neumann S.A., circa 1957. “Yo tengo un lazo afectivo con muchos juguetes, ya sea por su historia, historia, belleza estética o valor patrimonial”, dice Santis.
Abecedario de cartulina ilustrada, ilustrada, marca Guau, circa 1g68. ron la posibilidad del negocio cuando en la Segunda Guerra Mundial la hojalata se transformó transformó en un material estratégico y escaseó mucho; ante la carestía del juguete importado, importado, adaptaron su tecnología para fabricarlos ellos y echaron también mano a otros materiales materiales no convencionales, como chapas de aluminio, de cobre y de bronce. Por ejemplo, el tren de la Casa Doggenweiler que vamos a exhibir es de cobre, lo que lo hace de un interés interés único explica Santis.
Muchos más datos y anécdotas que ha recopilado recopilado con los años y que repasan toda la historia del juguete en Chile los presentará en la charla que dará el viernes 6 de diciembre, diciembre, a las 1g:oo horas en la Casa del Club de Lectores (Av.
Santa María 5542). Acompañado Acompañado del coleccionista uruguayo Diego Lazcano, Lazcano, hablarán también acerca de la industria industria juguetera en Sudamérica, “que es diferente diferente a la europea, norteamericana u oriental, oriental, porque en ella se combina un poco de precariedad, la fuerte influencia de la inmigración inmigración y un sello vernáculo que les da una impronta especial”, explica. @museo_del_juguete_chileno_uc. @museo_del_juguete_chileno_uc. \7D.