Autor: CONSTANZA MENARES
Cada vez más chilenos recurren a un trasplante de pelo, pero aún es un tema del que se habla poco
Cada vez más chilenos recurren a un trasplante de pelo, pero aún es un tema del que se habla poco El número de pacientes que deciden someterse a este tratamiento se ha duplicado, sobre todo tras la pandemia, aseguran los médicos. Dormir sentados las primeras tres noches y evitar la exposición al sol son recomendaciones para el postoperatorio. Las complicaciones, agregan, van desde molestia a hinchazón, y son poco frecuentes. Sin embargo, no todos son candidatos a esta cirugía. D avid Gormaz (47) trabaja como creador de contenido en redes sociales, por lo que pasa mucho tiempo viéndose a sí mismo en una cámara. "Cuando partí, normalmente me grababa yo. Sabía que era medio pelado, pero encontraba el mejor ángulo para disimularlo. Pero, cuando comenzó a grabarme mi esposa, sentía que se me veía una pelada enorme y reclamaba en todos los videos. Entonces, un día mi mujer me dice: `Si tanto reclamai, ¿por qué no te ponís pelo?'. Y ahí tomé la decisión", cuenta Gormaz.
El decidirse fue fácil, precisa, ya que conocía a un amigo que se había realizado el procedimiento y le había contado sobre los precios --los que comienzan desde un millón de pesos, aproximadamente--, cómo había sido su experiencia y había visto que estaba conforme. "Los chilenos se están atreviendo más a hacerse el implante capilar. En todas las conversaciones que tengo trato de poner el tema sobre la mesa, cuento que me puse pelo, y siempre alguien me responde que tiene otro conocido que también lo hizo. Es algo que creo está ocurriendo en el país, pero de lo que aún se habla poco", dice Gormaz. "Desde la pandemia ha aumentado la demanda por esta cirugía. Esto se debe a una mayor difusión e información sobre el procedimiento, así como a los resultados extremadamente satisfactorios", asegura Francisco Castellón, médico cirujano especialista de la Clínica Témpora.
Y añade que la cirugía de implante capilar "está enfocada principalmente en pacientes con alopecia androgenética masculina (conocida también como calvicie, es la forma más común de pérdida de cabello y está influenciada por factores genéticos y hormonales). En nuestra práctica clínica, estos representan el 95% de los pacientes operados.
El 5% restante corresponde a alopecias androgenéticas femeninas y a pacientes con cicatrices y o quemaduras". Alex Eulufí, director médico de la Clínica lo Arcaya y Clínica Unity y miembro de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, coincide y puntualiza que en los últimos cinco años ha notado "un aumento progresivo y muy notorio en el interés por cuidar el aspecto del cabello. Ya sea a través de implantes de pelo o de evitar que el cabello se adelgace y posteriormente se caiga". Por ejemplo, si en prepandemia realizaba dos procedimientos a la semana, hoy hace el doble. Las edades de los pacientes van desde los 30 a los 50 años, en general. A juicio del experto, ellos "ya no tienen ese miedo de decir: `¿ cómo me voy a poner un implante de pelo? Se me va a notar'. No.
Hoy día veo que están mucho más desenvueltos (en la consulta). El hombre que tiene más reticencia en el implante, en general, es porque se complica con el período de cuidado del implante, no con el procedimiento en sí". Una cancha de fútbol Eulufí cuenta que a sus pacientes que consultan por este tema siempre les explica que la cabeza "es como una cancha de fútbol. A qué me refiero con esto: a que la cancha de fútbol hay que cuidarla entera. Hay zonas que simplemente hay que regarlas, hay otras que se deben abonar y hay zonas que están más dañadas que hay que sembrarlas. Estas últimas son el implante de pelo.
Pero uno no puede dedicarse única y exclusivamente a sembrar dentro de una cancha y olvidarse del resto, porque se va a secar lo que queda de pasto de mejor o peor calidad". En esta línea, prosigue el cirujano plástico, "el tratamiento debe ser integral, es decir, cuidar el pelo que existe y `sembrar' donde falta. El cuidado del pelo existente se logra con la combinación de un tratamiento con medicamentos y otro con un láser diseñado para ayudar al crecimiento y fortalecimiento.
El implante de pelo se va ayudando por ambos tratamientos, que pueden ser antes, durante o después de realizarlo" Sobre el procedimiento como tal, Castellón explica que "la cirugía se basa en la extracción de folículos sanos de la parte posterior y laterales de la cabeza, los cuales se implantan posteriormente en la zona afectada por la alopecia.
Los folículos implantados son resistentes a la caída por alopecia androgenética, por lo tanto, una vez implantados, no se vuelven a caer". Y señala: "Para extraer los folículos de la zona donante se utilizan dos técnicas: FUE (Follicular Unit Extractio, en inglés) y FUSS (Follicular Unit Strip Surgery, en inglés) Para determinar cuál es la más adecuada para cada paciente es necesario realizar una evaluación previa". David Gormaz, quien se realizó el implante hace un año y cuatro meses, recuerda que una vez que eligió la clínica y habló con el cirujano, "definimos que tenía la zona donante correcta y acordamos hacer el implante.
En mi caso, fue con la técnica FUE, donde extraen folículos de la nuca y te los implantan en la zona donde está la calva". Eso sí, el trasplante no es adecuado para todos: personas que tienen enfermedades del cuero cabelludo, como psoriasis severa, o falta de cabello donante no son aptas para el procedimiento.
Paciencia Hace un tiempo, Gormaz decidió abrir una cuenta en TikTok (@miimplantedepelo) y contar cómo fue su proceso; además responde preguntas de hombres interesados en el trasplante y entrega algunos tips en base a lo que vivió. "La noche anterior de hacerlo estaba angustiado, tenía miedo de cómo iba a quedar. Pero todo fue tranquilo en la clínica, lo que me bajó la ansiedad. La intervención duró seis horas. Los primeros cinco minutos sentí dolor, pero después nada.
Estuve despierto, conversando con quienes realizaban el procedimiento, a ratos me dormía, en general fue bastante agradable", comenta Gormaz. "Luego, para dormir en la noche fue un poco complicado, porque uno no se puede tocar la parte del implante ni de la parte donante esas primeras horas. Entonces uno tiene que ponerse medio sentado en la cama por tres noches para que la cabeza no esté en contacto.
Después, vinieron dos o tres semanas en que sentía como que tuviera un casco de fierro puesto en la cabeza, una sensación de presión de peso en el cuero cabelludo, una rigidez que tiene que ver con que el cuero cabelludo está inflamado e irritado. Ahí es importante tomar los medicamentos que deja el médico. De ahí para adelante no pasa mucho más", resume el creador de contenido. Eulufí dice que "el proceso es sencillo, pero tedioso, muy largo.
Por eso, el implante está recomendado para pacientes que puedan soportar psicológicamente la intervención, de estar esas horas despierto porque la anestesia es local; y que tengan claro que hay que cuidarse mucho y que los resultados se ven luego de un año.
Los primeros tres días recomendamos dormir medio sentados y usar una almohada cervical, como las que se usan en el avión". Reposo relativo y cuidarse del sol son otras recomendaciones del postoperatorio, indica Castellón. "El resto, es vida normal. No obstante, como todo acto quirúrgico, no está exento de riesgos. Pero, al tratarse de una cirugía mínimamente invasiva y con anestesia local, estos son mínimos y poco frecuentes". Molestia, crecimiento irregular o hinchazón podrían ser algunas de las complicaciones, advierten los entrevistados.
EN GENERAL, TIENEN ENTRE 30 Y 50 AÑOS: Cada vez más chilenos recurren a un trasplante de pelo, pero aún es un tema del que se habla poco CONSTANZA MENARES ISTOCK La cirugía de implante capilar está enfocada principalmente en pacientes con alopecia androgenética masculina. "En nuestra práctica clínica, estos representan el 95% de los pacientes operados", dice el médico Francisco Castellón..