"Soy un hijo de la escuela de Luis Cordero"
Claudia Valle ue compañero de curso de Gabriel Boric en la Universidad de Chile. A diferencia del Presidente, Cristóbal Osorio Vargas (39 años) se apasionó más con el Derecho que con la política, pese a que la carrera no figuraba entre sus planes. Su padre tenía claro que, como había sido un excelente alumno en el Liceo Manuel de Salas y obtuvo buenos resultados en la PSU, había un solo camino: llegar a Pío Nono. “Y le hice caso, porque mi papá era la autoridad, la última palabra, mi manager”. —¿Habías pensado estudiar Derecho?—Nada. Estaba en la duda entre estudiar Ciencias Políticas y Filosofía, pero tampoco con mayor claridad. Y mi papá vino con la cruda realidad. Me dijo, “oye, tu perfil es coherente con ser abogado, te gusta leer, eres estudioso, metódico”. Entonces respondí, “ya papá, no hay problema, voy a postular”. Él y mi mamá estaban súper contentos.
Después trataron de edulcorar un poco la decisión y me dijeron, “mira, si quedas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, te vamos a comprar un auto”. Y hasta el día de hoy estoy esperando el auto (se ríe). Cuenta que fue lo mismo que hizo con su hermano mayor, Gabriel. “Él quería ser pianista. Mi papá lo llamó un día a tomarse un café y le dijo tienes que estudiar Derecho, es la mejor opción. Así que aquí le debemos el capital cultural 100% a mi papá”. Los Osorio Vargas empezaron a dar que hablar con presentaciones para fiscalizar actos del gobierno de Sebastián Piñera. Tienen un estudio jurídico —Osorio Vargas € Abogados— con Daniel Contreras, en el que también trabajan sus padies. Una empresa familiar. —¿ Por qué tu papá quería que estudiaras en la Universidad de Chile? —Es bonita esa historia. Para mi papá todo gira en torno a la Universidad de Chile. El era hijo de un administrativo de la universidad que se dedicaba a pintar, a barrer, y que fue escalando y terminó siendo el jefe de los administrativos. Cuando mi papá tenía siete u ocho años, se les incendió la casa. Y un área de la universidad decidió que mi abuelo y su familia se fueran a una casa de propiedad de la institución. Mi papá debe haber vivido en la Universidad de Chile hasta los 22 años. Estudió Educación Física en la misma universidad y trabajó en el Manuel de Salas. Entonces, mi familia hizo toda la trayectoria allí y el camino que yo tenía que tomar era seguir como la cruzada de mi familia. Estudié Derecho en la Universidad de Chile y ahora soy profesor de la Facultad de Derecho. Para nosotros es mucho orgullo.
Y ahora tenemos un estudio familiar y con los amigos de la universidad. ¿Qué mejor puede ser? —¿ Tus amigos y los de Gabriel? 3 E 8 3 3 6 E 8 2 Cristóbal Osorio: AO ITA “El tiempo de la militancia es algo que ya pasó en mi vida”, dice el abogado que abandonó el PS cuando aceptó defender a la exministra Ángela Vivanco, en el proceso de remoción de la Corte Suprema. —Es que con Gabriel siempre hemos cohabitado amistades, trabajo, fútbol, todo. Compartimos las lecturas, nos enseñamos mutuamente. Es una dualidad virtuosa, siempre tratamos de ayudarnos. Todo lo vivimos juntos. “En la univer 100% a es —¿ Fuiste compañero de Boric o Winter? —Fui compañero de generación de idad me dediqué Gabriel Boric. Compartí un curso, Teoría General del Derecho.
Él tenía una participación activa en mi curso, pero no tengo más recuerdos de él que eso y su vida política partidaria, que lo ha llevado al estrellato en sus 40, claramente una carrera meteórica. —Eras amigo de Renato Garín. —Con Garín estudié para el (examen de) grado, tengo muy buenos recuerdos con él. Muy generoso en hacernos preguntas, en apoyarnos en los momentos críticos. Éramos amigos. Y también me mostró un lado humano que siempre valoro. Cuando tuve mi primer trabajo, Renato vivía a tres cuadras, por darte un ejemplo. Y me llama y me dice, “Cristóbal, ven a tomarte un té conmigo hoy”. Me recibe y me entrega las llaves de su departamento.
Y me dice: “Cuando tú lo necesites, si quieres venir, tomarte un té, necesitas poner algo en el refrigerador, toma las llaves”. Entonces, me quedo con eso de Renato Garín. —¿ Ya no son amigos? —No nos vemos. Estoy tan enfocado en mi crecimiento profesional, en serabogado, en construir una familia, estoy recién casado, que uno lamentablemente no sigue construyendo esas amistades. Pero son amistades que están en hibernación, que pueden volver a renacer. —No participaste en política en la universidad. —No, para nada. En la universidad me dediqué 100% a estudiar. Iba a la facultad, a las clases, y después me iba a la biblioteca a estudiar. En el segundo año me puse a procurar en un estudio chiquitito, y trabajaba y estudiaba. Vida política universitaria no tuve. Me dediqué aloslibros, a sacar adelante rápido la carrera, porque tenía muchas ganas de empezar a ejercer profesionalmente y adquirir independencia. —Trabajaste en el segundo gobierno de Michelle Bachelet. Í, trabajé en la Secretaría General de Gobierno (Segegob), primero como jefe jurídico del ministerio y luego jefe de gabinete de (Álvaro) Elizalde. Fue una muy buena experiencia para mí. En la Segegob entendí cómo se relacionaba el derecho con la política y la comunicación. Para mí eso fue solamente abono cultural. —Saliste del Gobierno, pero te militando en el PS. Seguí militando y si me hacían algún tipo de pregunta jurídica-política, la absorbía. Me fui al estudio jurídico de Francisco Zúñiga. Partí de cero, como si no hubiese tenido ningún tipo de carrera. Y de a poco, fui escalando hasta que pude ser nombrado socio de ese estudio después de un año y tres meses. Y ahí yo me dije, “bueno, quizás es la oportunidad.
Estoy joven, soltero, sin hijos, sin ninguna mochila, con un apoyo irrestricto de mis papás, de mi hermano”. Y dijimos, “armemos un estudio”. Term na el gobierno de Bachelet, va a partir el gobierno de Piñera, teníamos ahorros, vamos a un departamento que tengo en Bustamante y empecemos a construir el sueño de armar nuestro propio estudio con Gabriel, Daniel y yo. Fuimos en Metro a Meiggs a comprar materiales y volvimos con carpetas y empezamos. Y esto es lo que tenemos hoy (una oficina en Pedro de Valdivia con la Costanera). ¿Cómo no voy a estar agradecido? qué no estás en este Gobierno?—Porque soy abogado. Hoy me encuentro abocado 100% en mi profesión, y Creo que Luis Cordero es el hombre crisis. Tiene densidad jurídica. Tiene solidez intelectual”. El caso Monsalve exigirá del Ejecutivo una transparencia y excelencia jurídica para evitar improvisaciones y caidas”. No me veo en un escritorio de Gobierno. “Lo de Vivanco fueron días súper difíciles” —¿ Cómo llegaste a defender a Ángela Vivanco? —Me llamó por teléfono, me preguntó si estaba disponible. Conocías? —Nada. La vi alegando en la corte y en los libros, en los manuales de (derecho) constitucional, pero a ella no la conocía personalmente. Cuando me llamó, me dijo si estaba disponible para poder ejercer su derecho a la defensa. Y pensé que era un desafío intelectual. No creo que a nadie sub 40 lo llame un ministro de la Corte Suprema para defenderlo.
“Necesito experiencia —pensé—la incomodidad da creatividad, van a ser días difíciles”, lo fueron, súper difíciles; pero tomé el desafío. —¿ Qué lecciones sacaste de esa experiencia?—Que en los momentos de mayor tensión uno tiene que lograr una mayor tranquilidad y confiar mucho en su equipo de trabajo.
Tener que sacar un escrito en 25 días, que iba a ser leído por todos, que cada persona le iba a buscar un error, porque en nuestra profesión somos muy agudos para ver el error ajeno, juntarte con tu equipo y decir “vamos a tomar este desafío, nos vamos a poner en la primera fila, va a haber disparos cruzados, pero pase lo que pase vamos a estar juntos”; y quedar con la sensación que tu equipo te acompaña, que sale un producto a la altura del debate Creo que terminamos mucho más unidos. Del resultado? —Código de camarín. Lo que pasó en el alegato, queda en el alegato. Lo que pasó en el caso, queda en el caso. Doy vuelta la página, la vida sigue. —Por tomar el caso Vivanco renunciaste al PS, —Hay algo que venía masticando. Cuando las personas vienen al estudio jurídico, quiero que tengan la tranquilidad de que voy a ver sus casos con la objetividad del derecho y no por compromisos ajenos.
Es decir, que no sientan que estoy amarrado a un compromiso distinto al legal y la celosa defensa que requiere un problema jurídico, Se lo había compartido a Gabriel y me dijo “quédate, es un proyecto común”. Pero después de llegar al caso de una ministra de la Corte Suprema, un caso de alta connotación pública, era el momento adecuado de manifestar públicamente que hoy mi objetivo personal es ser abogado y ejercer un derecho de la defensa honesto, con objetividad. —Algunos piensan que puedes volver al PS. —El tiempo de la militancia es algo que ya pasó en mi vida. “El PS está en una situación delicada” —¿ Cómo impacta el caso Monsalve al PS? —El PS está en una situación delicada. Debe mostrar una posición institucional contra los abusos de poder y adoptar medidas drásticas, que marcará su posicionamiento en los próximos ciclos electorales y en la coalición de Gobierno. Se juega su credibilidad. —¿ Cómo te afectó a ti? —Preocupación y desolación, desde luego. El caso Monsalve excede la vida partidaria, afecta a la sociedad en su conjunto, la credibilidad de las instituciones y las promesas de una renovación político-valórica.
De todos modos, eso no excusa al PS y le impone el desafío de mostrar decisiones que marquen pauta, y evitar excusas relativistas, como algunos murmuraron los primeros días. —Con ojos de abogado, ¿qué errores ves acá? —Prefiero no comentar el trabajo de colegas en un caso profundamente delicado y con diversas aristas que desconozco.
Pero exigirá del Ejecutivo una transparencia y excelencia jurídica para evitar improvisaciones y caídas. —¿ Cómo podría salir el Gobierno de este momento? —Es oportuno analizar la procedencia de un cambio de gabinete, en atención que vienen las elecciones parlamentarias.
Y segundo, la priorización respecto a 1: bases de transformación que se había planteado el Gobierno: establecer si se va a mantener la reforma respecto a un plano de carácter económico, como el tema de pensiones. Decidir si va a ir en busca del legado o va a vivir en el calvario de tratar de resolver los inconvenientes que va generando el caso Monsalve, la contingencia. Hoy Chile es solo contingencia diaria. —Conoces bien al nuevo subsecretario del Interior, Luis Cordero. Él guió tu tesis de magíster y además fuiste su ayudante. —Tengo una etapa de formación de pregrado, y vamos a decir una etapa de formación profesional. En la vorágine del mundo profesional conocí a Luis Cordero, porque ambos leíamos jurisprudencia y la intercambiábamos. En ese intercambio él me regalaba libros, compartíamos textos y hablábamos de derecho. Por tanto, para mí, es mi maestro. Yo nunca pude tener una relación de ayudante propiamente tal, que le carga los libros al profe, que le hace el resumen, no. Pero si conocí su empatía, su generosidad y yo le estoy muy, muy agradecido. Yo soy un hijo de la escuela de Luis Cordero. —¿ Está en un cargo que le acomoda? —Por lo que ha vivido en el último tiempo, creo que Luis Cordero es el hombre crisis. Tiene densidad jurídica. Tiene solidez intelectual. Y tiene un desafío que, con su experiencia, con sus lecturas, con su trayectoria de vida, estoy seguro de que lo va a hacer excelente. No podría opinar distinto, porque aparte hay mucha emotividad. Quizá alguien va a decir, “oye, pero no es militante”. ¿Pero cómo uno va a ver defectos en alguien a quien admira y aprecia? Uno le desea lo mejor. Entonces quiero decretar que le vaya muy bien.