EDITORIAL: Más allá de Yemen
EDITORIAL: Más allá de Yemen A segurar el libre tránsito por el Mar Rojo es el objetivo declarado por Donald Trump para ordenar los duros ataques contra Yemen, un país controlado por el grupo armado de los hutíes, una milicia chiita que tiene bajo constante amenaza el paso de los barcos que viajan entre Europa y Oriente.
Si bien la andanada de proyectiles lanzada por la marina norteamericana respondió al anuncio reciente de los hutíes de que reanudarían sus ataques suspendidos en enero, la represalia busca además presionar a Irán para que termine de apoyar al grupo, pero también para negociar su programa nuclear, después de siete años de que Trump se saliera de un acuerdo firmado en 2015.
A s í c o m o H a m a s e n Gaza y Hezbolá en Líbano, los hutíes forman parte del " E j e d e l a R e s i s t e n c i a " --una red de milicias financiadas, armadas y ent r e n a d a s p o r I r á n p a r a oponerse a Israel en el Medio Oriente--, pero a diferencia de sus aliados, los combatientes yemenitas no han sufrido el castigo bélico que tiene a esos dos grupos neutralizados.
Las advertencias que les hizo Trump, sin embargo, apuntan a que si no cesan los ataques, "el infierno les caerá encima", y otros personeros, como Marco Rubio, han asegurado que los lanzamientos de proyectiles seguirán hasta que pierdan su capacidad de impedir el paso de los barcos.
Desde que los hutíes comenzaron a atacar naves en solidaridad con los palestinos tras la represalia israelí en Gaza, el tráfico por el Mar Rojo, que representaba entre el 12 y el 15 por ciento del comercio marítimo global, ha disminuido en casi 70 por ciento, con la mayoría de los barcos tomando la ruta del sur de África. El precio del transporte ha subido en proporción al mayor costo por la extensión del viaje y el alza de los seguros, con el consecuente daño para el comercio internacional.
Pero a estos modernos piratas los mueve no solo el odio a Israel, sino también el beneficio económico, pues se sabe que cobran interesantes montos por garantizar libre paso a quienes estén dispuestos a pagarles bajo el radar.
Teherán niega que preste apoyo de algún tipo a los hutíes, y asegura que solo les da respaldo político, pero hay evidencia de que el sofisticado armamento (misiles balísticos incluidos) y los drones que usan provienen de Irán, el que incluso los habría ayudado para instalar una fábrica de drones en el territorio.
Para Trump, "Irán juega a ser la víctima inocente de terroristas que no controla", y por eso amenazó con que "cada tiro que lancen los hutíes desde ahora será visto como un disparo desde armas y liderazgo de Irán", por lo que "Irán será visto como responsable y sufrirá las consecuencias". Desde que asumió, en enero, el Presidente norteamericano ha proferido innumerables amenazas, tanto a aliados como enemigos, y esta podría ser una bravata más o, por el contrario, constituir el aviso de una política que está dispuesto a cumplir. Por ahora, el mensaje directo que le ha enviado al líder supremo iraní, Alí Jamenei, está contenido en una carta mandada a comienzos de marzo, en la que lo invita a negociar el tema nuclear.
Los ayatolás no han contestado, y desde el gobierno hay señales contradictorias: alguno ha dicho que no negocian "con un matón", pero el canciller, quien ya negoció el acuerdo de 2015, dijo que sí podría conversar sobre el desarrollo de armas nucleares.
Irán ha avanzado mucho en este ámbito desde 2018 a la fecha, y ya tiene capacidad para enriquecer uranio hasta el 60 por ciento de pureza, suficiente para fabricar un arma. "Estamos analizando la carta", dijeron. Quizás con esta acción contra Yemen se apuren en contestar. Trump no solo buscaría disuadir a Irán de seguir respaldando a los hutíes, sino también presionar a Teherán para una negociación por el tema nuclear. Más allá de Yemen.